El ciclón tropical Hermine que afectó a Canarias entre el 24 y 25 de septiembre, dejando lluvias fuertes en todas las islas, inundaciones y numerosas incidencias, es considerado por los expertos en meteorología como una auténtica “anomalía”. Tal y como ha compartido Juan Jesús González Alemán, de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), esta tormenta tropical “se ha desarrollado en una zona históricamente desprovista de ciclones desde 1851 (con mayor confianza desde 1966). Así las cosas, sentenció ”Hermine no ha tenido precedentes“.
González compartió un ilustrativo gráfico en sus redes sociales en el que se pueden observar las trayectorias de los ciclones que nacen en esta parte del Atlántico desde que se tienen registros (1851). Ninguno de ellos había avanzado en linea recta hacia las islas en toda la historia. “Esto no indica una clara relación con el cambio climático de antemano”, quiso aclarar el experto y advirtió que se necesitan más estudios en profundidad para considerar esta hipótesis.
“Tenemos un ejemplo de una evolución similar en 1988, pero entonces no se dieron condiciones atmosféricas favorables para que tuviera impacto en Canarias”, rememoró.
El temporal generó problemas en infraestructuras, carreteras, cortes de luz, dejó al pueblo de La Aldea (Gran Canaria) aún más aislado y sin agua de abasto. También ocasionó un caos en los aeropuertos, con 540 cancelaciones y 52 desvíos. No obstante, también ha traído una cara más amable; la garantía de que la agricultura podrá contar con agua suficiente tras una sequía que se prolongaba ya demasiado tiempo. Para Juan Hernández, agricultor grancanario, supone un “regalo de Reyes por adelantado”. “En mi finca (Tafira, Gran Canaria) tenemos un medidor y hemos contabilizado hasta 210 litros de agua por metro cuadrado, una barbaridad”, añade. El Cabildo de esa isla ha asegurado que el agua recogida en las presas públicas y privadas garantizan los cultivos hasta 2024. La tormenta también dejó llenas las charcas, como la de las Dunas de Maspalomas, regenerándola de vida.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha asegurado que las lluvias descargadas han convertido a este mes de septiembre en el más lluvioso en varias islas de Canarias desde que hay registros, con puntos donde se superaron los 130 litros por metro cuadrado. El dato positivo es que la lluvia fue continuada y sin apenas presencia de viento. “Lo bueno es que no ha venido con vientos ni granizadas, con lo cual, daño no ha hecho. A mí, en algunos casos algunas papas me las arrancó de tanta agua que tenía el suelo y no soportaba más”, subraya Juan Hernández, que agrega que “si contabilizamos beneficios y daños, los daños son mínimos”.