Un paseo por Chelsea: el barrio más artístico de la vieja Nueva York

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El Highline es una de esas extravagancias que hacen de Nueva York una ciudad única. Entre las calles 34 Oeste y Gansevoort, las vías del antiguo ferrocarril se convirtieron en un enorme parque longitudinal que recorre buena parte del extremo oeste de Chelsea a un buen número de metros del suelo. Alguien tuvo la feliz idea de convertir las antiguas plataformas elevadas en un auténtico jardín colgado de las alturas dónde alternan grandes espacios verdes (convertidos en un verdadero jardín botánico con su catálogo de especies digital y todo), lugares para descansar, miradores privilegiados sobre la ciudad y hasta lugares reservados a la música o el teatro (esto es NY baby). Y todo ello aderezado con ese buen gusto por la arquitectura de vanguardia. El Highline es una muy buena forma de tomar contacto con Chelsea. Sus más de tres kilómetros de recorrido ofrece una muy buena plataforma de observación y sus múltiples accesos permiten ir y venir para ver las cosas a ras de suelo.

Ya desde las alturas se percibe que este es un lugar especial; algo así como un paréntesis dentro del callejero de esta ciudad dominada por el hormigón, el acero y el cristal. Las alturas que forman el paisaje de la ciudad quedan lejos. Si tomas el camino del Highline en la 34, pasarás junto a los últimos gigantes. El complejo Hudson Yards es uno de esos ejemplos paradigmáticos de nueva arquitectura que mira siempre hacia arriba: un lugar dónde los rascacielos de oficinas y apartamentos de lujo se mezclan con los mercados selectos, los restaurantes de lujo, los espacios escénicos (el espectacular Shed) y los centros de negocios. The Vessel The Vessel es otra de esas extravagancias de las que hablábamos antes. Esta torre de escaleras adorna desde hace algunos años la plaza de Hudson Yards y se ha convertido en otro de los cientos de iconos que adornan esta ciudad fascinante. Este nuevo hito marca la frontera entre Midtown y Chelsea. Al sur de la 30, el paisaje urbano cambia por completo: como si fuera otra ciudad.

Chelsea es uno de los últimos rastros de la Nueva York anterior a la fiebre de los rascacielos. Las manzanas de viejas construcciones de ladrillo rojo son la seña de identidad de un vecindario que, por fortuna, ha cambiado muy poco desde la segunda mitad del siglo XIX y que junto a Greenwich Village forman el ‘centro histórico’ de la megápolis norteamericana. A diferencia de su vecino rico –eminentemente residencial-, Chelsea fue una zona industrial y comercial. De aquellos años quedan rastros en viejas fábricas que han sido transformadas en lugares de compras u ocio. El ejemplo más notable es el Chelsea Market Chelsea Market (9th, 75), antigua fábrica de galletas (dicen que aquí se inventaron las famosas Oreo) que hoy es uno de los mercados de comestibles y productos gourmet más importantes de la ciudad. Si no te gustan las aglomeraciones puedes pasar por Gansevoort Market Gansevoort Market (14th, 353) dónde es más fácil encontrar un lugar para comer y la cosa está mucho más tranquila que en Chelsea Market.

Este lugar es un ejemplo paradigmático de una transformación radical del barrio que se inició hasta unos 40 años. Las fábricas abandonadas se convirtieron en teatros, galerías de arte y restaurantes; las viejas calles recuperaron su esplendor y algunos viejos iconos se revalorizaron. Otros siguieron el proceso inverso. El Hotel Chelsea (23rd Street, 222) fue el primer edificio en ser catalogado como monumento histórico en la ciudad. Se construyó en 1884 como comunidad de apartamentos y, hasta 1902, fue el edificio más alto de la Gran Manzana. Aquí se han alojado artistas célebres desde que abrió a finales del XIX y fue el epicentro de la cultura underground de la ciudad durante la segunda mitad del XX; tiempos de excesos, drogas y hasta muertes escabrosas como la de Nancy Spungen, novia de Sid Vicious, el líder de los Sex Pistols. Hace algunos años, el decrépito Chelsea cerró para una larga etapa de remodelación y modernización. Aún no ha abierto sus puertas. Y nunca lo hará, porque el espíritu de aquellos tiempos nunca volverá.

El Clement Clarke Moore Park es uno de los corazones del barrio. Aquí se concentran algunas de las manzanas de edificios de ladrillo rojo mejor conservados (Entre las calles 20 y 25). Aquí también se encuentran algunos de los iconos del renacer del lugar como el Bow Tie Chelsea Cinemas (23th, 260-uno de los cines con más encanto de la ciudad-) o The Joyce Teather (8th Ave, 175), uno de los mejores teatros especializados en danza de la Gran Manzana. Primero fue la comunidad gay. Como en otros barrios deteriorados del país, el renacer de Chelsea fue una consecuencia directa de los rimeros homosexuales que se mudaron al lugar: con ellos llegaron las primeras galerías de arte, los restaurantes y las tiendas… Hoy, el Chelsea gay se ha diluido en una población marcada por la variedad y el arte. Un paseo entre las avenidas 11 y 12 ( 18th y 25th) es una auténtica gozada para los amantes de las artes visuales; aquí se encuentra una de las mayores concentraciones de galerías de arte del mundo .

OTRAS VISITAS EN CHELSEA.- El Museo de Arte Rubin (17th, 150) dedica gran parte de sus colecciones al arte tibetano e hindú. Es uno de los centros artísticos mejor valorados por los viajeros que visitan el barrio. El museo del Fashion Institute of Technology FIT Fashion Institute of Technology FIT (27th, 227) hace un recorrido por la historia de la moda desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Ya sólo por ver el moderno edificio en el que se encuentra ya merece la pena ver el Museo Whitney de Arte Estadounidense Museo Whitney de Arte Estadounidense (Gansevoort Street, 99). Las colecciones exploran el arte contemporáneo del país con incursiones en el arte de otros países americanos. El Ground Zero Museum Workshop Ground Zero Museum Workshop (14th, 420) muestra una curiosa colección de imágenes y objetos relacionados con el ataque del 11-S a las Torres Gemelas. El Pier 63 Hudson River Park (Acceso a la altura de 22th, 23th y 24th) es una buena vía de escape al caos de la gran urbe. Los muelles 62, 63 y 64 se han convertido en un parque urbano con vistas privilegiadas al río. Ahí al fondo puede verse a la mismísima Miss Liberty y ahí misma la ciudad de New Jersey.

Fotos bajo Licencia CC: Paulo O; Jeremy Weate; John Gillespie; Andrew Malone; JasonParis

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