Un hombre para el que se piden once años de cárcel acusado de pagar a una menor a cambio de que se dejara manosear y dar besos en la boca ha defendido este martes en la Audiencia de Las Palmas que “solo la besó” un vez como si fuera una hija y que el dinero que le entregó era para ayudarla a pagar un viaje escolar.
El procesado, Genaro T.U., de nacionalidad filipina, ha comparecido este lunes en la Audiencia de Las Palmas, acusado de un delito de abuso sexual y otro de prostitución de menores, ambos cometidos, presuntamente, contra una niña que cuando ocurrieron los hechos tenía once años.
En concreto, se le acusa de haberle dado dinero a esa menor para conseguir que le besara en la boca, así como de haber tocado los glúteos y de haberle regalado un teléfono móvil a cambio de obtener de ella una actitud receptiva de índole sexual.
Además, presuntamente, también le escribió a los amigos y amigas de esta haciéndose pasar por la víctima una vez tuvo el móvil en su poder usando el registro que había quedado en el teléfono.
El encausado ha admitido durante el juicio que dio dinero a la víctima, un total de 90 euros, pero ha alegado que fue para “ayudarle a pagar un viaje de fin de curso”, después de que la menor le ofreciera la compra de varios productos de un catálogo como parte del proyecto de recolección de fondos en el colegio.
“Nunca la toqué”, ha señalado Genaro T.U., que sostiene que le dio un beso “como si fuese una hija, en señal de agradecimiento”.
En relación al teléfono móvil, ha alegado que se lo prestó “para que lo usara una semana”, porque ella se lo pidió, pero luego la niña “robó uno de más de 700 euros” y, para convencerla de que lo devolviese, le prometió “comprarle uno”.
El acusado, ayudado durante la vista oral por un intérprete, ha insistido en que no entiende por qué la víctima le ha denunciado y también ha manifestado que nunca estuvo a solas con la menor.
Respecto a las conversaciones de Whatsapp que mantuvo con la menor y en las que dice ser su novio, ha recalcado que “era una broma” y que escribió a los demás números “porque estaban en el registro y no sabía a quien pertenecían”.
En relación al contenido sexual de las conversaciones, ha subrayado que “no tenía ninguna intención” y que era la menor la que le contaba y preguntaba cosas que ella hacía con su novio. “Tengo mujer e hijas, ¿por qué haría yo eso?”, ha añadido.
La víctima ha negado los hechos mientras sus padres estaban en la sala, pero luego los ha ratificado, cuando los magistrados han pedido a estos que saliesen.
“Me besó y me tocó”, ha dicho la denunciante, señalándose los glúteos, para después añadir que ella “no quería” y que el acusado “intentaba darle besos”. “Una vez me tocó y mi prima lo vio, lo hizo queriendo y yo no quería”, ha agregado.
“No sé si me daba dinero para eso o no”, ha manifestado la menor, porque “yo no tuve que darle nada a cambio”.
Asimismo, ha afirmado que el acusado le prestó un teléfono “por una semana”, porque su madre le había quitado el suyo.
Durante la declaración de la denunciante, su padre ha tenido que abandonar la sala por orden del tribunal, tras gritar y amenazar al acusado, visiblemente afectado.
“Yo vi las conversaciones, ¡di la verdad!”, le ha indicado a su hija, gritándole al encausado que “esto ha pasado porque yo estaba en Fuerteventura, porque si llego a estar aquí, me estarían juzgando a mí en vez de a ti... y por otra cosa”, en actitud agresiva.
La madre de la menor ha declarado que conoció los hechos “tras una llamada de la directora del colegio, que la había visto con una gran cantidad de dinero”. Luego ha contado que, aunque le pidió a la niña que lo devolviese, esta “ya se lo había gastado en ropa”.
“Mi hija se quedaba a veces sola en casa y no sé si él subía”, ha indicado, preocupada, porque “a raíz de estos hechos ha tenido que ir al psicólogo y ha cambiado su personalidad”.