El Juzgado de Primera Instancia 2 de Arrecife ha perdonado una deuda de 308.716 euros a una pareja de la capital lanzaroteña en aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad.
Según informa el despacho de abogados Bergadá Asociados, situado en Agramunt (Lleida), esta pareja no pudo hacer frente a los pagos de varios préstamos y tarjetas de crédito con intereses abusivos y se declararon en situación de insolvencia.
Las deudas comenzaron en 2011. “Con la que ahora es mi exmujer empezamos a pedir préstamos mediante tarjetas de crédito para solventar contratiempos, pero no las acabábamos cerrando por los intereses abusivos. Nos separamos y conocí a la que actualmente es mi pareja, pero la fui arrastrando sin darnos cuenta hacia la insolvencia que yo ya tenía”, comenta el hombre. “Siempre pedíamos préstamos con la intención de liquidar otros, pensando que era la forma correcta de hacerlo, pero la bola de las deudas se fue haciendo cada vez más grande”, añade.
La abogada y socia fundadora de Bergadà Asociados, Marta Bergadà, recuerda que “estaban en una situación muy complicada y de absoluta desesperación. No sabían qué hacer y las deudas les estaban ahogando. Analizamos su caso y vimos que era posible que se les concediera la exoneración del pasivo insatisfecho, así que empezamos a batallar por conseguirlo”.
El camino ha estado “plagado de obstáculos”, admite Bergadà. “Inicialmente nos empezaron a llegar numerosos embargos, sobre todo de las nóminas. También había demandas y ejecuciones que nos llevaban a la desesperación”, comenta el cliente del despacho leridano.
“Sufrimos en primera persona el acoso de los bancos. Eran innumerables las llamadas que teníamos cada día en nuestro teléfono. Pero, además, también llamaban a casa de mis padres, a mis hermanos y a nuestro puesto de trabajo. Incluso nos amenazaron diciendo que si no pagábamos las deudas enviarían a una persona disfrazada de payaso para que estuviera gritando desde la calle día y noche que debíamos dinero”, lamenta.
“Vivimos en una localidad donde todos nos conocemos y desde hace 17 años trabajo en la administración pública, por lo que al final todo el mundo sabía de nuestra situación. Por suerte, siempre hemos recibido mucho apoyo. Es más, los dos somos personas con discapacidad y, además, durante este periodo de tiempo mi mujer sufrió un cáncer, pero no respetaban ni que estuviéramos en el hospital. Todo esto nos ha unido más como matrimonio”. Por su parte, Bergadà expone que “son situaciones muy complejas que los bancos no contemplan. Tan sólo tienen la mirada puesta en las deudas sin pensar en lo que hay detrás de ellas”.
Tras varios vericuetos judiciales, el auto de exoneración de la deuda se dictó el pasado 15 de junio. La resolución permite a la pareja conservar su vivienda. “Hasta este momento hemos viviendo con la sensación de vivir al margen de la sociedad, como si no perteneciéramos a ella. Ese sufrimiento no se lo deseamos a nadie. Nuestro carácter cambió y no teníamos ganas de hacer nada debido a todos los obstáculos que hemos tenido que ir superando, pero todo esto nos ha unido más, ya que cuando uno no podía más el otro tiraba de él. Ahora ya podemos salir a la calle con la cabeza alta, sabiendo que no tenemos deudas, y empezar a vivir de nuevo, como si respiráramos aire puro. Volvemos a vivir”, concluye.
La abogada Marta Bergadà indica que “ha sido uno de los casos más complejos a los que nos hemos tenido que enfrentar, pero finalmente todo se ha solucionado como esperábamos, ya que son deudores de buena fe”. Además, recuerda que “el desconocimiento de la Ley de la Segunda Oportunidad es uno de los principales problemas que actualmente existen. Es necesario darla a conocer y que todos los que estamos implicados luchemos por ello y nos formemos para ayudar a todas las personas que están en una situación de insolvencia y lo están pasando francamente mal”.