El último informe sobre sostenibilidad del turismo en Canarias ha vuelto a evidenciar, como ya hizo el publicado el año pasado, que las administraciones del Archipiélago cuentan con pocos o muy pocos datos para medir el impacto ambiental de la actividad turística en las Islas. El estudio, elaborado por profesionales de las dos universidades públicas de la Comunidad Autónoma, lamenta la falta de indicadores oficiales para analizar la huella de la industria en aspectos clave como la gestión de residuos, de aguas residuales, de accesibilidad y renovación del espacio urbano, entre otras cosas.
El documento intenta resumir en 16 áreas esta materia. Lo hace asumiendo “las fuentes disponibles” y “con la perspectiva de mejorar esta información y medir lo que importa”. Pero a partir de la indagación detallada en el texto, puede concluirse que al menos ocho de estos ámbitos señalados por los expertos, es decir, la mitad, carecen total o parcialmente de cifras oficiales.
La gestión del consumo de agua y los vertidos desde tierra al mar es un ejemplo. El informe señala que el Archipiélago desconoce el porcentaje de empresas de la industria turística que toman medidas para reducir su demanda, así como los usos de sistemas no convencionales para su producción. Todas las estimaciones existentes en este sentido proceden de estudios académicos. Además, el 72% de los puntos de vertido de aguas residuales censados no están autorizados. Playas de las Islas fueron cerradas al público temporalmente en 2022 y 2023 debido a problemas de salud relacionados con esto.
Con respecto a los residuos sólidos, más de lo mismo. No hay datos oficiales que permitan realizar una correcta medición y control de la generación de desechos urbanos en el turismo, pues la estadística oficial aglutina la producción de basura de todas las actividades económicas y la residencial. En 2021, Canarias generó 548 kilogramos por habitante de residuos urbanos, el tercer dato más elevado de todo el país. Una investigación reciente ha demostrado que el turismo puede disminuir la carga de desperdicios con un sistema progresivo que penalice a los hoteles más contaminantes.
El informe indica, por otro lado, que también escasean las cifras pensadas en monitorizar el impacto del sector turístico en entornos naturales. El 40% de la superficie de las Islas forma parte de un espacio natural protegido; el Archipiélago alberga cerca del 80% de las especies de cetáceos que se encuentran en el Atlántico Norte; y más de la mitad de los endemismos vegetales de España pueden encontrarse en esta Comunidad Autónoma. Los expertos creen que “es necesario realizar un control adecuado” sobre ello. Y para muestra, un botón: un estudio publicado este verano concluye que en Canarias se han cometido más de 38.000 delitos medioambientales en lo que va de siglo, aunque no precisa qué actividades económicas han sido las causantes.
Los investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL) y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) que han redactado este análisis, coordinado por el Observatorio Turístico de Canarias, recuerdan que las islas y regiones ultraperiféricas son especialmente vulnerables al calentamiento global. Por ello, consideran que “es necesario contar con mejores datos que permitan un cálculo regular de la huella de carbono por turista no residente, indicadores sobre turismo y acción climática, así como informes periódicos sobre percepción de la población local”. Del mismo modo que ocurre en los apartados anteriores, en los que también existen investigaciones relacionadas, diversos trabajos académicos han demostrado que la subida de las temperaturas rebajará el confort térmico de las Islas en el futuro, lo que repercutirá en la competitividad del turismo.
Otra área clave en la que los expertos aprecian carencias es en el estudio de la satisfacción local con el turismo. Los únicos datos oficiales disponibles son del año 2019. Ese ejercicio, el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) preguntó si el desarrollo turístico había sido positivo para Canarias y el 80,1% de los encuestados dijo que sí. La formulación de dicha consulta fue objetada, en conversación con esta redacción, por Alberto Jonay Rodríguez, doctor de Antropología de la ULL, ya que los residentes canarios pueden asegurar que la actividad turística ha favorecido el crecimiento económico y, al mismo tiempo, creer que el modelo está desfasado. A partir de la pandemia, además, cuando intentó redefinirse la industria, nuevos sondeos apuntan precisamente a esto. De ahí la relevancia de acumular más información al respecto.
Los expertos sobre turismo sostenible en el Archipiélago lamentan la inexistencia, de forma generalizada, de indicadores que permitan medir y seguir minuciosamente las políticas de regeneración turística de los destinos. Concluyen que los registros actuales “son dispersos y, a menudo, no se encuentran actualizados”. Y que la renovación de los emplazamientos turísticos, ya sean complejos hoteleros o no, “debe contemplarse como un proceso del que se requiere un seguimiento continuo” para desplegar medidas preventivas, si así fuera necesario, no como un análisis “a posteriori”, como en realidad suele hacerse. El documento explicita que la inversión destinada para áreas turísticas maduras del litoral de las Islas ascendió a los 1.199 millones de euros en 2021, lo que supone una media de 2.913,1 euros por plaza alojativa.
El texto también resalta que sería beneficioso para Canarias impulsar el turismo accesible y la inclusión de “colectivos desfavorecidos” en las actividades del sector. Destaca que la estancia regular en la Comunidad Autónoma de los turistas con más de 60 años supera los 12 días, un promedio “muy superior” a la media. Y que por ello sería ideal multiplicar el número de vías con una adecuada comunicación para los peatones, rutas con servicios y espacios aptos para todas las personas y edificaciones cuyo uso y servicios sean eficaces al mismo tiempo para todos.
Por último, el octavo ámbito en el que los investigadores de las universidades públicas de las Islas reclaman más datos es en la gobernanza del sector turístico, esto es, la forma en la que se toman las decisiones sobre los asuntos colectivos relacionados con la actividad. En este sentido, el informe sostiene que “la información cuantitativa es difícil de obtener” y que “no se dispone de información relativa a la participación o coordinación de los diferentes grupos de interés en el turismo”. La Encuesta de Hábitos y Confianza Socioeconómica (ECOSOC) recogió en 2021 que el 41,5% de los residentes canarios está poco o nada satisfecho con los servicios prestados por el Gobierno regional en esta materia.
Los aspectos clave para analizar la sostenibilidad de la industria turística que, en cambio, sí cuentan con cifras oficiales, según el texto, son: atractivo del destino y satisfacción del turista, estacionalidad de la actividad, conectividad aérea, impactos económicos, formación y empleo, digitalización y conocimiento, gestión de la energía y análisis del turismo de masas y overtourism.