Estas tierras duras y austeras guardan en su seno una belleza particular. Sus pueblos austeros, sus campos de cereal, sus famosos viñedos, los ecos de historias reales e imaginarias que se cuentan en torno a viejos castillos y piedras varias veces milenarias, la contundencia de su naturaleza… Desde el pequeño pueblo de Argamansilla de Alba parten las tres rutas que siguen las tres locas aventuras de un tal Alonso Quijano por las tierras de La Mancha (hoy lo que serían las provincias de Ciudad Real, Toledo, Cuenca y Albacete. Según dicen, este humilde pueblo de casas chatas es ese lugar de la Mancha de cuyo nombre el inmortal Cervantes no quiso acordarse. Un lugar que parece austero y con poco por ver. Pero por aquí al lado tienes, por ejemplo, uno de los humedales más bonitos e importantes de España (Las Lagunas de Ruidera); varios yacimientos arqueológicos (castillos medievales como el de Peñarroya –siglo XI-, villas romanas) y en el mismo pueblo, apenas un par de calles, varias cosas que ver: la talla del Cristo de la Merced (siglo XVII y Escuela Andaluza) de San Juan Bautista –Plaza de España, 13-, la Casa de Medrano (Cervantes, 7), una antigua casona noble y prisión en la que según la tradición el mismísimo Cervantes empezó a escribir el Quijote o el Pósito de la Tercia (Plaza Márquez C. Pacheco), un silo del siglo XVI que servía para almacenar grano por su las moscas. Aquí está, según la inmortal novela de Cervantes, hasta la mismísima entrada a los infiernos. La Cueva de Montesinos (Acceso por C-30) es uno de los sistemas kársticos asociados a las Lagunas de Ruidera y también escenario de uno de los pasajes más trascendentes de la obra del inmortal manco de Lepanto.
Ciudad Real es una provincia que para muchos puede representar una especie de gran espacio en blanco entre el eje Madrid-Toledo y las alturas de Sierra Morena que dan acceso a Andalucía. Pero nada más lejos de la verdad. Ya te hemos hablado de las Lagunas de Ruidera, pero es que Ciudad Real es la única provincia española no insular que cuenta con dos parques nacionales: Las Tablas de Daimiel y las dehesas maravillosas de Cabañeros (compartidas con la vecina Toledo) y uno de los últimos santuarios del Lobo ibérico en el sur peninsular (en el Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona). Pero aquí no acaba la nómina de atractivos: estamos hablando de un territorio plagado de historia con hitos como uno de los pozos más antiguos de Europa (la Motilla del Azuer), una red de castillos medievales de frontera única en España (en el famoso Campo de Calatrava), viejos palacios vinculados a las grandes familias de la historia del país, plazas mayores alucinantes (como la de Almagro, la de Villanueva de los Infantes o la de San Carlos del Valle), paisajes de montaña en Sierra Morena, Minas centenarias y hasta un museo y archivo de la Armada Española situado en un palacio alucinante a cientos de kilómetros de la playa (el Palacio del Marqués de Santa Cruz en el Viso del Marqués erigido por el mítico marino Álvaro de Bazán). De todo.
Ciudad Real capital y alrededores.- No es la capital más famosa de España y tiene el hándicap de estar muy cerca de verdaderas potencias patrimoniales de la talla de Toledo, Cáceres o Córdoba. Pero hay cosillas interesantes para ver. En la capital podemos encontrar algunos monumentos interesantes como la Catedral de Santa María del Prado (Reyes, 11), la Iglesia de San Pedro (General Rey, 12) o el Convento de La Merced (Merced, sn); espacios urbanos bonitos (con la Plaza Mayor a la cabeza) y museos interesantes. El Museo de Ciudad Real (Pérez Molina, 2), por ejemplo, es una buena manera de ver todo lo que ofrece la provincia desde el punto de vista patrimonial (con una colección de lugares de interés histórico apabullante). Y a dos pasos de la propia ciudad ya uno puede ir descubriendo ese legado en forma de lugares históricos y patrimonio natural. De lo primero valgan tres ejemplos: el Castillo de Alarcos (N-430), uno de los escenarios más importantes de la historia de España, el Castillo de Calatrava la vieja (Carrión de Calatrava), donde podemos ver los restos de una vieja medina islámica a orillas del Guadiana, y la preciosa Torre Galiana (Acceso desde N-430-a) una fortificación del siglo XII que abraza una pequeña aldea de casas tradicionales. Y desde el punto de vista natural nada más y nada menos que las Tablas de Daimiel (Carretera a las Tablas de Daimiel, sn), uno de los grandes parques nacionales del país.
GUÍA DEL PARQUE NACIONAL DE LAS TABLAS DE DAIMIEL
Un paseo por el Campo de Calatrava.- La zona sur de la provincia de Ciudad RReal está marcada por la huella de la Orden de Calatrava, una de las órdenes militares más importantes de la Edad Media. Esta zona de la Península Ibérica se convirtió en una frontera de idas y venidas entre musulmanes y cristianos desde la conquista de Toledo (1085) y la batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Eso se deja ver a modo de castillos y atalayas que se sitúan en los pasos estratégicos hacia Sierra Morena. En el Campo de Calatrava podemos ver algunos de los más grandes e importantes de España con los castillos de Calatrava La Nueva y Salvatierra (CR-504) como máximos exponentes. Si hablamos de Calatrava la Nueva tenemos que decir que es una de las fortificaciones medievales más interesantes de Europa.
El campo de Calatrava es una enorme comarca que aúna valores históricos y naturales. Sobre todo geológicos ya que es una región con huellas de vulcanismo reciente (hay un centro de interpretación en el Volcán de Cerro Gordo –CM-413-), algo que en tierras peninsulares se ve bastante poco. También es una comarca de pueblos y pequeñas ciudades. El punto patrimonial más importantes Almagro, ciudad célebre por su Plaza Mayor y su Corral de Comedias (uno de los teatros más antiguos del país) que cuenta con un rico patrimonio civil y religioso. Al sur de Almagro nos encontramos con un pequeño listado de pueblos que comparten el apellido de Calatrava. Nuestro interés se centra en un ajeno a la familia: el Viso del Marqués. Aquí nos encontramos con uno de los palacios renacentistas más bonitos del país: el Palacio del Marqués de Santa Cruz (Pradillo, 12).
El flanco sur de Sierra Morena.- Límite natural con Andalucía. Con todo lo que eso supone. Las joyas de la corona son el Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona (con poblaciones de especies como el águila imperial ibérica, el buitre negro, la cigüeña negra o el lince ibérico –y dicen que puede ser el último refugio del lobo en estas latitudes- ) y el pueblo de Almadén, un lugar de gran importancia histórica con un patrimonio vinculado a la explotación de las vetas de mercurio más importantes del mundo. En este Patrimonio Mundial de la Unesco puedes visitar viejas minas musealizadas e infraestructuras tan curiosas como el Real Hospital de Mineros construido en el siglo XVIII. En esta zona de la Sierra podemos encontrar pueblos blancos que anticipan lo que existe en la vertiente sur de las montañas (provincias de Jaén y Córdoba) e importantes huellas del pasado: desde las Pinturas Rupestres de Peña Escrita (Fuencaliente) que datan de la Edad del Cobre a la Ciudad Romana de Sisapo (Almodóvar del Campo) que formaba parte de una red de pueblos y postas mineras.
Molinos y Ciervos.- La Mancha y sus molinos. Aquí te vas a encontrar esa estampa de cerros poblados de viejos molinos de viento: aquellos gigantes contra los que luchó el Caballero de la Triste Figura en la inmortal obra de Cervantes. Los dos puntos de referencia en la zona norte de la provincia son Campo de Criptana y Alcázar de San Juan. Los molinos de ambas localidades son, quizás, el elemento más vistoso de un patrimonio importante que se muestra de manera potente en Alcázar de San Juan, una población de importancia. Estamos hablando de una pequeña ciudad con monumentos importantes y una trama urbana bonita de verse. En la Colegiata de Santa María la Mayor (Santa María, 7), por ejemplo, no sólo puedes ver la evolución de su fábrica con elementos románicos, góticos, renacentistas y barrocos. También se custodia el acta de bautismo de un tal Miguel de Cervantes aunque muchos cuestionan que este sea nuestro Miguel. El Torreón del Gran Prior (Torreón, 1) es otra de las joyas de la localidad. La torre es de origen almohade (siglo XII) aunque con muchas reformas posteriores (hoy alberga un museo sobre la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta). Otras visitas recomendables sin el Museo de la Alfarería Manchega (San Antonio, 17) y el Museo Municipal (Santo Domingo, 10).
En el otro extremo del norte de la provincia está Cabañeros, quizás el parque nacional más desconocido de los que forman la red. Aquí vas a encontrar un ecosistema de bosque mediterráneo muy bien conservado con pequeños enclaves de bosque atlántico, zonas de montaña y grandes dehesas. Esta diversidad de ambientes se traduce en una explosión de biodiversidad impresionante. El rey del parque es el ciervo (es uno de los mejores lugares de España para ver la Berrea a finales de septiembre y principios de octubre) pero también es un espacio clave para la recuperación del lince ibérico. El listado de bichos que puedes ver aquí es enorme: águila imperial; buitre negro; buitre leonado; jabalí; ginetas; corzos y cabras montesas en las alturas… Y ya se está esperando al lobo.
El Eje del vino.- La importancia del vino en la historia y la cultura de estas tierras es brutal. Muy cerca de Valdepeñas, en El Peral, se han encontrado los restos de una bodega romana que pone de manifiesto los más de 2.000 años de relación de esta comarca con el vino. Valdepeñas ejerce de capital del vino en Castilla La Mancha, con un puñado de bodegas famosas y una Denominación de Origen que se cuenta entre las mejores de España. El otro pueblo íntimamente vinculado al vino de esta zona es Tomelloso que cuenta con más de dos millares de pequeñas bodegas subterráneas que forman un curioso patrimonio etnológico vinculado al vino. Aquí, en Tomelloso, también puedes visitar el Museo Antonio López (Pintor López Torres, 38), con obras de uno de los autores más cotizados de nuestro tiempo.
La Vía Augusta.- Nos acercamos al extremo sureste de la provincia en un lugar dónde Ciudad Real se encuentra con Albacete y Jaén. La antigua Vía Augusta fue una de las principales vías de comunicación de Hispania durante la época romana. Esta carretera ‘nacional’ salía de Cádiz y subía por el Valle del Guadalquivir para buscar el Valle del Segura y seguir por la costa levantina hasta Los Pirineos comunicando las principales zonas de producción de la provincia. La Vía sale de Andalucía por el pequeño valle que deja el Rio Dañador (siguiendo más o menos el trazado de las actuales A-6203 y CM-3129) y se interna en Ciudad Real buscando las poblaciones de Terrinches y Villanueva de La Fuente. Pues en este tramo aún pueden verse algunos tramos de la calzada romana original en bastante buen estado. Y de paso podemos acercarnos a varios puntos de interés arqueológico: la Villa Romana de La Ontavia (CM-3202); el Castillejo del Bonete (CM-3202) –una curiosa estructura de piedra de la Edad del Bronce- o el Castillo de Ben Yucef (Terrinches), una torre defensiva del siglo XIII muy bien conservada que alberga un pequeño museo sobre la historia de la Orden de Santiago en la comarca de Montiel. Otro atractivo de esta zona de la provincia son los espacios naturales que salpican el Campo de Montiel que son uno de los escenarios del plan de recuperación del lince ibérico (hay empresas que organizan salidas para verlo).
Fotos bajo Licencia CC: M.Peinado; Miguel Ángel Masegosa;José Vicente; Tonchu Pombo; Santiago López-Pastor