El ciudadano acusado de matar a un hombre a golpes en 2016 en el canódromo de Maspalomas, Gran Canaria, ha afirmado este lunes ante el Jurado que lo juzga que se siente culpable y ha pedido que le impongan los 15 años de cárcel que reclama la Fiscalía o “lo que se considere”.
En la primera sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Las Palmas, Stefan T. ha afirmado que reconoce que debe ser castigado por haber quitado la vida a Armando Caiño Chapela, si bien ha insistido que su intención no era matarlo y que se arrepiente “muchísimo” de lo que hizo.
El procesado ha explicado que mantuvo una pelea con la víctima ese día, pero ha negado que fuera porque pensara que tenía algún tipo de relación con su expareja, como sostiene el Ministerio Público.
No obstante, después ha reconocido que los golpes que le dio “puede que fueran más fuertes” porque él amaba “mucho” a su expareja y se sintió apartado.
El procesado ha indicado no recordar bien cómo sucedieron los hechos porque ese día había bebido bastante cervezas, aunque ha señalado que la víctima le tiró primero una piedra a la cabeza y que quedó aturdido o perdió el conocimiento, porque cuando lo recuperó Armando Caiño estaba encima de él pegándole.
Ha explicado que la pelea se inició cuando trataba de abrir con las herramientas que llevaba la puerta de la casa de la víctima, situada en el antiguo Canódromo de Maspalomas, porque pensaba que dentro estaban el fallecido con su expareja.
Primero dio una patada a la puerta y después fue a su casa a por las herramientas, según el relato del acusado, quien además ha dicho que fue hasta la casa del fallecido para tratar de aclarar un altercado que había tenido esa tarde con él en un supermercado donde repartían comida, porque le habían dicho que Armando Caiño pensó que le quería robar.
Así mismo, ha señalado que trató de pedir auxilio para socorrer a la víctima. Sin embargo, la fiscal del caso ha remarcado al Jurado que, durante la instrucción, Stefan T. declaró que nunca pensó que la pelea fuera tan grave y que por eso no hizo ninguna llamada para pedir ayuda.
La Fiscalía también ha señalado las numerosas contradicciones que aprecia en la versión expuesta este lunes por el procesado con respecto a su anterior declaración y ha pedido por ello que esta última se muestre al Jurado.
El acusado ha insistido sobre el hecho de que no pensó que la víctima estuviera tan grave y que se recuperaría, motivo por el cual al día siguiente se fue a la playa.
Frente a la acusación de la Fiscalía, la abogada de la defensa ha solicitado que se le imponga una condena por un homicidio imprudente, ya que ha recalcado también que no tenía intención de matar.
En esta jornada han declarado además cuatro testigos, dos de los cuales han indicado que vieron esa noche a la víctima y que había bebido cervezas y se había drogado con “rayas de anfetaminas” y uno de ellos ha señalado que, pese a su embriaguez, se podía defender.
El juicio continuará este martes con las declaración de más testigos y de los policías que intervinieron en el caso, así como con la práctica de la prueba pericial.