Ahora es el momento justo para volver a Egipto
La inauguración del nuevo Museo Egipcio poner todas las miradas en el país de los faraones: es el momento de volver a remontar el Nilo. Nosotros tenemos una relación muy especial con este país al que adoramos. Es uno de los destinos que todo viajero inquieto debería hacer, por lo menos, una vez en la vida. Porque lo tiene prácticamente todo aunque a uno ‘sólo’ le venga a la cabeza las huellas de la fastuosa civilización de los faraones. El Gran Museo Egipcio, con más de 480.000 metros cuadrados será el mayor de los centros culturales del mundo dedicados a una sola civilización. Ya es una verdadera maravilla en la que se van a combinar una arquitectura de vanguardia, la espectacularidad de su emplazamiento (a dos pasos de las Pirámides de Guiza) y una de las colecciones arqueológicas más importantes de todo el mundo. No se ha dejado nada al azar. Para que te hagas una idea de lo que te decimos basta sólo un dato: los muros norte y sur del enorme edificio, que tiene planta de triángulo, están perfectamente alineados con los lados norte y sur de las pirámides de Keops y Micerino. Aquí, por ejemplo, se va a poder ver casi en su totalidad el ajuar funerario de Tutankamón o el Barco Solar de Keops. Visitar este lugar será, sencillamente, alucinante. Y por eso estamos ya preparando una escapada a El Cairo para principios del año que viene.
Es el momento de volver a Egipto. Y por eso te presentamos este recopilatorio de textos, mapas y reportajes que hemos hecho sobre Egipto en estos últimos ocho años de Viajar Ahora para que sirvan como una guía para disfrutar del Nilo. Obviaremos la costa del Mar Rojo porque, sencillamente, nunca estuvimos allí. Las veces que hemos tenido la oportunidad de viajar al país del Máshreq (o Levante en contraposición con nuestro cercano Magreb africano) nos hemos limitado a El Cairo, los famosos oasis y al Nilo. Prometemos volver e intentaremos recorrer la costa del Mar Rojo para ver lugares como los arrecifes de coral de Hurgada.
El Viejo El Cairo; Guiza y Saqqara.- El Cairo es una de las ciudades más importantes del orbe islámico. Fue capital de dos de los estados históricos más importantes del mundo musulmán (los imperios Fatimí y Mameluco) y atesora algunos de los monumentos e instituciones culturales más notables de esta cultura fascinante. El Cairo puede parecer una urbe caótica, desordenada y hasta sucia a los ojos de un occidental. Pero es un lugar fascinante que se resume en lugares como Al Mohez, la calle que atraviesa la vieja medina, zocos de Khan el Khalili; la mezquita y madrassa de Qalawun (una de las obras cumbre de las artes decorativas musulmanas) o la Ciudadela de Saladino. El Cairo es un destino en sí mismo, pero también una base ideal para empezar a explorar las maravillas del Egipto faraónico (más allá del viejo Museo de Antigüedades Egipcias de la Plaza de Tahrir –nos preocupa que será de él con la apertura del nuevo-). A las afueras de la propia capital se encuentran las necrópolis de Guiza (dónde se encuentran las famosísimas pirámides y asiento del propio Gran Museo Egipcio) y Saqqara, otra de las grandes joyas. Desde aquí también vas a poder ver los restos de Menfis, la capital de Egipto durante el Imperio Antiguo hasta que ésta se trasladó a Tebas (actual Luxor).
COMO VISITAR LAS PIRÁMIDES DE GUIZA POR TU CUENTA
GUÍA DE LA NECRÓPOLIS DE SAQQARA Y MENFIS
CONSEJOS ANTES DE CONTRATAR UN CRUCERO POR EL NILO
Una aventura por el Desierto hasta el mítico Oasis de Siwa.- Los antiguos egipcios viajaban hasta este lugar cercano a la actual frontera con Libia para consultar el Oráculo de Amón, uno de los más importantes del mundo antiguo. Siwa es un milagro. Una serie de grietas con unos 80 kilómetros de longitud hacen aflorar las aguas en pleno Desierto del Sáhara creando un verdadero vergel en medio de la nada. No es de extrañar que los antiguos lo consideraran un lugar sagrado: pero es que además era un lugar de gran importancia estratégica que servía para impedir los avances de las belicosas tribus bereberes hacia el Valle del Nilo (estamos a 600 kilómetros de El Cairo). Aquí vas a encontrar importantes restos históricos como el propio Oráculo de Amón, la ciudad de adobe de Shali y pequeños santuarios y tumbas egipcias (Si-Amun; Mesu-Isis y Niperbathot). Pero lo más importante de Siwa es poder decir que has llegado a Siwa, porque son pocos los que se internan en el desierto. Nosotros nos empeñamos en ir siguiendo los pasos del Conde László Almasy, una de las figuras más atrayentes del desierto. Este arqueólogo (y espía) que inspiró la película El paciente inglés rastreó toda esta zona buscando los restos de un ejército persa de 50.000 hombres que se perdió en el 524 aC. Cuando trataban de llegar al oasis.
Luxor, el Valle de los Reyes y el Valle de Las Reinas.- La vieja Waset (Tebas para los griegos) ejerció de capital de Egipto durante más de mil años. Y esos son muchos años. La actual Luxor es una de las dos paradas principales de los cruceros que remontan el Nilo hasta las cataratas de Aswan: y el motivo es buscar aquel viejo esplendor de la capital de los Imperios Medio y Nuevo, la época más gloriosa de la cultura faraónica. Aquí están los magníficos Templos de Karnak y Luxor, dos enormes complejos sagrados unidos por una avenida de esfinges de más de 2,5 kilómetros de longitud. Aquí uno puede sentir toda la potencia del antiguo Egipto. Pero es que hay muchísimo más que ver. Templos (como el Recinto de Mut), palacios, museos… Cruzar hacia la orilla occidental del Nilo supone cruzar el umbral entre la vida y la muerte. Aquí se localizan las tumbas de reyes, reinas, sacerdotes, grandes funcionarios… Toda una colección que tiene sus máximas expresiones en el Valle de los Reyes y el Valle de Las Reinas. Aquí uno puede pasarse semanas enteras explorando tumbas. Algunas fastuosas y gigantescas como el Hipogeo de la Reina Hatshepsut; otras, sin embargo, parecen simples agujeros en el suelo que esconden verdaderas joyas del arte egipcio. La más famosa es la de Tutankamon (que se paga aparte) pero no es rival al lado de las mejores (Tumba de Ramsés IX (KV6); Tumba de Merenptah (KV8); Tumba de Ramsés IV (KV9); Ramses III (KV11); Montu-her-Khopeshef (KV19); Amenofis II (KV35) y Tutmosis III (KV34)).
Asuán y a la búsqueda de Abu Simbel.- El viaje por el Nilo se interrumpe a los pies de la primera catarata. Asuán (o Aswan) es un verdadero paraíso. En todos los sentidos. Es un lugar con un enorme valor paisajístico (un verdadero laberinto de islas, peñascos y escalones por donde se escurren las aguas del río) y, también, uno de los centros históricos más importantes del antiguo Egipto. El eje sobre el que gira todo es la isla de Elefantina, apenas un trozo de roca en mitad del cauce del Nilo que albergó uno de los puntos estratégicos más importantes del imperio. Aquí se encontraba una verdadera frontera física; la catarata fue durante siglos el extremo sur del país y la entrada a la mítica Nubia. Aquí se acumulaba el grueso de la población, mientras que en otras islas como Philae y Biga se encontraban los templos de Isis (uno de los más importantes de la Antigüedad que trascendía al propio Egipto) y la llamada Tumba de Osiris. Según la mitología Egipcia, este era el lugar dónde se producían las crecidas del Nilo que se debían a las lágrimas de Isis que visitaba la tumba de Osiris. El templo, uno de los mejor conservados y bellos de todo el país, se trasladó a la Isla de Egelika para evitar que acabara bajo las aguas. Es una de las estampas más impresionantes del país. En Asuán puedes ver otros lugares de interés como la llamada Piedra del Hambre (una inscripción que habla de una época de suma carestía) o el Obelisco Inacabado. También hay varios templos y un museo. Desde aquí se accede al Lago Nasser, punto de partida del camino que va hasta Abu Simbel, otro de los mitos egipcios.
GUÍA DE ASUÁN Y COMO LLEGAR HASTA ABU SIMBEL
Fotos Bajo Licencia CC: Hugo van den Bos; Keith; Vyacheslav Argenberg; Sam valadi; Francisco Anzola; keniromaniak
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