“La inteligencia artificial es un mecanismo absolutamente indispensable para la investigación penal y para muchas actividades de la vida, pero yo creo que no puede sustituir al juez. Impartir justicia es más que decir cuál es el derecho aplicable. El robot convertiría en un fósil la jurisprudencia, no permitiría una jurisprudencia cambiante. Una Justicia robotizada sin selección sería una Justicia que se alejaría del valor constitucional. ”Hay que hacer una reflexión. Estamos avanzado hacia una desmaterialización del proceso. Hay que lograr que la Justicia siga siendo humana; no puede perder el rostro humano“, expuso Manuel Marchena Gómez, presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo.
El Parlamento de Canarias ha celebrado este lunes la conferencia Inteligencia artificial y proceso penal: ¿hacia una justicia robótica?, a cargo de Marchena Gómez, en un acto presentado por el presidente de la Cámara, Gustavo Matos, y por el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, que registró un lleno absoluto en la Sala Europa.
En la presentación del acto, el presidente Gustavo Matos recordó la aspiración de la Cámara en esta décima legislatura de convertirse en “lugar de encuentro en una conversación permanente con la sociedad civil, ser más que un lugar donde se aprueban leyes, convalidan decretos o se ejerce acción de control al Gobierno” y defendió “abrir esta casa para quienes tiene algo que contarnos”.
Matos consideró “un lujo” la presencia de Marchena en el Parlamento de Canarias y coincidió con él en que “difícilmente” la inteligencia artificial podrá sustituir cuestiones tales como, por ejemplo, el principio de inmediatez. “Es un privilegio compartir esta mesa con él y con Navarro en esta invitación a la reflexión, a pensar”, expresó.
Navarro destacó que el presidente de la Sala Segunda, “un amigo y un canario universal”, fue el fiscal de sala más joven de la historia de España. “Ha sido un gran luchador por la independencia judicial, un enamorado de la modernidad de la Justicia”. Valoró asimismo que haya logrado que la Justicia en España “sea un poco más transparente y un poco más comprendida”.
En la introducción de la conferencia, Marchena habló de la “sensación de que los juristas siempre llegamos tarde a todo, que estamos instalados en una obsolescencia jurídica que afecta a todos los niveles”. También indicó que hoy hay quienes están estudiando la responsabilidad de los robots, mientras existe un debate sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas,
“¿Qué entendemos por inteligencia artificial? Es difícil una definición; hay un sentido amplio, pero desde esta parte que nos ocupa, la del Derecho Penal, sería ese modo en que determinadas aplicaciones informáticas procesan una información que, debidamente tratada, ofrece un resultado que denota ser una respuesta inteligente al problema planteado”, expuso.
La pregunta, dijo, es qué hacer con la inteligencia robótica y el proceso penal. “¿Podemos sustituir al juez por un robot? En China se ha llegado a la conclusión de que se puede formular acusación con un índice del 97 por ciento de acierto a través de un robot; en determinados delitos se podría formular acusación a través de un robot, un ordenador que identifica hasta siete delitos distintos. ¿Quién controla al que controla al robot? Esto se está planteando, porque se considera que en ocasiones no se ha definido la responsabilidad del fiscal que está detrás del robot cuando el robot se equivoca”.
Marchena recordó las dificultades de acceso que existen a la inteligencia artificial para muchas personas, “algo que obliga a una reflexión que es muy positiva: mantener las dos plataformas de tutela judicial de intereses”.