Ecologistas presentan un decálogo de factores “clave” para entender los problemas que genera el turismo de masas en Canarias

Activistas con el proyecto turístico Cuna del Alma, en la acampada que realizaron para impedir que las obras destruyeron restos arqueológicos y especies protegidas en el sur de Tenerife.

Canarias Ahora

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Ben Magec-Ecologistas en Acción ha presentado su decálogo de la "insostenibilidad" del modelo turístico en Canarias, donde resalta los factores “clave” para entender las afecciones sociales y medioambientales que achaca a esta actividad, sobre la que cree que hay que tomar “medidas urgentes”.

El decálogo, elaborado con motivo del Día Internacional del Turismo que se celebra este viernes, resume “los problemas y consecuencias de un sistema depredador que está tensionando el territorio y a sus habitantes”, así como las “medidas urgentes” que el colectivo estima que hay que adoptar para controlarlo, según explica en un comunicado.

Existe, alega, “un malestar generalizado y creciente” entre los canarios, que “sufren a diario las consecuencias de la inacción de las instituciones públicas en el freno y control de una situación que ha sobrepasado todos los límites y que tensiona, cada vez más, la vida de la gente”, y ante la que piden “medidas”, como acotar el turismo masivo, una ecotasa, una moratoria turística y vacacional y “la urgente regulación de la compra de viviendas por parte de personas no residentes”.

Temas como la depredación del territorio, el consumo de agua o la falta de vivienda son algunos de los aspectos recogidos en el documento, que busca “ser una hoja de ruta para entender la problemática derivada de un sistema económico que genera desigualdad, precariedad y excesiva dependencia del exterior”.

Para Ben Magec, las “históricas manifestaciones” del pasado 20 de abril para reclamar “medidas urgentes” para limitar el turismo masivo, son una muestra “del profundo malestar de la ciudadanía canaria ante una situación que ha sobrepasado, con creces, todos los límites” y que está provocando una “profunda degradación, tanto del territorio como de la calidad de vida de nuestra gente”.

Frente a ello, las instituciones canarias “han obviado el debate social, mirando hacia otro lado y acelerando la aprobación de nuevos macroproyectos turísticos”, permitiendo, además, “la continuidad de muchos que incumplen la legalidad”, denuncia.

El territorio insular, versa el documento, está siendo “completamente depredado por quienes especulan con él”, el empresariado y quienes dirigen las instituciones públicas, que “no mueven un dedo en favor del interés general, pero los mueven todos en beneficio del privado, poniendo las administraciones al servicio de las empresas”.

Además, apuntan a otros problemas sociales derivados de un modelo turístico “ilimitado e incontrolado”, como es el acceso a la vivienda para los canarios, el auge del alquiler vacacional y de compra de propiedades por parte de población europea que ha “encarecido el precio de la vivienda hasta cifras inasumibles con sus salarios, incrementándose hasta un 45% desde 2015”.

Para Ben Magec, esta crisis “se agrava en todas las islas y provoca que personas con empleo e ingresos sean incapaces de acceder a una vivienda” y que exista una “masificación de las islas sin precedentes y en un encarecimiento de la vida”, con una “subida de la cesta de la compra básica de hasta un 32 % en los tres últimos años, la más pronunciada de todo el Estado”.

Llaman la atención de que a pesar de los “récords turísticos que se superan año tras año, casi el 36% de la población canaria se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social”, unas cifras “muy superiores a la media estatal” que sitúan a las islas como la segunda comunidad con peores datos, solo por detrás de Andalucía.

La escasez de agua, fruto de la sobreexplotación de los acuíferos, la reducción de las precipitaciones y la sequía prolongada que sufren las islas a consecuencia del cambio climático es otro de los factores que, a juicio de Ben Magec, agrava la situación actual, ya que “la industria turística sigue haciendo un uso irresponsable de este recurso, llenando piscinas o regando campos de golf, consumiendo, además, hasta seis veces más agua que la población residente”. 

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