Un paseo por Chinyero: la última de las erupciones volcánicas de la isla de Tenerife

la vegetación empieza a colonizar los alrededores del Chinyero.

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Tenerife es pródiga en paisajes de impacto. Sin duda alguna, uno de los días estrella de cualquiera de visite la isla es cuando deja las nubes bajo los pies y sube hasta los pies del Teide. El Parque Nacional es una de las grandes maravillas naturales de Canarias y, también, un lugar accesible al que puede llegarse en coche y disfrutar desde la carretera de las panorámicas que deja el pico más alto de España y su entorno. La inmensa mayoría de los que suben hasta aquí lo hacen a través de tres caminos: La Esperanza (TF-21 desde Santa Cruz - La Laguna); El Portillo (TF-24 desde Puerto de La Cruz - Orotava) o Boca de Tauce (TF-21 desde zona Sur – Vilaflor). Muy pocos usan la impresionante ruta que atraviesa el Pinar de Chío (TF-30 desde Chío – Guía de Isora) para acercarse o alejarse de los alrededores de El Teide. Y es una pena.  

El tramo de carretera que deja atrás las llanadas de Ucanca y bordea el flaco sur de Pico Viejo es, sencillamente impresionante. Primero porque permite ver al gigante desde otro punto de vista. La TF-38 atraviesa una enorme colada de escorias de color negro, fruto de la última erupción del enorme volcán. En 1798, El Teide estuvo expulsando piedras y lavas por tres meses a través de dos pequeñas bocas situadas bajo el borde del cráter de Pico Viejo. Y es que el vulcanismo reciente es el elemento característico de esta parte sur del Parque Nacional. El mejor lugar para ver los efectos de esta erupción es el Mirador de las Narices de El Teide (TF-38), que es como se llaman estos ‘pequeños cráteres’ del los que surgieron las coladas. ç

La Cuesta de Chío empieza a desplomarse hacia el mar poco después de este mirador. Sin la barrera que supone el circo de Las Cañadas, la vista alcanza hasta el mar. Hay tramos en los que parece que la cercana isla de La Gomera pudiera alcanzarse con apenas un salto. Conducimos hasta el Mirador de los Poleos dónde podemos dejar el coche y ver como el pinar aún joven tapiza de verde ya grandes áreas de cenizas y coladas negras. Hay que desandar unos metros para ver el arranque del sendero (TF-38 km 15) que conduce a la Reserva Natural Especial del Chinyero, escenario de la última erupción volcánica que se produjo en Tenerife. El eje sobre el que pivota este espacio (de casi 2.400 hectáreas) es el Chinyero, un cono que alcanza los 1.561 metros de altitud y que está situado a pocos kilómetros de las primeras laderas de El Teide.

¿Y qué tiene de especial este lugar? Pues que fue protagonista de la última erupción volcánica que tuvo lugar en la isla. El Chinyero ha tenido una historia de episodios eruptivos que se remontan hasta finales del siglo XIV. Y el último de ellos se inició el 18 de noviembre de 1909 (en términos geológicos estamos hablando de antes de ayer) y se mantuvo activo durante nueve días. ¿Y eso que significa? Pues que podemos ver, in situ, como interactúa la vegetación (pinos, escobones, poleos, bejeques, vinagreras y líquenes, fundamentalmente) con materiales muy recientes y, a la vez, recorrer el interior de un paraje casi intacto desde hace un siglo. Una sencilla ruta circular de nueve kilómetros –apenas acumula 170 metros de desnivel- rodea la montaña y permite acercarse a la base del cono. Un camino en el que podremos ver diferentes ambientes muy distintos entre sí. La primera parte del camino (si se toma el desvío hacia la derecha) atraviesa un denso pinar para llegar a una zona marcada por la presencia de piroclastos (piedras de diverso tamaño y escaso peso) arrojados desde el cráter (campo de picones). La parte final del círculo nos conduce entre coladas de basalto, esto es, los restos solidificados del río de lava que fue expulsado por el volcán. Estamos en un lugar que los biólogos catalogan como de sucesión ecológica en sus fases primarias, esto es, un territorio cubierto con nuevos materiales geológicos que la vida comienza a colonizar. Aún así podrás ver algunos grandes pinos que se sitúan en las partes más altas del sendero. Estas áreas con buen desarrollo del bosque antiguo son los llamados ‘islotes’, lugares que no se vieron afectados por la lava y que permitieron la supervivencia de ejemplares anteriores a la erupción.

¿Está permitido subir a la cumbre del Chinyero? No. Como te decíamos, esta zona de Tenerife es de gran importancia científica. No está permitido salirse de los caminos marcados. Para ver el espacio en su conjunto, puedes subir hasta la Montaña del Estrecho, un pequeño ‘islote’ desde el que puedes ver el volcán y el río de lava que baja hacia la costa. Es muy importante respetar los senderos marcados. Si tienes tiempo y ganas puedes hacer un ocho e incluir en la ruta la zona de Arenas Negras (seis kilómetros más), otro de los grandes volcanes recientes de esta parte de Tenerife. Aquí podrás ver el volcán –Montaña Negra- responsable de la destrucción del Puerto y buena parte del pueblo de Garachico en 1706.

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Fotos bajo Licencia CC: Falco Ermert; Javier Sanchez Portero; Jose Mesa

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