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Una grabación demuestra que un agente del Seprona se ‘chivaba’ a los furtivos del asadero de pardelas

Asadero de pardelas en Alegranza

Saúl García

Arrecife —

La defensa de la sargento del Seprona, Gloria Moreno, ha presentado un recurso de reforma en el Juzgado de Instrucción numero 3 de Arrecife para solicitar de nuevo la reapertura del caso por el que se investigó si el guardia de ese mismo destacamento, Miguel Ángel Padial, advirtió en alguna ocasión a los cazadores furtivos de pardelas en Alegranza de que iban a ser sorprendidos.

El magistrado Rafael Lis archivó el caso sin llamar a declarar ni al investigado ni a los testigos. Tras el archivo fue Padial quien denunció a Moreno por un presunto delito de falsedad en documento oficial, a pesar de que no fue ella quien lo denunció en el Juzgado, pero sí quien puso en conocimiento de sus superiores que había conocido a través de un biólogo de la Estación de Doñana en Alegranza que Padial podía haber pasado información sobre el operativo de las pardelas. El biólogo posteriormente negó esa información.

La fiscal Ramona Muñoz Casas solicita para la sargento, en ese procedimiento por presunta denuncia falsa, a raíz de la denuncia de Padial, una pena de cuatro años de prisión. El hecho novedoso que hace que se pida la reapertura es la incorporación al procedimiento de la grabación de una conversación entre Enrique Jordán, dueño del islote de Alegranza, donde se producía la caza de pardelas, y el periodista Sergio Calleja.

La conversación se produjo el pasado 5 de octubre en un establecimiento propiedad de Jordán, que había llamado previamente a Calleja, a quien no conocía, para que hiciera llegar una pregunta a la sargento del Seprona. Toda la conversación gira en torno a la denuncia por la caza de pardelas, a los procedimientos en marcha y a los protagonistas del asadero de pardelas, principalmente Fernando González Berriel.

A lo largo de la conversación Jordán reconoce su relación de amistad con este último hasta hace “diez o quince años” y que esa relación se rompió porque se negó a seguir con la caza furtiva. “Si está prohibido, está prohibido”, se le oye decir. Revela que cuando tenían amistad y González Berriel estaba en su casa de Alegranza le llamó el propio Padial y añade: “Yo sé que Miguel Ángel Padial es un chivato de esta historia mil por mil desde que vino a Lanzarote”.

En la grabación, Calleja le insta a que ratifique ese relato en el Juzgado, pero Jordán contesta que no lo hace por miedo y porque no lo puede demostrar, porque es la palabra de uno contra la de otro. En la solicitud de reapertura al Juzgado se pide que testifiquen Padial, González Berriel y el biólogo, entre otros y que, en caso de no admitir la solicitud, que el Juzgado explique “las contradicciones existentes en las declaraciones del principal testigo de cargo Juan Jesús Moreno Rajel (biólogo), probablemente derivadas de posibles amenazas recibidas, tal y como declaró mi representada a presencia judicial”.

La defensa de Moreno considera que existen “indicios y evidencias suficientes que demandan realizar una investigación judicial y la consiguiente reapertura del proceso” porque todas esas pruebas “enseñan de una manera coherente, precisa y sin atisbos de duda, que la comunicación que hace Gloria Moreno a requerimiento del capitán Germán García, sobre lo que le refiere el testigo Juan Jesus Moreno Rajel acerca de que el guardia Miguel Ángel Padial filtra información a los cazadores furtivos de Alegranza, en concreto a los hermanos Gonzalez Berriel, es cierta”.

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