La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha impuesto una pena de 9 años de cárcel y al pago de 116.000 euros a un hombre de Tejina, en Tenerife, que roció con gasolina y prendió fuego a un vecino suyo.
La Audiencia considera que se dan todos los supuestos para concluir que se trata de un intento de asesinato y que existió una intención clara de hacerle daño a la víctima.
Los hechos tuvieron lugar en febrero de 2022 cuando el denunciante al parecer atropelló al procesado que iba en una moto y en ese momento huyó y no lo atendió, hecho previo que la sentencia indica que no justifica lo ocurrido.
El procesado insistió en que la víctima tenía que asumir la responsabilidad por su accidente de circulación, pero no lo consiguió y de hecho no sólo se fue del lugar y no lo recogió en su casa para trasladarlo al centro de salud como él le había pedido, sino que cuando se personó en su vivienda para exigirle de nuevo que asumiera la culpa y le diera el seguro del vehículo, el denunciante se mantuvo en su negativa.
En ese instante, el hombre le dijo que ya lo arreglaría él por su cuenta, expresión indicativa de que iba a tomarse la justicia por su mano.
Por ese motivo, un poco después se presentó en casa de la víctima, que está cerca de la suya y aprovechando que estaba de espaldas, le roció con gasolina.
Cuando la víctima sintió que le caía líquido por encima y notó el olor del combustible, se dio la vuelta y vio allí al acusado quien, inmediatamente le prendió fuego con un mechero que luego se encontró quemado en su poder.
Como consecuencia de este acto, el denunciante sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el 28 por ciento del cuerpo que tardaron tres meses en ser curadas e incluso tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
La Sala cree probado que el procesado ejecutó los hechos directa y voluntariamente, dando inicio a la acción de matar al vecino al que sorprendió por la espalda y le prendió fuego.
En el juicio declararon las personas que estaban en la casa, su esposa y un familiar de detenido quien señaló que cuando lo llevó al Centro de Salud identificó el coche que lo había atropellado.
El fallo apunta que el resultado del ataque pretendía ser mortal y no se produjo el fallecimiento por causas independientes a su propio y voluntario desistimiento, puesto que la víctima recibió ayuda pero de las personas que estaban en su casa, quienes lo trasladaron a la mayor brevedad al centro de salud donde le prestaron asistencia sanitaria inmediata y de ahí fue trasladado a un centro hospitalario.