La Agencia Estatal de Meteorología ha informado que este jueves se ha registrado en Tenerife Sur la temperatura máxima de 38,2 ºC.
Este dato “supone superar a la máxima registrada en cualquier mes de abril desde que la estación tiene registros (año 1980)”, siendo el anterior record para un mes de abril de 36,2 ºC en el año 2008.
El pasado martes, 9 de abril, el Gobierno de Canarias, en base en la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), activó avisos amarillos y naranjas en todas las islas, y en aplicación del Plan Específico de Emergencias de Canarias por Riesgos de Fenómenos Meteorológicos Adversos PEFMA, declaró la alerta por altas temperaturas en todo el archipiélago.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las temperaturas han sido “excepcionalmente altas para esta época del año, acompañadas de aire seco y calima, en cantidades variables”. Se espera que las temperaturas lleguen o incluso superen los 34 grados en amplias zonas de Lanzarote y Fuerteventura, así como en las vertientes oeste y sur de las isla de mayor relieve, “sin descartar valores similares de forma local en el resto”.
Ante estas altas temperaturas, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública, y ante la previsión de presencia de calima en varias islas para los próximos días, recomienda a la población tomar precauciones como evitar la exposición prolongada al aire exterior, mantener las ventanas cerradas y no realizar esfuerzos físicos al aire libre.
La calima contribuye a resecar las vías respiratorias y, en muchas ocasiones, se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, tales como el asma, personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC) que hacen que aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios en algunos casos, según informa este miércoles el Gobierno en un comunicado.
La exposición a este contaminante puede producir molestias torácicas, tos, palpitaciones, fatiga o incremento a la susceptibilidad a infecciones respiratorias, al menos durante los cinco días posteriores al inicio del episodio.