El general retirado de la Guardia Civil Francisco Javier Espinosa Navas, en prisión provisional como investigado en el denominado caso Mediador de corrupción en Canarias, registraba en documentos una contabilidad en B, en la que sumaba a la columna de “saldo inicial”, coincidente con las cifras de su cuenta corriente en la entidad BBVA, otra que identificaba con el nombre de “cash” (efectivo, en inglés) y que engordó en el periodo en el que se desarrollaron los hechos por los que permanece imputado (los años 2020 y 2021).
Así se desprende del contenido del auto con el que la jueza María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres Farizo, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Santa Cruz de Tenerife, decretó el pasado 16 de febrero el ingreso en prisión comunicada y sin fianza para el militar por riesgo de fuga y de ocultación o destrucción de pruebas. Se le investiga por cuatro delitos: pertenencia a grupo criminal, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales.
El auto precisa que en la entrada y registro practicada a su domicilio tras su detención, el 14 de febrero, se encontraron cuatro documentos con tablas de “control doméstico” de ingresos y gastos. A la magistrada le llama “poderosamente la atención” las cantidades recogidas en ellos y, en especial, la disonancia entre la cifra real de ingresos, en la que incluía la columna denominada 'cash', y el saldo en la cuenta con la que solía operar.
Es uno de los indicios que, según el auto, “confirman e incrementan” la carga incriminatoria contra el general retirado de la Guardia Civil, quien habría aprovechado su capacidad de influencia (fue jefe de la Comandancia en la provincia de Las Palmas entre 2008 y 2012) para reclamar comisiones a empresarios a cambio de su mediación en determinados negocios.
Espinosa Navas guardaba en su domicilio en Madrid 61.100 euros en metálico, en billetes de 50 y 200 euros. Este hallazgo sorprendió a la jueza no solo por la cantidad, sino por “la forma” en que ocultaba esas cantidades. Una parte, 30.250 euros, se encontraba en un estuche en el interior de una caja de zapatos situada dentro del armario de la habitación del matrimonio. Se estructuraba en fajos de 5.000 euros, con billetes de 50.
En ese mismo armario guardaba sobres con otros 2.400 euros (también en billetes de 50) en el interior de un bolso blanco. Y en la habitación contigua, se hallaron 28.460 euros que estaban envueltos en dos rollos de ropa en un cajón. La jueza remarca que la cuenta corriente presenta operativa de retirada de efectivo durante los años en que sucedieron los hechos, pero que en ningún caso justifican el origen de esos 61.100 euros, por lo que entiende que esas cifras pueden guardar relación con las presuntas 'mordidas' recibidas por Espinosa en esa época.
Según la primera investigación patrimonial realizada al investigado, en el año 2019 sus ingresos procedían del servicio de retribuciones de la Dirección General de la Guardia Civil y de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), la entidad que gestionaba el proyecto GAR-SI Sahel (para la formación de gendarmes en esta zona de África) de la que Espinosa era director. En el apartado de gastos figuraban pagos de servicios (seguros, suministros...) y retiradas mensuales de efectivo con “la aparente finalidad de sufragar el consumo y los gastos cotidianos”. Durante este año, las disposiciones para este fin ascienden a 14.300 euros, precisa el auto.
En 2020, Espinosa mantenía las mismas fuentes de ingreso y hasta agosto (mes en el que se introduce en la presunta trama delictiva) extrae 25.050 euros en efectivo. En los últimos meses de ese año, retira 5.100-. Al año siguiente, el general mantiene su retribución habitual hasta el mes de julio, en el que empieza a recibir una pensión de jubilación. Durante ese periodo fueron retirados de su cuenta corriente 12.150 euros en efectivo.
En el último año también figuran ingresos procedentes de una nómina en Inversión en Activos Bancarios PK SL y de su cuenta se extrajeron 3.400 euros. La jueza aprecia una “notable minoración” del gasto habitual, lo que a su juicio puede encontrar explicación en el “manejo de capital en efectivo”. Estos indicios se suman a los aportados por el mediador de la causa, Marco Antonio Navarro Tacoronte, que en su declaración en sede judicial afirmó que el general recibía pagos en efectivo de los empresarios que él mismo le hacía llegar en sobres con cantidades que oscilaban entre los 1.500 y los 3.000 euros y que uno de ellos, Antonio Bautista, apodado 'El curita' y dedicado al sector de las renovables, llegó a darle unos 20.000. En una de las grabaciones que obran en el sumario, incorporadas del móvil de Navarro Tacoronte, se llega a escuchar a los miembros de la trama contar el dinero.
Al margen de las cantidades en metálico halladas en el registro de la vivienda del general en Madrid, hay una orden europea de investigación en curso para buscar productos financieros del militar en Bélgica. En una de las conversaciones intervenidas en el teléfono del mediador, Espinosa Navas le proporciona un número de cuenta que, por su formato, remite a Bélgica. Sin embargo, un día después pide a su interlocutor que no transfiriera ninguna cantidad a esa cuenta porque “faltaban números”. Según el auto conocido este miércoles, el general portaba consigo en el momento de su detención una cartulia con una “anotación manuscrita” de ese número de cuenta.
También se investiga los bienes que el investigado pudiera tener en los países que forman parte del proyecto GAR SI Sahel, del que fue director.
Para la jueza existen “indicios sobrados” de la presunta conducta delictiva de Espinosa Navas, que en su declaración reconoció la existencia de las reuniones, comidas y viajes pagados por los empresarios y también de las visitas a su despacho en la Dirección General de la Guardia Civil. El general afirmó que su labor era poner en contacto a grandes empresarios de la provincia de Las Palmas con otros y que lo hizo para “buscar un futuro empleo” después de su jubilación. También admitió “parcialmente” que había pedido tarjetas prepago, pero negó haber recibido dinero de la trama.
El auto justifica el ingreso en prisión de Espinosa Navas por el riesgo de fuga, dada la “gravedad de las penas” a las que se enfrenta en este procedimiento, y también para evitar la ocultación o destrucción de fuentes de prueba, tanto en relación a su patrimonio como a la declaración de testigos, ante “el potencial” de las relaciones personales del general.
La jueza incide en que aún deben ser citados testigos claves, entre ellos empresarios y funcionarios públicos, y analizados los contratos concedidos por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) a uno de los empresarios investigados en la trama por su vinculación con Espinosa Navas.