La Audiencia Nacional juzgará desde el miércoles a un yihadista que vivió en la localidad grancanaria de Vecindario y que fue detenido en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras ser interceptado en Jordania cuando en noviembre de 2016 trataba de cruzar la frontera para unirse al Dáesh en Siria, hechos por los que se enfrenta a 8 años de cárcel.
El acusado, Muthanna Zakarna Zakarna, de nacionalidad española y nacido en Jenín (Palestina), intentó en dos ocasiones entrar en Siria, siendo detenido la segunda vez a su llegada al aeropuerto de Ammán (Jordania), según relata la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.
La primera vez, en julio de 2016, fue detenido en la población de Kilis (Turquía) a escasa distancia de la frontera con Siria, “frustrándose su deseo de acceder a territorio sirio dominado por la organización terrorista Dáesh”.
Posteriormente fue devuelto a España, donde al llegar llevaba 2.000 euros en billetes de 50, “portando de igual forma divisa turca en pequeña cantidad”.
Tras ese primer intento, y con la especial vigilancia a la que fue sometido por parte de los agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil, se comprobó que en noviembre volvió a salir de España para, esta vez, dirigirse a Jordania, país también fronterizo con Siria.
Esta vez tampoco consiguió su propósito al ser detenido en el aeropuerto de Ammán (Jordania) y “expulsado del país regresando a España”, donde fue arrestado por la Guardia Civil a su llegada al aeropuerto madrileño.
Además de estos hechos, por los que el fiscal le pide 4 años por un delito de traslado a zona controlada por organización terrorista, se le acusa también de un delito de autoadoctrinamiento, por el que le pide otros 4 años de prisión.
Según el escrito del fiscal, el acusado frecuentaba desde 2014 un locutorio de la localidad de Vecindario, en Gran Canaria, donde él residía, y allí consultaba vídeos y noticias emitidos por entidades al servicio del Dáesh.
Esta circunstancia, añade el escrito, acredita “el proceso de autorradicalización” en el que se sumergió a través del consumo reiterado de propaganda del Dáesh, lo que le llevó a tratar de incorporarse a sus filas “como miembro de sus fuerza militares”.
Además contaba con un perfil en Facebook “en el que se aprecian referencias y etiquetas a publicaciones y a imágenes en que se vanagloria a los 'mártires' de los conflictos armados y se hacen comentarios laudatorios a muertos”.
En su teléfono móvil fueron también localizados una serie de vídeos que, a juicio de la Fiscalía, “demuestran el proceso de radicialización”.
Entre ellos destaca el titulado “Las leyes dominantes de Allah”, que consiste “en una descripción de la leyes y castigos que impone el Dáesh bajo la aplicación de la sharia islámica, incluyendo imágenes explícitas de ejecuciones, decapitaciones y amputaciones”.