Golpes de calor
¿Qué hay que hacer si una persona sufre un golpe de calor?: estos son los síntomas y las recomendaciones
Las muertes por golpes de calor se han multiplicado en toda España en los últimos días, de hecho, en lo que va de mes ya se supera el millar de decesos por esta causa. Las temperaturas de récord y las olas de calor extremo que se han reportado en todo el país, incluida Canarias, han disparado todas las alertas en la ciudadanía. Para evitar el riesgo de sufrir esta dolencia, el Gobierno canario ha compartida una serie de medidas para evitarla y recomendaciones para saber abordarla en el caso de que sea necesario.
Síntomas del golpe de calor
Un golpe de calor es una lesión causada por el aumento de la temperatura corporal, ya sea por el sol o el ejercicio. Esta lesión hace que los mecanismos reguladores del calor queden superados y entre en shock. Entre los síntomas se apunta delirio, broncoaspiración, vómito, convulsiones, alteraciones leves en el comportamiento, dolor de cabeza, coma o la muerte. Todo esto puede ocurrir cuando el termómetro supera los 40ºC.
Existen tres etapas en el golpe de calor, primero el estrés, que el Gobierno de Canarias resume en la sensación de desasosiego; luego comienzan los calambres musculares, y finalmente, el agotamiento.
¿Cómo evitar y cómo abordar el golpe de calor?
Entre las recomendaciones se apunta evitar las exposiciones prolongadas a los rayos del sol, sobre todo en horas cercanas al mediodía; usar ropa fresaca y de colores claros; no hacer ejercicio entre las 11 y las 16 horas bajo el sol; aumentar el consumo de líquidos; usar sombrillas y sombreros, y mantenerse en lugares frescos.
Asimismo, si una persona sufre un golpe de calor se le debe colocar rápidamente a la sombra, en algún lugar fresco o con aire acondicionada; si sigue consciente, hay que hidratarlo y bajarle la temperatura cuanto antes, enfriando al paciente con compresas en el cuello, las ingles, las axilas o la cabeza, hasta bajar a los 38º. De inmediato, llamar al 1-1-2 o acudir a un centro de urgencias.
Si no se trata adecuadamente y si no se hace en menos de dos horas, el riesgo de muerte aumenta en un 70%.
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