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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Ni el papa ni el PP

Carlos Sosa

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El Partido Popular lo ha vuelto a hacer, como era de prever. Estiró al máximo el espejismo de que negociaba con el Gobierno la única fórmula posible para la distribución de menores migrantes (reforma de la Ley de Extranjería) pero, en el último suspiro, regresó al punto de partida, el que le indican sus barones y sus baronesas: no queremos negros y moros pobres en nuestras regiones. 

Lo reconocen sin recato: todo se truncó cuando alguien (seguramente ese portento de la moderación de apellido Tellado) filtró a El Mundo que el criterio de distribución de menores iba a ser la población de cada comunidad autónoma. Teniendo en cuenta que Madrid tiene más de 6,6 millones de habitantes, Andalucía, 8,4 o la Comunidad Valenciana, casi 5, frente a los 7,5 de Catalunya, los 2 de Castilla La Mancha. o el millón de Asturias, la rebelión estaba servida.

Eso, unido a la insistencia de las encuestas (las ajenas y las que maneja el PP) en situar la inmigración como la principal preocupación de los españoles (dependiendo de cómo se mire) y la conveniencia de no alejarse demasiado de los simpatizantes de Vox, ha conducido a los sabiondos del tacticismo político de la calle Génova a rechazar cualquier acuerdo que pueda aparentar humanidad o respeto por los derechos humanos, por no hablar de la Constitución Española y otras zarandajas bolivarianas que a la derecha cada vez se las trae más al pairo.