La pandemia de la COVID, iniciada oficialmente en España en marzo de 2020, con el decreto de confinamiento aprobado por el Gobierno español, dejó en Canarias, por las dificultades de movilidad de las personas, entre otros factores, una situación de turismo cero: el cierre completo de esta actividad productiva y su reactivación progresiva a partir sobre todo de 2021, con normalidad plena casi a finales de 2022 y principalmente en 2023.
La gestión pública de esa emergencia sanitaria, con implicaciones durísimas en la economía y en el ámbito social, entre otros planos, permitió que, principalmente a partir de mediados de 2022, las llegadas de turistas extranjeros y nacionales a las islas se normalizaran y fueran incrementándose de forma continua, con un registro de recepción total de visitantes al cierre de este año de 14,6 millones de personas.
Tras el año 2022, que ya apuntaba maneras y un futuro inmediato prometedor para el turismo en las islas, se produjo el bum del año pasado, con récord histórico en número global de llegadas al destino general Islas Canarias, con 16,2 millones de personas, intensidad que por ahora se ha trasladado al año en curso, 2024, que también supera marcas en sus tres primeros meses con datos oficiales respecto al primer trimestre del ejercicio precedente.
La alegría que hoy sigue teniendo el negocio turístico en Canarias, con unos efectos negativos cuestionados masivamente por la población residente en las islas (como reflejaron las protestas del 20A), y las facilidades administrativas concedidas para dar de alta y registrar las nuevas ofertas de vivienda vacacional en las islas, algo que ahora se quiere controlar jurídicamente de otra manera (hay una iniciativa legal autonómica, futura ley, abierta a la participación), condujeron a ver en el turismo, en la masiva llegada de visitantes y en la necesidad de más oferta alojativa, quizá el negocio del siglo, un ingreso más fácil y lucrativo que el del alquiler a largo plazo o convencional.
Y es justo eso, entre otros factores, aunque quizá los indicados sean los más relevantes, lo que ha conducido a que, en solo 10 meses, desde junio de 2023 hasta el 17 de abril de este mismo año (los datos oficiales más recientes, con fuente en el informe de Distribución y concentración del alojamiento turístico en Canarias 2024, elaborado por el Observatorio Turístico de Canarias; o sea, las dos universidades públicas de las islas -ULPGC y ULL-, por encargo de la Consejería de Turismo), los alojamientos vacacionales legalmente ofertados en las islas hayan experimentado un aumento brutal del 38,5%, lo que implica pasar de 39.810 unidades registradas en junio de 2023 a nada más y nada menos que 55.129, tras solo transcurrir 10 meses. La evolución en Canarias es más 15.319 viviendas, descontadas las instalaciones que se han dado de baja, que son 1.797 en ese mismo intervalo de referencia.
Ese crecimiento relativo del 38,5% en unidades de alquiler disponibles es casi igual en número de plazas, que pasan para la misma horquilla temporal de 164.789 plazas a 230.631, esta una cifra algo superior a la población de derecho del municipio capitalino de Santa Cruz de Tenerife.
Esa curva supone crecer en 10 meses en 65.842 plazas o personas, lo que es tanto como elevar la oferta hasta poder atender la suma de la población empadronada en los municipios de la comarca del Valle de La Orotava de Puerto de la Cruz y Los Realejos, ambos con funciones turísticas, aunque más el primero.
Tenerife y Lanzarote, con crecimientos por las nubes en instalaciones
Estas son las islas top en alquiler vacacional en Canarias, con mucha diferencia respecto a las otras del grupo de cuatro en recepción de visitantes. Tenerife es la isla que cuenta con un mayor número de viviendas vacacionales registradas a fecha de 17 de abril de 2024, con un total de 23.392, seguida de Gran Canaria con 13.394, algo más de la mitad de la isla anterior, según se recoge en el citado informe del Observatorio Turístico de Canarias.
A las dos islas capitalinas, le siguen Lanzarote y Fuerteventura, con 7.891 y 7.077 viviendas, respectivamente. En las denominadas Islas Verdes (La Gomera, El Hierro y La Palma, las tres en la provincia de Santa Cruz de Tenerife), se cuenta con menor número, lo que pone de manifiesto “diferentes realidades entre las islas”.
Respecto a la tasa de variación, Lanzarote es la isla que ha experimentado un mayor crecimiento entre los dos momentos analizados (junio de 2023-17 de abril de 2024), con un alza del 51,8%, seguida muy de cerca por Tenerife, con el 48,1%. A mayor distancia se halla Gran Canaria, con el 31,4%.
Estas tasas se traducen en incrementos absolutos de 2.693, 7.593 y 3.203 viviendas, respectivamente. Aunque menores, también son importantes los crecimientos en el resto de las islas: Fuerteventura, con el 24,6% (aumento de 1.395 viviendas vacacional), El Hierro, con el 24,4% (107); La Gomera, con el 17,4% (171), y La Palma, con el 10,4% (157). Aquí hay que tener en cuenta el efecto de la erupción volcánica, que eliminó parte de la oferta radicada en la vertiente oeste de la isla, donde era dominante.
Los municipios canarios con más viviendas vacacionales a día 17 de abril de 2024 son Arona, con 5.175 unidades, seguido por Las Palmas de Gran Canaria, con 4.361; Adeje, con 4.273; La Oliva, con 3.722, y San Bartolomé de Tirajana con 3.527, todos municipios con función turística muy clara.
Esos datos suponen un aumento desde junio de 2023 a abril de este año de 1.456 unidades en Arona (39,15%); 982, en Las Palmas de Gran Canaria (29,06%); 1.395, en Adeje (48,47%); 748, en La Oliva (25,15%), y 902, en San Bartolomé de Tirajana (34,36%).
Tantas plazas más como la población de una ciudad de 66.000 habitantes
En cuanto al número de plazas registradas en el parque legal de viviendas vacacionales, Canarias ha pasado de tener 164.789 plazas en junio de 2023 a 230.631 en abril de 2024, con más 65.842.
Esta oferta de plazas en vacacional ya permite alojar en las islas prácticamente la mitad del turismo que hay de media al día en Canarias (420.000 personas), y luego implica la readaptación de la oferta residencial disponible hacia el turismo, en detrimento del alquiler convencional, el que necesita el residente y trabajador, lo que ha propiciado sobremanera su encarecimiento y una mayor pobreza de la población, también para los que trabajan, entre otras consecuencias.
Igual que ocurre con el total de viviendas de esa modalidad, es la isla de Tenerife la que cuenta con un mayor incremento de plazas, con un total de 97.095; seguida de Gran Canaria, con 57.193; Lanzarote, con 35.322, y Fuerteventura, con 28.893. En menor medida pasa con La Palma, con 6.298; La Gomera, con 3.922, y El Hierro, con 1.908. Los municipios de Arona, Adeje y Las Palmas de Gran Canaria lideran en cantidad absoluta las plazas registradas, con 19.352, 18.194 y 17.550, en el mes abril de 2024.
Tales ampliaciones por municipios en la capacidad de alojamiento de personas representan un aumento del 43,21%, 47,21% y 31,09% en el periodo de junio 2023 a abril de 2024. En cambio, hay que decir que son los municipios de San Miguel de Abona (Tenerife), Puerto de la Cruz y Tías (Lanzarote) los que han experimentado las mayores alzas porcentuales en plazas registradas, con el 80,21%, 62,60% y 60,17%.