El comportamiento del turismo hasta febrero y la mayor capacidad aérea estival proyectan un 2024 con aún más visitantes

Si alguien pensaba que en este 2024 el comportamiento del turismo en las islas iba a dar un pequeño giro y con él sería más fácil corregir la masificación que ahora se produce en algunas islas, zonas urbanas, lugares de interés natural, patrimonial y turístico, e infraestructuras viarias, es muy probable que esté equivocado. Así al menos se extrae de los registros macroeconómicos sobre la principal actividad productiva en Canarias conocidos hasta ahora. Hay que recordar que el turismo representa el 35,5% del PIB regional y tiene una influencia aún mayor en la generación de empleo, con el 40% del mercado laboral. 

Por cierto, en esta coyuntura, de no parar ni ordenar y sí crecer más, Canarias, al menos en cinco de sus ochos islas, acogerá las movilizaciones de protesta por la masificación turística de muchos espacios insulares y el colapso de infraestructuras (colas y más colas en carreteras principales) y de zonas en medios naturales, y por consecuencias en varios ámbitos y en la calidad de vida de los residentes isleños. Las manifestaciones las convocan organizaciones ecologistas y sociales de las islas, con el lema Canarias tiene un límite. Serán el sábado 20 de abril en Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura y La Palma. Esto es lo decidido por ahora.

Este martes, como ya ocurriera en la primera semana del mes pasado (abril), en ese caso para los datos de enero de 2024, ha quedado manifiestamente claro que la llegada de extranjeros a Canarias sigue creciendo a niveles relativos de dos dígitos, por encima del 10% (el 14,4% más en febrero pasado -1,4 millones de personas-, el valor más reciente, respecto al mismo mes de 2023), lo mismo que el gasto turístico, que se muestra en términos más tajantes, con una subida relativa del 21,5% respecto a febrero del año pasado y un valor absoluto de 2.177 millones de euros.

Así las cosas, Canarias ya acumula en esa misma variable, la de gasto turístico, 4.188 millones de euros en el primer bimestre de 2024, nada más y nada menos que el 31,5% de la variable para toda España, por delante de Cataluña y de Madrid (ambas comunidades con el porcentaje del 16,2% nacional), en sus últimos meses de la temporada alta, a la que queda por contabilizar el de marzo, con la Semana Santa en su seno.

En febrero pasado, la subida del gasto turístico global (no confundir con el ingreso total que por el negocio se queda en las islas) se explica por dos factores que convergen y suman: el mayor número de turistas con origen en otros países atendidos en las islas y el aumento del periodo medio de estancia por visitante, que fue de 9,4 días, el 6,5% más que en el mismo mes de 2023. El empujón se explica por eso: más extranjeros, igual gasto por día de estancia, pero un periodo mayor en el destino de las vacaciones.

En el turismo, al menos según los parámetros de medición del negocio conocidos hasta ahora, todo va bien o muy bien; o sea, con viento en popa y a toda vela. Pero esto solo es así si no se entran a analizar los problemas de sostenibilidad integral (por superar capacidades de carga) que genera el turismo, sobre todo por impactos en el medio natural, en el consumo de recursos básicos (agua, gestión de residuos…) y otros costes derivados, junto, y este es muy importante, a la considerada como deficitaria redistribución de la riqueza entre los trabajadores del sector y a los problemas de la población residente para hallar vivienda en condiciones de calidad y precio en las islas, algo que se explica por el bum del alquiler vacacional, movido por la fuerte demanda de alojamiento turístico, y por la escasez de pisos protegidos en toda Canarias.

Pero los registros bondadosos para el negocio turístico de Canarias, los conocidos este martes, no son solo aquellos, sino que hay más y muy solventes para el sector. Otro de ellos es, sin duda, cómo se proyecta el verano en las islas, tras el cierre de la temporada alta de invierno a partir del 1 de abril y con en teoría dos meses regulares por delante, como es tradición y suelen ser los de abril y mayo, estos de transición hacia la temporada estival de 2024. Si se salva ese escollo teórico, esto va pa’ récord. Luego, de nuevo la temporada invernal, la de 2024-25, el fuerte de Canarias.

Pues bien, con vistas al verano de 2024 las expectativas son también muy buenas. Sí, así es, que las compañías aéreas, las que traen los clientes a las islas, ya han incrementado la oferta de asientos en sus vuelos hacia el archipiélago el 8,5% en rutas internacionales, sobre todo europeas, y el 14,3% en conexiones aéreas desde el resto de España. Nada mal. Además, la temporada de invierno actual ya se cerró con el 10,3% más de plazas en vuelos desde el extranjero y el 7,5% en rutas con la Península. Poco más que decir. Aquí una de las razones de los buenos datos en llegadas hasta febrero de 2024. Y queda el potente marzo para sellar la temporada alta, que se prevé con subidón.

Lo que avanzan los registros oficiales macroeconómicos conocidos hasta ahora, los de enero y febrero de 2024, unidos a las previsiones de plazas aéreas para el verano y al incremento de la actividad económica en el sector del turismo para este 2024, en torno al 8%, según la patronal Excelcan, permiten asegurar, desde la actual coyuntura, que en Canarias, si se mantienen los crecimientos en las llegadas en torno al 10% o cerca de ese nivel relativo, el turismo en 2024 podrá superar el número total de visitantes de 2023, récord histórico en Canarias, con 16,2 millones de turistas (extranjeros más peninsulares), y quizá este podrá elevarse incluso en algo más de un millón. 

Es justo lo que ahora indican las proyecciones. Por eso, si alguien piensa en que la masificación de algunas islas, espacios naturales, carreteras, resto de infraestructuras y servicios, y zonas urbanas especializadas en turismo va a terminar en este 2024, es muy probable que esté equivocado. Lo más seguro es que haya que esperar a otros tiempos.

Niveles antes nunca vistos

Canarias recibió en febrero pasado, su mejor mes en turismo extranjero de la historia (como también ocurrió en enero pasado), 1,4 millones de personas con esa procedencia, el 14,4% más (hasta 1,4 millones) que en el mismo mes de 2023, que no es poco, y el 11,8% más que en el primer bimestre del año pasado, al contabilizar como cifra absoluta de los dos meses 2,7 millones de turistas.

Las islas estuvieron en el top 1 (con el 28% de lo recibido por todo el país) por comunidades autónomas, algo normal para Canarias en la temporada de invierno, muy lejos del segundo lugar: Cataluña, con 1,05 millones de turistas con origen fuera de España (21% nacional), tal y como publica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su Estadística de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur) de febrero. El país atendió 5 millones de turistas, con el 15,9% más que en febrero de 2023. Además, España, en el primer bimestre, ya acumula el 15,6% más que en enero-febrero de 2023.

En el otro parámetro económico conocido hoy, el también servido por el INE a través de la Encuesta de Gasto Turístico de febrero pasado, vuelven a darse registros al alza: hay más gasto de los visitantes que provienen de fuera de España, con 2.177 millones de euros en el mes de referencia, el 21,6% más, esto gracias a que llegan más turistas y estos mantienen el gasto por persona y día, aunque con una estancia promedio mayor. Todo cuadra a la perfección, por ahora, para que la cifra económica se siga disparando.

En el primer bimestre del año, el gasto turístico (y no todos estos recursos dinerarios se quedan en Canarias) alcanzó el umbral absoluto de 4.188 millones de euros, el 31,5% de ese mismo registro para toda España.