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Guía de Buenos Aires: De la Plaza de Mayo a la Plaza del Congreso

El Cabildo desde la Plaza de Mayo.

Viajar Ahora

18 de marzo de 2023 10:50 h

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La Plaza de Mayo es el corazón espiritual, político y simbólico que trasciende a la propia ciudad para expandirse a todo el país. Hay un dicho argentino que reza que Dios vive en todas partes pero atiende en Buenos Aires. Y este lugar es el que centraliza las principales instituciones de gobierno terrenal y espiritual de todo el país. Aquí está la sede del gobierno personalizado en la famosísima Casa Rosada; también está el edificio del Banco de la Nación; la Catedral, el palacio de gobierno de la Ciudad y el antiguo Cabildo. Esta plaza fue el epicentro de los primeros compases de la Independencia y, también, el corazón de los tiempos de España, de la que, por desgracia, apenas quedan algunos rastros. La propia configuración del espacio es española al modo de las Plazas Mayores de las ciudades de ambas orillas. Hoy es un espacio ecléctico donde conviven la arquitectura española, algunos edificios de inspiración parisina, mamotretos de cristal sin demasiado encanto y el alarde clasicista de la Catedral Metropolitana. Aquí hay mucho que ver y hay que dedicarle el tiempo suficiente. Recorrer la plaza de cabo a rabo y explorar algunos lugares tangibles (como el monumento a Belgrano o la Pirámide de Mayo) y algunos intangibles pero de gran importancia como las huellas de las Madres de la Plaza de Mayo.

Que ver en la Plaza de Mayo.- Los imprescindibles, bajo nuestro punto de vista, son: el Museo Histórico Nacional del Cabildo y la Revolución de Mayo (Bolívar, 65) y la Catedral Metropolitana (San Martín, 27). En el primero de los casos estamos ante uno de los escasos edificios de origen español que quedan en la ciudad. El antiguo cabildo era el palacio de gobierno del territorio antes de la Independencia y puede verse la influencia andaluza en sus arcadas y jardines. Hoy alberga un museo muy interesante sobre los movimientos revolucionarios que desembocaron en la independencia. Y la Catedral es un edificio bellísimo. Parece más un templo griego que una iglesia católica (está lleno de simbología masónica y alberga el mausoleo de José de San Martín, el omnipresente héroe de la independencia nacional). ¿Merece la pena entrar a la Casa Rosada? Pues mitad y mitad. Es un edificio importante, pero más allá del Patio de Las Palmeras no tiene mucho que ver. Bajo los cimientos de la casa de gobierno están los restos del antiguo castillo español que guardaba el acceso al Puerto bonaerense. El lugar se restauró y se acondicionó como Museo del Bicentenario (Paseo Colón, 100) que la verdad nos dejó sin frío ni calor. SI tienes que elegir sólo un museo de la plaza, mucho mejor el del Cabildo.

La Plaza de Mayo sirve de nexo entre la ciudad ‘nueva’ y la ciudad antigua. Ya tendremos la oportunidad de hablar del barrio de San Telmo, que tiene el privilegio de ejercer de casco histórico de la capital (esperemos que algún alcalde lo trate como tal algún día y se restauren y abran sus bellísimas casas e iglesias). En la frontera difusa entre la plaza y las callejuelas de San Telmo (que oficialmente empieza en la calle Belgrano) podemos ver dos lugares históricos significativos: San Ignacio de Loyola (Bolívar, 225) es una de las iglesias españolas más bonitas y antiguas de toda la ciudad. Su barroco es bellísimo y merece la pena verla por dentro. Y ahí mismo está la llamada Manzana de las Luces (Perú, 222), un impresionante complejo de claustros que formaban parte de las dependencias de la Compañía de Jesús en la ciudad (hospicio de expósitos, hospital y colegio). El espacio es imponente. Uno de los lugares que hay que ver sí o sí cuando se visita Buenos Aires.

La Avenida de Mayo.- La avenida de Mayo es uno de los ejes monumentales más importantes de la capital. Esta arteria une la Casa Rosada, sede del Ejecutivo nacional, y el Congreso (Legislativo) y se conforma como un verdadero foro cívico en el que se acumulan los grandes edificios y las oficinas de multitud de organismos públicos. Entre los dos puntos hay dos kilómetros que conviene recorrer a pie para no perder detalle de las fachadas monumentales y de algunos hitos como el famoso Café Tortoni (Avenida de Mayo, 825), uno de los cafés históricos más famosos y hermosos de toda la ciudad o el London City (Avenida de Mayo 599), uno de los lugares de referencia en la obra del inmortal Julio Cortázar. Una de las características de esta ‘calle’ emblemática es la acumulación de cosas que ver. Y, saliendo desde la Plaza de Mayo, ya nos encontramos con los primeros lugares de interés a apenas unos metros de la plaza. El Palacio Municipal de Buenos Aires (Bolívar, 1) pone el listón muy alto desde el principio. Este enorme complejo de oficinas se empezó a construir a finales del siglo XIX y fue uno de los primeros ejemplos de esa arquitectura monumental que transformó a la capital argentina en sus momentos de mayor gloria.

El Paseo hasta la Plaza del Congreso es un constante mirar hacia arriba. Un camino entre gigantes que sólo da un respiro cuando se atraviesa la enorme grieta que supone la Avenida Nueve de Julio (aprovecha para fotografiar el Obelisco a la distancia y para ver el Monumento al inmortal Cervantes). Aquí se concentra una buena parte de la mejor arquitectura de la ciudad de Buenos Aires: teatros, palacetes, edificios oficiales… Pero sobre todas las construcciones sobresale una: el Palacio Barolo (Av. de Mayo 1370). Estamos ante un edificio inclasificable. Majestuoso, imponente, misterioso, mágico, esotérico… Este alarde arquitectónico es una representación en piedra de la Divina Comedia de Dante con representaciones del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. Su lucernario superior es uno de los símbolos más importantes de la ciudad. Se ofrecen visitas guiadas que son más que recomendables.

El objetivo final de este primer paseo por Buenos Aires es la Plaza del Congreso. El punto culminante de este lugar es el propio Congreso de la Nación (Entre Ríos, sn), otro de los edificios emblemáticos de la capital argentina. Pero en sus alrededores hay algunas cosas interesantes que ver. Justo al lado de la sede del Legislativo puedes ver la Confitería El Molino (Av. Rivadavia, 1815) un verdadero icono que está siendo restaurado para abrir después de muchas décadas cerrado y en la propia plaza hay varios monumentos y esculturas incluida una de las pocas réplicas oficiales de ‘El Pensador’ de Rodin que pueden verse en el mundo.

A dos pasos de la Avenida de Mayo y la Plaza de mayo.- La Iglesia de San Miguel (Bartolomé Mitre, 892) es de finales del siglo XVIII es una de las pocas edificaciones de la época española que aún quedan en pie en Buenos Aires. Otro lugar interesante y poco conocido aún por los propios porteños es la Casa Museo de Domingo Faustino Sarmiento (Sarmiento, 1251) una casona de principios del siglo XIX que sirvió de residencia a uno de los presidentes más queridos y admirados por los argentinos. Merece la pena pasarse por aquí. Otro lugar de interés muy cerca de la Plaza de mayo es el Museo Etnográfico Juan B. Ambrosetti (Moreno, 350), que a lo tonto es lo más parecido a un museo arqueológico que hay en Buenos Aires –es algo que le falta a esta ciudad como el comer-. Aquí puedes ver algunas colecciones interesantes de las culturas prehispánicas que habitaron el país hasta la llegada de los europeos. El museo es bonito de ver por las ganas que le ponen sus administradores. Es casi un museo artesanal.

COMER CERCA DE LA AVENIDA DE MAYO

Pizzas de otro planeta en Las Cuartetas (Corrientes, 838). Una de las mejores pizzerías de Buenos Aires. Está en la Avenida Corrientes, pero a pocas cuadras de Avenida de Mayo. Es de nuestras preferidas en la ciudad con pizzas al molde que rebosan queso. Nuestras preferidas son la Napolitana y la fugazzeta rellena. Pero la carta tiene una veintena de posibilidades y todas están riquísimas. Para nosotros está entre las cinco mejores pizzerías de la ciudad.

Una parrilla de barrio como el Nuevo Castel’s (Av. Entre Ríos, 946). Hay parrillas para todos los gustos y colores; pero si quieres autenticidad sin dejarte un riñón en el intento nada mejor que ir dónde van los porteños de clase media. A pocas cuadras de Congreso está el Nuevo Castel’s, una parrilla sencilla donde la carne es buenísima (parrilladas o fantásticas milanesas que se salen del plato por todos lados), el ambiente es auténtico y la atención es de Primera. Ojo a la colección de banderines de equipos de fútbol de todo el mundo.

El Bar de Cao, o uno de los mejores mesones de Buenos Aires (Independencia, 2400). Uno de los llamados bares notables de la ciudad. De las mejores ‘picadas’ de Buenos Aires (platazos llenos embutidos, quesos, aceitunas, encurtidos, paté…). Otro imperdible del Cao son sus tortillas españolas (aquí en Argentina les añaden chorizo). El menú también incluye carnes, empanadas criollas, platos de cuchara… Pero si vienes al Bar de Cao no dejes de pedir alguna de sus picadas. Y de postre un flan mixto (crema y dulce de leche).

Una merienda de señores en Las Violetas (Rivadavia, 3899). Para llegar hasta aquí desde la zona de Congreso hay que atravesar Once y la Plaza Miserere, una de las zonas inseguras de Buenos Aires, por lo que es mejor tomar el Subte en Congreso y bajar en Castro Barros (barrio de Almagro). Merece la pena porque merendar en Las Violetas significa hacer un viaje en el tiempo. La hora del té es sagrada. Repostería de primerísima calidad servida como antes. Imperdibles el María Callas, una merienda completa en la que comen tres o cuatro.

Fotos bajo Licencia CC: Rob Oo; David; Andrew Milligan sumo; Véronique Debord-Lazaro; Alejandro; Mike D

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