La Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) ha confirmado que el tráfico internacional de pasajeros sufrió una caída “dramática” del 60% en 2020, lo que supone volver a los niveles de 2003. Además, la pérdida financiera de las aerolíneas ascendió a más de 300.000 millones de euros. La recuperación no se prevé hasta el segundo trimestre de este año, y todo en función de cómo evolucione la pandemia.
La capacidad de asientos se redujo un 50% el año pasado, por lo que el total de pasajeros disminuyó un 60%, con sólo 1.800 millones de pasajeros volando durante el primer año de la pandemia, en comparación con 4.500 millones registrados en 2019.
La pérdida financiera de las aerolíneas asciende a 370.000 millones de dólares (305.000 millones de euros) debido al impacto de la COVID-19, mientras que los aeropuertos y los proveedores de servicios de navegación aérea han perdido 115.000 (94.807 millones de euros) y 13.000 millones (10.717 millones de euros), respectivamente.
Problemas financieros y panorama sombrío
La organización asegura que los flujos de ingresos paralizados como resultado de la caída del tráfico aéreo han provocado graves tensiones de liquidez en la cadena de valor de la aviación, “lo que pone en duda la viabilidad financiera de la industria y amenaza millones de puestos de trabajo en todo el mundo”.
“Los impactos en cascada también han sido severos en los mercados turísticos a nivel mundial, dado que más del 50% de los turistas internacionales solían viajar en avión para llegar a sus destinos”, explica el informe de OACI.
La OACI indicó que la perspectiva a corto plazo es de una demanda deprimida prolongada, sobre todo en el primer trimestre de 2021. Se espera cierta mejora en el segundo trimestre aunque esto estará sujeto a la efectividad del manejo de la pandemia y el despliegue de la vacunación.
En el escenario más optimista, para junio de 2021 se espera que el número de pasajeros se recupere al 71% de sus niveles de 2019 (53% para internacionales y 84% para nacionales). Un escenario más pesimista prevé sólo una recuperación del 49% (26% para el internacional y 66%para el nacional).
Evolución de la pandemia y los viajes
La caída pandémica en la demanda de viajes aéreos comenzó en enero de 2020, pero se limitó a solo unos pocos países. Sin embargo, a medida que el virus continuaba su propagación mundial, las actividades de transporte aéreo prácticamente se paralizaron a fines de marzo.
Con las medidas de bloqueo a gran escala, los cierres de fronteras y las restricciones de viaje que se establecieron en todo el mundo, en abril el número total de pasajeros cayó un 92% desde los niveles de 2019, un promedio de la caída del 98% observada en el tráfico y la caída del 87% en los viajes aéreos nacionales.
Después de que se alcanzó el punto más bajo de abril, el tráfico de pasajeros experimentó un repunte moderado durante el período de viajes de verano. Sin embargo, esa tendencia ascendente duró poco, se estancó y luego empeoró en septiembre cuando la segunda ola de infección en muchas regiones provocó la reintroducción de medidas restrictivas.
La OACI asegura que la recuperación sectorial se volvió más vulnerable y volátil nuevamente durante los últimos cuatro meses de 2020, “lo que indica una recesión general de doble caída para el año”.
Disparidad entre recuperaciones
La OACI también explicó que ha habido una disparidad persistente entre los impactos de los viajes aéreos nacionales e internacionales como resultado de las medidas internacionales más estrictas en vigor.
Los viajes nacionales demostraron una mayor resistencia y dominaron los escenarios de recuperación del tráfico, particularmente en China y la Federación de Rusia, donde el número de pasajeros nacionales ya ha regresado a los niveles anteriores a la pandemia.
En general, hubo una caída del 50% en el tráfico nacional de pasajeros a nivel mundial, mientras que el tráfico internacional se redujo en un 74% o 1.400 millones de pasajeros menos.
A fines de mayo de 2020, las regiones de Asia-Pacífico y América del Norte de la OACI lideraron la recuperación mundial en el total de pasajeros, en gran parte debido a sus importantes mercados nacionales. Europa experimentó un repunte temporal, pero tuvo una tendencia a la baja drásticamente desde septiembre.
El tráfico de América Latina y el Caribe experimentó mejoras en el cuarto trimestre, mientras que las recuperaciones en África y Oriente Medio procedieron de forma menos sólida.