La crisis climática rebajaría en hasta un 19% la demanda turística estival en Canarias, según un estudio

Visitantes en la playa de Maspalomas (Gran Canaria)

Toni Ferrera

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La llegada de turistas en verano a Canarias podría verse gravemente afectada si la temperatura del planeta continúa aumentando casi sin control. Un estudio del BBVA Research, un centro del mencionado banco destinado a investigar cuestiones financieras, ha estimado que, en caso de que la emisión de gases contaminantes que ha provocado el cambio climático antropogénico no cese para final de siglo, la demanda turística descendería en hasta un 19,6%, perjudicando por tanto al motor económico del Archipiélago.

Los resultados del BBVA Research concuerdan con otras investigaciones similares que también han vaticinado un frenazo importante al turismo en las Islas si se cumplen las peores predicciones del calentamiento global, pues la Comunidad Autónoma se convertiría en un destino menos apetecible debido a las reducciones del confort térmico y del índice de clima vacacional de playa (HCIB). Básicamente, haría tanto calor que ni siquiera la oferta de sol y playa característica de la región triunfaría.

El estudio analiza el efecto presente y futuro que la crisis climática podría tener sobre la demanda turística en las provincias españolas considerando tres escenarios de calentamiento global proyectados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC): uno de bajas emisiones (aumento de temperatura de 1,8 grados centígrados en 2100 con respecto a valores preindustriales), otro de calentamiento moderado (incremento de 2,8ºC) y el último de calor extremo (subida próxima a 5ºC).

Los investigadores han analizado la demanda turística a través de los registros de pernoctaciones hoteleras. Además, para aproximar las condiciones climáticas han utilizado un índice de confort climático ampliamente aceptado en la literatura científica, el denominado índice de condición turística (TCI).

Las conclusiones de la investigación muestran que, hacia finales de siglo, entre los años 2090 y 2100, la crisis climática se convertiría en un factor “determinante” de la distribución estacional y geográfica del turismo en España. El aumento de las temperaturas afectaría negativamente a la demanda en la costa sur y mediterránea, pero supondría al mismo tiempo un crecimiento en las provincias del norte, dependiendo del escenario climático. Con datos, la provincia que se vería más afectada es la de Baleares, donde la llegada de visitantes anualmente se reduciría en un 27,4%, seguida de Tarragona (10,9%) y Huelva (10,2%). Las más beneficiadas serían Asturias, con un crecimiento del 6,9%, Cantabria (6,1%) y A Coruña (5,3%).

En Canarias, en concreto, la demanda caería un 4,1% en Las Palmas y un 3,2% en Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, las cifras revelan que existe una enorme variabilidad mes a mes, pues mientras en el periodo estival los descensos alcanzan el 19,6 y el 17,7%, respectivamente, en invierno, la temporada alta del turismo en el Archipiélago, la llegada de viajeros aumentaría hasta un 7,4%, al menos en la provincia más occidental.

Para Joxe Mari Barrutiabengoa, graduado en Administración y Dirección de Empresas y Economía por la Universidad Pública de Navarra y uno de los autores del trabajo, el calor extremo va a “desanimar” los viajes en verano a destinos tradicionales, como Canarias, mientras que la primavera y el otoño podrían convertirse en temporadas más atractivas capaces de “aliviar la presión” sobre el turismo estival, “siempre y cuando se apliquen las medidas de adaptación (flexibilización de calendarios laborales y de estudio, por ejemplo) e inversiones en infraestructuras necesarias”.

El economista considera que “la adaptabilidad, por tanto, será pieza clave” para evitar que la crisis climática tenga un impacto negativo “significativo” en el turismo español, en especial en aquellas regiones donde es bastión de la economía. A su juicio, la industria turística debe adaptarse a las condiciones climáticas, aumentando su presencia en el norte de España, mejorando instalaciones e infraestructuras y diversificando zonas de atracción. “Un gran reto, pero, al mismo tiempo, una gran oportunidad”, remacha.

La publicación del estudio es oportuna en Canarias, donde cientos de personas han anunciado una nueva movilización el próximo 20 de octubre para exigir un cambio del modelo turístico “depredador” que en estos momentos impera en las Islas. El Archipiélago proyecta un cierre de año con alrededor de 18 millones de visitantes en todo el curso, una nueva marca histórica que superará con creces la vigente, precisamente alcanzada el año pasado (16,2 millones).

De acuerdo con cifras del Gobierno regional, el turismo generó unos 16.961 millones de euros en las Islas en 2022, el 35,5% del PIB autonómico. También ese año, el sector daba trabajo a 344.358 personas, el 39,7% del total. A pesar de su indudable relevancia, la otra cara de la industria (bajos salarios y pobres condiciones laborales, entre otras cosas) y su imparable crecimiento están siendo cada vez más puestos en tela de juicio por residentes isleños. 

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