Central Park es mucho más que un parque. Más allá de sus dimensiones (más de 3,4 kilómetros cuadrados) o su posición como centro geográfico de la isla de Manhattan, este enorme espacio verde cumple varias funciones en este puzzle gigantesco que es la gran manzana. Es, a la vez, el gran pulmón verde de la ciudad y el escenario de mil y una historias; es uno de los escenarios cinematográficos más famosos del mundo; posee algunos de los iconos artísticos y arquitectónicos más potentes de la aún corta historia de la urbe; concentra algunos de los museos más importantes de la ciudad; es el lugar ideal para escaparte del ruido: es un bosque repleto de lagos y rincones mágicos y también arrastra un historial oscuro que lo convirtió en una de las zonas más violentas y peligrosas de los turbulentos años 80, cuando Nueva York era casi sinónimo de delincuencia callejera.
Todo eso y aún más es Central Park. Si visitas la ciudad por más de cuatro o cinco días, lo más seguro es que te encuentres con el parque en varias ocasiones. Una muy buena opción para ir y venir haciendo pequeñas incursiones por el parque mientras se visitan los otros barrios. Pero si tu estancia en la ciudad es pequeña, no te quedará remedio de destinar al menos media jornada a pasear por las veredas y caminos de este pequeño oasis. Entonces no te quedará más remedio que planificar y elegir. Cuatro kilómetros de largo y 800 metros de ancho. Ya con eso queda todo dicho.
La mayoría de los viajeros se internan poro primera vez por las fragas del parque a través de la Transversal de la calle 79. Esta calle conecta dos de los grandes gigantes de la oferta cultural de la ciudad: del lado este está el Museo Metrolopitano de Arte (5th Ave, 1.000; Tel: (+1) 212 535 7710), uno de los mayores centros museísticos del mundo, y del lado oeste el no menos espectacular Museo Americano de Historia Natural (Central Park West, 200; Tel: (+1) 212 769 5100) otro de los iconos neoyorquinos –el de Una Noche en el Museo, por ejemplo-. La 79 atraviesa el parque en un lugar que permite visitar algunos de sus grandes hitos. Si pasas por aquí camino de alguno de los dos museos aprovecha para visitar lugares como el Castillo Belvedere, una de las construcciones más antiguas y paradigmáticas de Central Park, que se construyó como mirador al lago de Turtle Pond.
A dos pasos de aquí se encuentran el Jardín de Shakespeare , prolegómeno florido del Teatro Delacorte, escenario principal del festival gratuito dedicado al genial dramaturgo inglés que se celebra todos los años (meses de mayo y junio). Antes de ir más allá de la 79 y descubrir los secretos del parque quédate en los alrededores del Metropolitan para ver dos hitos importantes: el primero es el obelisco conocido como ‘La Aguja de Cleopatra’ (Easter Drive), un enorme monolito de más de 3.400 años de edad que fue erigido en honor de Thutmosis III para conmemorar su treintena como gobernante, pero que fue trasladado hasta Alejandría para servir de adorno en la residencia oficial de la mítica reina de la dinastía ptolemaica. Esta pieza brutal del arte egipcio está en Central Park desde 1881. A dos pasos (junto al arranque de la 79) se encuentra otro de los iconos del parque. Los Tres Osos es una de las muchas esculturas dedicadas a los personajes de cuentos infantiles que se reparten por todo el parque. Una vez explorados los alrededores de la ‘Traverse’ nos internaremos en el interior del parque usando la vía que une los dos museos como frontera: sur y norte. Mucho que ver
Central Park al sur de la 79th .- Para muchos, la manera más espectacular de encontrarse con Central Park es internarse desde la 79th por los bosques tupidos de The Ramble. En esta zona del parque, la arboleda se convierte en la verdadera protagonista. Es la mejor zona de Central Park para ver pájaros y para entretenerse viendo a las ardillas ir de un lugar a otro. El Arco de Piedra (Stone Arch) es otro de los iconos de esta zona (escenario habitual en decenas de películas y series de televisión). Estamos muy cerca de la orilla de The Lake. No es, ni de lejos, el más grande de los espejos de agua de Central Park; pero sí el más espectacular. Desde sus orillas se puede ver como emergen sobre las copas de los árboles las torres del Mítico Edificio Dakota, uno de los más icónicos de esta parte de la ciudad. Un buen lugar para hacer esta foto es Bow Bridge, uno de los más famosos y cinematográficos. Otro lugar indispensable que se encuentra a orillas del Lago es la Terraza Bethesda, con su famosa fuente. Todo te va a sonar. Lo has visto mil veces en la tele y el cine. No te alejes de The Lake. Cerca de Central Park West (calle que sirve de límite occidental del parque), casi a los pies del Dakota, se encuentra el Strawberry Fields, el sencillo mosaico que recuerda, con un simple Imagine, la figura del inmortal John Lennon –en esta zona esparcieron sus cenizas-. Al otro extremo, en las inmediaciones del pequeño Conservatory Water, esta la estatua dedicada a la figura del escritor Hans Christian Andersen y el monumento de Alicia en el País de las Maravillas, uno de los más queridos por los neoyorquinos.
Date el gusto de echarte un rato en Sheep Meadow, un enorme prado rodeado de árboles. Sobre las copas verdes verás como emergen los rascacielos. Es una de las imágenes más impactantes del parque. En el extremo sur del parque hay algunas cosas que ver. Aunque los lugares de mayor interés se concentran en torno a The Lake. Otro de los imprescindibles es The Wollman Rink The Wollman Rink , la mítica pista de patinaje abierta durante la temporada invernal. Más abajo quedan lugares como el Zoo (no somos de ir a este tipo de ‘atracciones’), el Hallet Nature Sanctuary Hallet Nature Sanctuary (otro de los pequeños bosques que se reparten por todo el lugar) y su bonito Gapstow Bridge –uno de los rincones más bonitos-, el viejo Carrusel de madera o los puestos de artistas callejeros de The Mall.
Central Park al norte de la 79th .- Turtle Pond y las almenas de Belvedere Castle actúan como una especie de frontera que los viajeros y viajeras apenas cruzan. La mitad norte del parque es la que menos transitan los turistas. Apenas dan un paseo por The Great Lawn, un enorme espacio abierto lleno de campos de baseball, y se asoman al Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, un enorme lago que ocupa casi una cuarta parte del parque. Más allá no encontrarás casi a turistas y eso que la porción de verde que se extiende entre la 97th y Central Park North, frontera sur del mítico Harlem. LosJardines del Conservatorio, los bosques de North Woods y las orillas del Harlem Meer son los principales puntos de interés del extremo norte del parque. Aquí se encuentra una de las escasas huellas de la historia del país anteriores al propio parque. Cuando esto no era más que un prado a espaldas de una ciudad que apenas empezaba a crecer en el extremo sur de Manhattan.
El Fuerte Clinton y Nutter's Battery se construyeron a toda prisa con motivo de la guerra de 1812 entre los recién nacidos Estados Unidos e Inglaterra para defender la ciudad de un ataque inglés que nunca se produjo. The Block House, dentro de North Woods, también es una reliquia de aquel breve conflicto bélico entre norteamericanos y su antigua potencia colonial. En los alrededores de estas ‘ruinas históricas’ hay otros puntos de interés a las que se puede acceder en apenas unos minutos de tranquilo paseo. Como elpuente de Huddlestone Arch, el pradillo de Great Hill o el pequeño The Pool, uno de los lugares más íntimos del parque.
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