Para llegar hasta Yellwstone hay que ir a Yellowstone. Hay otros grandes parques nacionales de Estados Unidos que ‘cogen a mano’ en destinos turísticos más o menos recurrentes (como Yosemite o Death Valley) o que son parte de algunas rutas legendarias que año tras año atraen la atención de miles de viajeros de todo el mundo. Pero Yellowstone no está cerca de ninguno de esos lugares. Este norme espacio natural del tamaño de la provincia de Lugo (kilómetro cuadrado arriba, kilómetro cuadrado abajo) se extiende en la esquina noroccidental del estado de Wyoming traspasando fronteras con los vecinos Idaho y Montana. En este lugar se produce la colisión de dos de los grandes ecosistemas de ese gigante que son los Estados Unidos: los últimos acres de las famosas Llanuras conviven con los primeros picos de importancia de las Montañas Rocosas. Y el resultado es uno de los espectáculos naturales más fantásticos del mundo. Si lo que buscas es uno de los mejores viajes de naturaleza del planeta aquí lo tienes. Un viajazo que une esa naturaleza salvaje y los ecos de aquel choque del siglo XIX que enfrentó a los colonos y a los fascinantes pueblos nativos norteamericanos y su cultura de las llanuras.
Hay tres aeropuertos cercanos a los límites del parque. El pequeño aeródromo de West Yellowstone recibe vuelos comerciales en temporada de verano con conexiones diarias con Denver y Salt Lake City (operadas por Delta Connection). Un poco más lejanos están Idaho Falls –a 200 kilómetros- y Jackson Hole -70 kilómetros de la entrada Sur-. El gran aeropuerto internacional más cercano es el de Denver. Desde aquí puedes volar sin problemas hasta alguno de los aeropuertos regionales anteriormente mencionados o lanzarte a conducir las 730 millas -1.174 kilómetros-que median entre la gran ciudad del Medio Oeste y el Parque Nacional.
Paradas en Fuerte Laramie, Buffalo y Little Big Horn.- Si optas por la heroicidad del ‘road trip’ desde Denver no puedes dejar de hacer tres paradas imprescindibles. La primera es uno de los mitos de la ‘conquista del Oeste’. El Fuerte Laramie (Grey Rocks Road, 965 –Fort Laramie-) fue una de las más importantes bases de operaciones de la caballería estadounidense durante las guerras indias. Este puesto avanzado se construyó en 1830 como posta privada para el comercio de pieles, pero su posición estratégica lo convirtió en fuerte militar durante las primeras oleadas de emigración hacia Oregón, California y Salt Lake. Aquí vas a poder ver alguno de los viejos edificios del fuerte y un centro de interpretación que está bastante bien armado: cuestiones como el comercio de pieles, la expansión hacia el oeste y los conflictos con los nativos son los ejes del museo. Muy cerca de Fort Laramie también puedes visitar algunos ranchos históricos e hitos como el que señala el antiguo Camino de Oregón (Ruta Estatal 26) junto a Cold Spring Campsite, un lugar que servía de campamento de invierno a las caravanas que se dirigían a Oregón siguiendo la ruta desde Kansas.
Puedes hacer noche en la pequeña Buffalo, una de las muchas ciudades de esta parte del mundo relacionadas con la epopeya del Far West. En Main Street te va a encontrar los típicos edificios de ladrillo y maderas que te transportan a aquellos tiempos salvajes y violentos. Una historia que puedes rastrear en el Jim Gatchell Memorial Museum (Fort Street, 10) que ocupa el edificio histórico que albergó la primera farmacia de esta parte del mundo allá por el cambio de siglo (1900). Aquí podrás encontrar objetos, fotografías y documentos de aquellos tiempos de choque de civilizaciones (con una buena colección de arqueología nativa). Un enfrentamiento cuyos ecos aún pueden oírse a orillas de un pequeño río a 168 kilómetros hacia el norte (justo en la ruta más rápida que lleva hasta las puertas de Yellowstone).
El Little Bighorn Battlefield National Monument (Battlefield Tour Rd –Interstate 90-) le causa a uno sentimientos encontrados. Aquí tuvo lugar la famosa batalla entre el Séptimo de Caballería comandado por George Custer y una confederación de tribus formada por los pueblos Lakota, Cheyenne y Arapahoe liderada por Toro Sentado y Caballo Loco. Por lo menos ahora se rinde igual homenaje a los dos lados del enfrentamiento aunque la mística de Custer sigue siendo el eje de un discurso que poco a poco va poniendo el valor de ‘los verdaderos americanos’ como se decía de los nativos en la famosa película ‘Murieron con las botas puestas’. Aún así el lugar impresiona. Comparada con cualquier gran batalla, la de Little Big Horn fue una pequeña escaramuza. Pero esta refriega (en la que murieron 268 soldados por apenas 50 guerreros nativos) es uno de esos mitos nacionales de los Estados Unidos. Y estar ahí impresiona. Además, el centro de interpretación está bastante bien.
Llegando al Parque Nacional de Yellowstone.- La puerta de entrada tradicional al parque se hace desde el estado de Montana. La North Entrance se encuentra en la pequeña localidad de Gardiner. Aquí te vas a encontrar con dos iconos del parque: el Río Yellowstone (que ya nos acompaña hace muchos kilómetros como guía de la Interestatal 90. El otro hito reconocible es el Roosevelt Arch, puerta de entrada oficial del parque desde 1903. Antes de meterte de lleno en el paisaje brutal de esta parte de las Rocosas date una vuelta por el Yellowstone Heritage and Research Center (Old Yellowstone Trail, 20), un centro museístico donde se guardan casi un millón de objetos, restos fósiles, documentos u obras artísticas que tienen relación con el parque. Es una pasada. Un pedazo de museo en el que, por ejemplo, puedes encontrar una de las colecciones arqueológicas e históricas más completas del Medio Oeste. Aquí empiezas a darte cuenta de que Yellowstone es mucho más que un parque nacional. Es uno de los mitos fundacionales del país: para lo bueno y para lo malo.
Siguiendo el Río Yellowstone en dirección sur el paisaje cambia. El río ya no da de beber a los grandes campos. Entramos bajo el dominio de lo salvaje y empiezan a verse esos parajes únicos que han convertido a este lugar en un verdadero mito mundial. Mammoth es el primer lugar con el que se encuentra el visitante de Yellowstone. Aquí te vas a encontrar con varias cosas que ver. La más brutal es el complejo de Géiseres de Mammoth Hot Springs (Acceso Ruta 89). Aquí puedes ver varias ‘Terraces’ donde se alternan las fuentes de aguas hirvientes. El vulcanismo activo es una de las señas de identidad de este rincón de Wyoming. Los géiseres se repiten a lo largo del parque y estos no son, ni mucho menos, los más espectaculares. Pero aún así impresionan. Puedes acercarte a las fuentes con el coche o haciendo alguno de los Loops –senderos circulares- a pie. En las inmediaciones de Mammoth hay varias cosas por ver antes de internarse en el parque a través del Grand Loop Road: Gleen Creek y el precioso Joffe Lake (donde es frecuente ver bufalos); Osprey Falls o el sendero que sube desde la zona termal hacia Snow Pass.
Pero en Mammoth es también un lugar de alto interés histórico que trasciende a los propios Estados Unidos. Aquí aún pueden verse algunos edificios originales de Fort Yellowstone. El ejército llegó aquí en 1890 apenas 18 años después de la declaración del lugar como Parque Nacional. Fueron los militares los primeros encargados de salvaguardar los valores naturales del lugar y sus antiguos barracones, las casas de los oficiales o los establos hoy sirven de dependencias del parque incluyendo varios centros de interpretación y museos que tienen que ver con lo que vas a ver durante los días que vas a pasar aquí. En Mammoth, por lo menos, quédate un día.
Dormir en Yellowstone.- La opción más auténtica y también de las más caras es aprovechar alguno de los hoteles, lodges y cabañas que se encuentran en el interior del propio parque. Hay alojamientos en Mammoth, Canyon, Lake, Fish Bridge y Grant Village. En la página web del parque puedes consultar la disponibilidad y los precios de cada uno de los alojamientos (en temporada alta entre los 300 y los 700 euros por noche en habitación doble). También puedes optar por campos de autocaravanas en Mammoth, Canyon, Lake, Fish Bridge y Madison River y cobran unos 100 euros la noche por vehículo. La opción más barata (35 euros) son los campamentos que permiten la instalación de tiendas de campaña (Mammoth, Canyon, Lake, Bridge Bay, Grant Village, Imperial Meadows y Madison River). Estos campamentos cuentan con servicios y electricidad. La acampada libre está prohibida y es sumamente peligrosa por la cantidad de fauna que hay en el parque. Otra opción de alojamiento más barata es Gardiner –a x kilómetros de Mammoth- con una enorme oferta de hoteles, cabañas y campamentos. Si lo que vas a hacer es caminar por los senderos del parque hay multitud de lugares de acampada controlada a lo largo de los caminos. Eso sí, debes planificar con tiempo y reservar a través de la página del parque.
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