Una conversación en un taxi entre dos amigas del joven agresor que el 7 de diciembre pasado dio una paliza a un estudiante en Franchy Roca y lo dejó en coma, le ha relacionado como presunto autor de la muerte de un jubilado en la noche de Halloween en Las Palmas de Gran Canaria y que hasta el momento estaba sin resolver.
Según fuentes cercanas al caso, estas dos jóvenes hablaban en un taxi de la capital grancanaria sobre la agresión ocurrida en la esquina entre Secretario Artiles y Franchy Roca y comentaron que Antonio Aridane L.R., que en la actualidad cumple condena como presunto autor del intento de homicidio de Ayoze G.E, había sido el autor de la muerte del jubilado José S.G., de 85 años de edad. El taxista que escuchó esto puso sobre la pista a la Policía, quien hasta el momento no había logrado encontrar el culpable.
La investigación, que está siendo instruida por la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas, María Victoria Rosell, indica que Antonio Aridane L.R. había salido de fiesta la noche del 30 de octubre a un evento que se celebraba en la discoteca Las Brujas, situada en Barranco Seco, junto a unos amigos con motivo de la noche de Halloween. Una fiesta que fue interrumpida por la Policía por presencia de menores. El grupo estuvo junto hasta las 4 de la mañana cuando se separaron, yendo el actual preso solo hasta su casa en el Polígono de Cruz de Piedra.
Fue al llegar al barrio, entre las 6 y las 7 de la mañana, cuando se cruzó con José S.G., al que supuestamente le propinó una piña fuerte en la cara para robarle la cartera. Debido al golpe el anciano cayó y se golpeó contra el suelo con la cabeza, por lo que yació ensangrentado hasta que los servicios médicos lo atendieron y lo ingresaron en el Hospital Doctor Negrín, donde falleció posteriormente.
La supuesta agresión fue realizada en solitario por Antonio Aridane L.R., quien después de robar a José S.G. (el anciano no disponía de tarjetas bancarias y llevaba siempre dinero en efectivo) siguió de fiesta. Tras ello, todo hace indicar que reunió a su pandilla, conformada por tres chicas y otros tres chicos, a los que les contó lo sucedido y con los que llegó a un pacto de silencio, roto tras la agresión de Franchy Roca.
A pesar de que la Policía tenía sus sospechas centradas en este grupo de amigos, no lograba dar con el autor de la agresión mortal ya que los agentes que llevaban la investigación fueron engañados con las coartadas.
Sin embargo, según la acusación particular, fue gracias a la “fe y tesón” de la juez que el caso logró ser encaminado, ya que tras recordarle a los testigos que si seguían mintiendo cometían un delito de falso testimonio, comenzaron a hablar.
En cuanto a la revelación que escuchó el taxista, permitió sumar a la investigación a la Policía, que no estaba sobre la pista que seguía la magistrada Rosell, quien incluso llegó a personarse en el lugar de los hechos para reconstruir lo acontecido en la mañana del 1 de noviembre de 2014.
Aparte de esta pandilla a la que ya se ha tomado testimonio, la acusación defiende que existen más testigos del suceso, aunque temen que no han dado la cara por las posibles represalias que la familia de Antonio Aridane L.R., también conocido como Zapata Chico por pertenecer al clan Zapata, famoso y temido en el Polígono de Cruz de Piedra, puedan tomar. “Si la gente hubiese cooperado, no habría realizado la agresión un mes después”, apuntan.
Ahora estas diligencias previas están a punto de ser transformado en un procedimiento formal contra Zapata Chico, quien está encarcelado tras los hechos ocurridos en la zona del Puerto. Por el momento, no ha reconocido estar implicado en la muerte del anciano.