Caso Mediador
El papel del general de la Guardia Civil en el caso Mediador y su conexión con África: “Me dejas la tarjetita de gastos”
Hoteles, viajes a Fuerteventura, restaurantes, quesos, cajas de puros… Son numerosos los detalles que se reflejan en el sumario del caso Mediador, una causa en la que se investiga una trama de presuntas extorsiones a empresarios del sector de la ganadería y de la fotovoltaica en Canarias para evitar expedientes o lograr ciertos beneficios. Los atestados de la Guardia Civil reflejan el esquema de cómo se operaba, con el Mediador (Antonio Navarro Tacoronte) en el medio y una vertiente política (encabezada por el exdiputado socialista Bernardo Fuentes) y otra militar (con el general de Brigada ya jubilado de la Guardia Civil Francisco Javier Espinosa Navas, el único en prisión provisional por esta operación). “Me dejas la tarjetita de gastos, la buena”, se recoge en una de las transcripciones de las conversaciones que el militar mantenía con empresarios e incluidas en esta causa.
En la documentación que obra en el sumario de la investigación constan numerosas conversaciones entre el general Espinosa (al que se le denominaba con los alias papá o general) y el Mediador y de empresarios sobre este. Su papel en la trama “era aprovechar sus relaciones empresariales” para la consecución de contratos con empresas locales canarias y del entorno del general así como “valerse de la trayectoria profesional de miembros de la GuardiaCivil, quien haría de intermediario”.
También se recoge en el sumario material gráfico de los encuentros con los empresarios. Llegaba incluso a recibirlos en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil con sede en la calle Guzmán el Bueno, en Madrid. Y prueba de ello son las fotos localizadas en los teléfonos móviles del intermediario de la trama, que incluso se fotografían con otro empresario en la capilla de la sede central del instituto armado. “Antonio, la dirección de mi despacho es la calle Guzmán el Bueno 110. Julio te estará esperando en la puerta para meterte para dentro. Así que nada, allí os espero para cuando queráis. Un abrazo”, se recoge en un audio del general. También aparece otra fotografía entre un empresario de drones (Suárez Estévez) con Antonio Tocón, que era entonces jefe de servicio del Seprona (que no está investigado en esta causa) y que redactó una carta de recomendación para trabajar con esta empresa de aeronaves no tripuladas.
Se documentan además varios encuentros entre Espinosa con un empresario (Bautista) con el que el guardia civil habría intentado conseguir, además de las dádivas, incorporarse como colaborador en sus empresas una vez se retirase profesionalmente (algo de lo que se habla en distintas partes del sumario). También habría intentado que se contratara a la mujer con la que tenía una relación extramatrimonial y a la que se refería con motes sexuales en las grabaciones. De hecho, queda reflejado, que dicho empresario investigado pagó uno de los viajes del general para encontrarse con esta mujer en una habitación de hotel.
El general menciona su jubilación, que estaba prevista para el 11 de enero de 2021. En una conversación con el Mediador señala: “Yo, si sigo aquí en el proyecto, hasta octubre voy a colaborar con vosotros…” “... yo, si trabajo con vosotros y vosotros pensáis que me tenéis que dar algo, pues ya me diréis”.
La conexión con África
En los atestados de la Guardia Civil se recuerda que Espinosa Navas ha participado en numerosas misiones en el extranjero, destacando su papel en el Danubio, en Sarajevo o la misión de la UE en el Sahel-Níger, de la que fue máximo responsable. Su formación de especialización profesional incluye, entre otros, un curso de Operaciones y Mantenimiento de la Paz y el curso Monográfico sobre África. También se recuerda que coincidiendo con la etapa en la que ocupaba la Jefatura de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas, con el empleo de coronel, fue objeto de una investigación en el marco de las diligencias previas en el denominado caso Unión, una de las tramas de corrupción más importantes de Canarias por número de piezas e implicados, aunque el caso acabó archivado. Se sospechaba que Espinosa avisó a la entonces alcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz (Coalición Canaria), de que iba a ser detenida. La alcaldesa es hermana de la entonces portavoz del Gobierno y viceconsejera de Justicia, Carolina Déniz, actual jueza de Instrucción 3 de Santa Cruz de Tenerife.
El Mediador señala en su declaración que a uno de los empresarios investigados en la trama, el general de la Guardia Civil prometió que le conseguiría un contrato de instalación de placas solares en Cabo Verde y Mozambique por valor de 35 millones de euros. En esta operación, Espinosa se quedaría con 3,7 millones, el 10 % del negocio, en concepto de “gastos de representación”. El empresario finalmente se echaría atrás “por la peligrosidad en África”.
Sobre Cabo Verde hizo referencia en los audios aportados. El general llega a decir que después de 20 años en el cuerpo de la Guardia Civil se quemó mucho y que tuvo la oportunidad de entrar en ese país africano, donde “el problema” es que “el dinero no te lo puedes traer” aunque allí “con las cuatro putas tarjetas puedes vivir”, pero “te tienes que acostumbrar para no ser un corrupto”. Además, dijo que “de cien mil euros, sesenta son tuyos y cuarenta no y nadie quiere entregar cuarenta mil euros, por lo que el problema es que te obliga a vivir allí”. Pero, “viviendo allí eres el rey, un marajá”, se recoge en un audio donde también profiere comentarios machistas.
¿Cómo comenzaría su intervención en el caso?
En uno de los atestados de la Guardia Civil se refleja que las primeras conversaciones entre Espinosa y el mediador datan del 24 de agosto de 2020, donde Navarro Tacoronte refleja el deseo de que una empresa pueda introducirse en la Zona Especial Canaria (ZEC). Además, la vinculación entre el investigado Bautista Prado y el general comienza unos días después, el 31 de agosto, cuando Navarro Tacoronte le envía al general una tarjeta de visita donde figuran los datos del empresario. “A partir de ahí comenzó una relación de intereses que fundamentalmente se fraguaba en el restaurante La Quinta (Madrid)”. También figuran visitas a la Dirección General de la Guardia Civil y otro encuentro en la isla de Fuerteventura.
“Los indicios que obran en la causa dejan patente el interés que motivaría al general para intervenir de forma activa en el propósito del entramado delictivo. Por ende, él mismo es quien en varias ocasiones reclama las dádivas que habría de recibir a cambio de su mediación”, refleja el atestado. También destaca el informe la “curiosa” forma en la que se comenzó la relación entre Espinosa y uno de los empresarios (Bautista Prado) cuando el chófer del primero habría acudido al aeropuerto a recepcionar una caja de puros “presuntamente adquirida por este último cuyo destinatario final era el primero”. “En el ámbito de la corrupción pública, como sucede en el presente caso, gestos como este denotan que el interés mostrado por el empresario persigue una finalidad”. También se pone de relieve el interés de Espinosa para que le entreguen una tarjeta Mastercard, tras habérsela requerido al Mediador. Navarro Tacoronte le llega a decir a un empresario: “...Mira, te crees que soy gilipollas, me bloqueaste la tarjeta de ”papá“ que no soy tonto…”.
En prisión y en busca del dinero
La magistrada titular del Juzgado de Instrucción 4 de Santa Cruz de Tenerife, María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres Farizo, decretó el pasado 16 de febrero prisión provisional “comunicada e incondicional” para Francisco Javier Espinosa, detenido el 14 de febrero por el caso Mediador. Es el único de los 12 investigados en la trama que se encuentra en prisión preventiva. Se les imputa cinco delitos: cohecho, blanqueo de capitales, falsificación, pertenencia a organización criminal y tráfico de influencias.
Espinosa (nacido en Sevilla en 1956) fue detenido el martes 14 de febrero en su domicilio en Madrid. En el interior de la vivienda se encontró una importante cantidad de dinero (alrededor de 58.000 euros, según fuentes cercanas a la investigación) que guardaba en cajas de zapatos. Según fuentes internas del instituto armado, su retribución anual en el cuerpo, antes de retirarse, era superior a los 200.000 euros. Los investigadores tratan de averiguar el origen de su patrimonio. De hecho, en el sumario se recoge que se está a la espera del resultado de la Orden Europea de Investigación vinculada a la búsqueda de productos financieros en Bélgica, así como de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos (respecto de posibles bienes que Espinosa Navas pudiera poseer en los países relacionados con el Proyecto GAR-SSIahel).
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