El juez Salvador Alba intercambió correos con un delincuente para intentar “sacar toda la porquería” de Victoria Rosell
El magistrado Salvador Alba, investigado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) por la presunta comisión de hasta seis delitos, intercambió varios correos electrónicos entre el 29 y el 30 de marzo con un condenado por estafa y homicidio para tratar de perjudicar a la también jueza Victoria Rosell. En esas conversaciones, Alba se interesa por un “dossier explosivo” con información que, en palabras de Ramón Francisco Arnau de la Nuez, su interlocutor, le permitiría “sacar a relucir toda la porquería que rodea a la magistrada y a sus socios”. Entre otras personas, Arnau menciona al magistrado Miguel Ángel Parramón, al secretario judicial Miguel Ángel Tabladillo, al comisario ya jubilado Juan Luis Regalado, a los fiscales Luis del Río y Evangelina Ríos, a la diputada de Podemos Meri Pita y al fiscal jefe de Las Palmas Guillermo García-Panasco. En uno de los mensajes, el juez reconoce que su propósito desde hace años es “poner fuera de la judicatura a quien ha actuado con ilicitud manifiesta en sus acciones”, en alusión a Rosell, y se compromete a hacer uso del material ofrecido para “acabar con esta farsa de una vez por todas”.
Los correos forman parte de una denuncia presentada ante la Fiscalía Provincial de Las Palmas, a la que el magistrado acudió por considerar que estaba siendo víctima de coacciones por parte de Arnau de la Nuez, que se hace llamar la araña y dice ser un ex agente del CESID (Centro Superior de Información de la Defensa) víctima de “un complot judicial y político” por el que ha permanecido encarcelado durante años.
Aunque en el intercambio de mensajes se abordan distintas opciones para que ese supuesto dossier con “1.200 folios” de información comprometedora para Rosell llegue a manos de Alba, el juez decidió finalmente rechazar la propuesta cuando Arnau de la Nuez le pidió 1.000 euros para pagar a un intermediario, un hombre “casi analfabeto” de 62 años, que le debía entregar, “vestido con ropa de operario de una compañía telefónica”, una mochila con esos papeles. La negativa final de Alba provocó la reacción airada de su informante. “Nunca debiste de hacer caso a quien te aconsejó que no cumplieras tu compromiso conmigo, nunca debiste hacerlo Salvador. Cumple conmigo, yo cumpliré contigo, y luego cada uno por su lado. Tic tac, tic tac, tic tac, mañana a las 9 de la mañana. Tú eres el que decides si vives en paz o no”, le escribe en el último correo aportado por el juez.
Según se desprende de la denuncia presentada ante la Fiscalía, Alba conocía la identidad de Arnau de la Nuez, “un preso” del que había recibido “hace unos años” unas cartas en las que “se decían auténticas barbaridades sobre compañeros de este territorio”. El magistrado investigado afirma en su escrito al Ministerio Público que fue su esposa -letrada de la Administración de Justicia, es decir, secretaria judicial- la que decidió contestar el primer correo electrónico para seguir lo que, entendían, “era una broma de algún amigo o compañero”. Asegura, incluso, que llegó a sospechar de su hermano y precisa que los mensajes que alertaban de supuestas conductas delictivas de la jueza eran “extensos pero sin detalle”.
En total son ocho los correos aportados por Alba, seis escritos por Arnau de la Nuez y dos enviados desde su cuenta personal. El juez no ha entregado el hilo completo de la conversación. En orden cronológico, el primero es la respuesta de Alba, también extensa, a la oferta inicial. El mensaje está registrado a las 12.47 horas del pasado 29 de marzo. El magistrado reconoce en este correo que sigue conservando las cartas enviadas por Arnau de la Nuez. “Aún le doy vueltas”, dice. En relación a Victoria Rosell, sostiene que inició actuaciones contra ella “para desvelar su actitud prevaricadora”, porque estaba convencido de “la ilicitud de su conducta”, y que mantuvo informado “en todo momento” a la Fiscalía, al TSJC y al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de su reunión con el empresario Miguel Ángel Ramírez para preparar una declaración que perjudicara a la exdiputada de Podemos.
“Confío aún en esclarecer todo esto y conseguir lo que desde el principio me propuse y es hacer justicia y poner en su sitio, fuera de la judicatura, a quien ha actuado con ilicitud manifiesta en sus acciones. Ese era mi propósito y ese es mi propósito. Hace años no tenía medios ni posibilidades y ahora sí los tengo, por lo que no voy a detenerme aunque traten de hacerlo”, asevera el magistrado, que carga contra “los compañeros que cubren a la magistrada (Rosell) sin ningún pudor”. “La Justicia que merece este país no es esta”, sentencia el juez antes de preguntar a Arnau de la Nuez de qué forma podía recibir esa información y advertirle de que toda la documentación debe tener una procedencia lícita y tiene que analizarse al detalle “para no dejar ningún cabo suelto”.
Arnau de la Nuez, por su parte, admite que actúa por “pura vendetta” y que su única pretensión es “hundir” a la jueza Rosell. Además, promete a Alba que nadie sabrá “jamás” que se han comunicado entre ellos. En mensajes posteriores, entra en materia y propone estrategias para sacar a la luz pública esa información. Le recomienda “jugar muy sucio” y “no fiarse de nadie” y le sugiere la posibilidad de publicitarlo en medios de comunicación “de su confianza” o, incluso, de dar una rueda de prensa. Con respecto a la recepción de la documentación plantea distintas opciones: “Si desea cambiar el procedimiento de entrega de las pruebas y es para usted más fiable el de unas bolsas de El Corte Inglés en los probadores de la planta de caballeros, con algo de ropa en lo alto, o en un restaurante, o por mensajería, o quizás en una playa abierta, tipo Maspalomas o Las Canteras, solo tiene que decírmelo, a mí me es indiferente el lugar y la forma, elíjala usted”.
El mismo 29 de marzo por la tarde, Arnau de la Nuez trata de concretar la entrega del dossier para el día siguiente y le explica que al lugar acordado acudirá una persona de su confianza que cobrará por ese trabajo 2.000 euros, de los que él pagaría la mitad y el juez, la otra mitad. “Usted ha cambiado el proceso de entrega y a esta persona le ocasionará una molestia”, justifica el interlocutor de Alba, que remarca que a los dos les conviene “que salga todo perfecto”.
La respuesta desde la cuenta personal del magistrado llega a las 4.57 horas del 30 de marzo. “No voy a comprar ninguna información o prueba de actividades delictivas, pues hay cauces legales para ello y ninguno de ellos es la entrega más o menos encubierta que, por otro lado, restaría todo el valor probatorio a esa información. Agradezco su interés por la Justicia, pero por mi condición de magistrado y por mis convicciones debo rechazar su propuesta”, escribe Alba antes de invitarle a acudir a la Audiencia Provincial de Las Palmas. “No tendré ningún problema en recibirle y recibir lo que quiera hacer llegar, pero de forma transparente”, concluye.
Posteriormente, en otros dos correos, Arnau de la Nuez monta en cólera contra Alba y su “decepcionante reacción”, propia, en su opinión, de “un auténtico paranoico o de un oligofrénico”. En el último de ellos, fechado el 31 de marzo a las tres de la madrugada, hace referencia a aspectos de la vida privada del magistrado y le advierte de que acabará en la cárcel y perderá su patrimonio. En su escrito ante la Fiscalía, Alba reconoce la “absoluta” preocupación y el “temor” que le generó ese mensaje. “Pensé que estaba siendo víctima de una estafa por internet”, asevera.
Alba declarará este viernes por segunda vez ante Margarita Varona, instructora de la causa contra el magistrado en el TSJC. Lo hará a petición propia después de que la Guardia Civil emitiera un nuevo informe pericial que concluía que el audio encontrado en la papelera del dispositivo que utilizó Miguel Ángel Ramírez para grabar su conversación con Alba no contiene ningún corte ni inserciones y que es auténtico. En su primera comparecencia, el pasado 19 de diciembre, el juez imputado se negó a contestar todas aquellas preguntas relacionadas con la grabación en la que se le escucha maquinar contra Rosell al entender que eran nulas. Avalada su autenticidad, el magistrado podrá ahora responder a las cuestiones que le formulen con respecto a su reunión con Ramírez y los mensajes de correo que intercambió con Arnau de la Nuez.