El enredo judicial de Santana Cazorla por la propiedad de dos hoteles valorados en 24 millones y ahora puestos en venta

El magistrado Carlos Vielba, ahora al frente del Juzgado de lo Mercantil 1 de Las Palmas de Gran Canaria, autorizó el pasado 20 de marzo al administrador concursal de Mar Abierto, sociedad del conocido empresario Santiago Santana Cazorla, a designar a una entidad de servicios inmobiliarios para liquidar sus bienes, para ponerlos a la venta. El administrador (Lener) encomendó esta tarea a CBRE Real Estate -Richard Ellis-, que el pasado jueves 22 de mayo sacó al mercado, a subasta pública, cuatro hoteles, 26 locales comerciales y tres parcelas. Todo en los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán.
Sin embargo, dos de esos hoteles, Lago Taurito y Valle Taurito, ahora operados por la cadena Livvo, están enredados desde hace años en un litigio societario. De hecho, en el mismo concurso de Mar Abierto hay una medida cautelar dictada por el juez Alberto López Villarubia en julio de 2022 que suspende “cualquier acto de disposición que se pudiera realizar” sobre las fincas donde se erigen esos complejos.
La representación de Promociones Islas Verdes, la empresa que pleitea con Santiago Santana Cazorla por la propiedad de esos terrenos, ya ha pedido que esas dos fincas queden excluidas del proceso de subasta pública autorizado recientemente en el juzgado.
El origen del litigio se remonta a 1984, cuando cuatro socios, entre ellos Santiago Santana Cazorla, se reparten a partes iguales las acciones de la sociedad Promociones Islas Verdes (Proivesa). En los años sucesivos, esta empresa compró varias fincas en Mogán. Entre ellas, los terrenos donde ahora se levantan los hoteles de Taurito.
Siete años después, en 1991, se producen dos hechos relevantes en este conflicto. En marzo, Proivesa vende a Hermanos Santana Cazorla la finca de Taurito, de unos 180.000 metros cuadrados, por 200 millones de pesetas, pese a que había sido tasada en 576. Y a los siete meses, en octubre, Proivesa se declara en estado de quiebra.
Ese contrato de compraventa acabaría siendo anulado por la justicia, con una sentencia que el Supremo hizo firme en 2005. Fue el síndico de la quiebra de Proviesa (el equivalente al actual administrador concursal) quien advirtió de la operación fraudulenta o perjudicial.
En medio de ese proceso, sin embargo, Santiago Santana Cazorla, a través de la empresa Hermanos Santana Cazorla, escindió la finca matriz de Taurito, la dividió. Con el mismo número registral dejó una pequeña superficie “sin valor económico”, según explican fuentes conocedoras del caso. Y con nuevos números registró terrenos que aportó a una de sus filiales, Mar Abierto, que construyó en ellos los hoteles Lago y Valle Taurito.
La discusión jurídica se plantea en este contexto. Se trata, en definitiva, de conocer quién es el propietario de esos complejos hoteleros.
Los herederos de Proivesa aluden a la sentencia, ya firme, que anuló la transmisión de los terrenos y sostienen que Mar Abierto no es “un tercero de buena fe” frente a Hermanos Santana Cazorla, puesto que ambas sociedades compartían administradores y eran parte del mismo grupo empresarial. “Mar Abierto sabía que Proivesa estaba reclamando la propiedad” cuando decidió construir los hoteles en esas parcelas, señalan las mismas fuentes.
En cambio, Mar Abierto defiende que los hoteles son de su propiedad y que firmó un préstamo hipotecario con Banesto por ese suelo.
Valorados en más de 24 millones
El Hotel Valle Taurito tiene seis plantas y un sótano, con 18.000 metros cuadrados de superficie construida. El administrador concursal lo valoró en 14,7 millones de euros en su inventario de bienes de Mar Abierto. El Hotel- Aparthotel Lago tiene cerca de 9.500 metros cuadrados construidos repartidos en ocho plantas. Está tasado en 9,7 millones de euros. El valor de ambos complejos, por tanto, supera los 24 millones.
Desde Proivesa sostienen que el administrador concursal de Mar Abierto se ha excedido al poner en venta todos los activos inventariados, incluidos los dos hoteles en litigio. Fuentes cercanas a esta sociedad indican que la autorización judicial se ceñía a la contratación de una empresa especializada (CBRE -Richard Ellis) para poner en subasta los bienes de la empresa, pero que eso no significa que se haya levantado la medida cautelar que se decretó en ese mismo juzgado con respecto a las dos parcelas en disputa. Es decir, consideran que el juez no ha autorizado la venta de un bien que está “específicamente trabado con una medida cautelar”.
Al margen del conflicto por los hoteles de Taurito, en los juzgados también se dirime el porcentaje de participación de Santiago Santana Cazorla en Proivesa, si es sólo de un 25% (porcentaje que nadie discute) o alcanza el 75%, como mantiene el conocido empresario grancanario, que desde hace años tiene fijada su residencia en Marruecos.
Santiago Santana Cazorla tiene numerosos frentes judiciales abiertos. Este mismo año fue condenado a un año de cárcel y a pagar una indemnización de 42.000 euros por la apropiación indebida de un barco del grupo Anfi que se llevó a Marruecos.
El pasado mes de abril, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 3 de San Bartolomé de Tirajana dictó una orden de busca, captura y detención de Santana Cazorla después de que incumpliera su obligación de comparecer en una causa en la que figura como investigado y que se abrió a raíz de una querella presentada por otro empresario vinculado, precisamente, con Promociones Islas Verdes. Tras esa orden, se presentó un día después en los juzgados.
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