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Qué ver en el Prepirineo aragonés: la montaña antes de la montaña

Castillo de Loarre.

Viajar Ahora

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Viejos monasterios mistéricos, peñascos surrealistas, bosques densísimos, cañones profundísimos, castillos que lucen como recién hechos… Huesca es una de las provincias con mayor potencia viajera de España. Hitos como los valles occidentales o el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido marcan el punto culminante de una oferta que incluye pueblos medievales muy bien conservados y pequeños centros patrimoniales como Huesca capital (una desconocida que bien merece una parada) o Jaca, con su Ciudadela y esa Catedral de San Pedro que es uno de los mejores ejemplos de románico primitivo de toda la Península Ibérica. Los Pirineos son el gran atractivo de la oferta oscense. Es la montaña en mayúsculas: pero hay montaña más allá de la montaña. El Prepirineo es una larguísima sucesión de montañas de tamaño notable que corre en paralelo a la gran cordillera en un tranco que va desde Euskadi a Cataluña (unos 450 kilómetros de largo y alturas que superan los 900 metros).

Este Preprineo en tierras de Zaragoza y Huesca tiene muchísimo que ver. En una hipotética ruta de Oeste a Este nos vamos a encontrar con lugares de gran importancia natural y geológica, villas históricas, buenos ejemplos de arte megalítico prehistórico, fortalezas medievales… Para darse cuenta de lo que ofrece esta porción del país valga un dato. A pocos kilómetros de la frontera entre Aragón y Navarra nos encontramos con las famosísimas Cinco Villas, uno de los conjuntos artísticos e históricos más importantes de toda España.

Empezamos por Sos del Rey Católico.- Una joya. Una verdadera joya. Este pueblo es célebre por ser el lugar de nacimiento de Fernando el Católico. Y también por ser una de las poblaciones de origen medieval mejor conservados de toda España. Aquí las piedras apenas se han movido de su sitio en los últimos mil años y el resultado es un laberinto de callejuelas y pasadizos de gran belleza. El gran reclamo monumental de la villa es el Palacio de Sada (Hispanidad, sn), una casona renacentista que sirvió de escenario al nacimiento de Fernando (aún pueden verse partes medievales del edificio). Y no es lo único que ver. Junto a la Torre del Homenaje del Castillo (Doña Manuela Pérez de Biel, 5) nos topamos con la Iglesia de San Esteban (Salud, 7) que tiene uno de los conjuntos de pinturas murales medievales más importantes del país, un crucificado románico, una cripta paleocristiana y una pila bautismal del siglo VIII. Otro edificio notable es la Lonja (Ramón y Cajal, 12), mercado del siglo XIV que también sirvió como punto de reunión del consejo de la ciudad durante siglos.

Un conjunto abigarrado en sí mismo. El Castillo es un ejemplo de cómo la villa fue creciendo comiéndose murallas, puertas, torres y baluartes. Apenas pueden verse la Torre del Homenaje, algunos lienzos de murallas y un par de viejas puertas que dan testimonio de las antiguas murallas. Esta ocupación de espacios ha creado un urbanismo laberíntico que se hace casi claustrofóbico al sur de la Plaza de la Sartén. Aquí se localizaba la antigua judería de Sos (pueden verse en algunos dinteles de las viejas casas las ranuras en las que se instalaba la mezuzah –pergaminos con pasajes de la Torá-) y lo que, según dicen los que saben de estas cosas, era la sinagoga local (Mentidero, 8) que hoy funciona como alojamiento con mucho encanto (El sueño de Virila).

Un paseo hasta San Juan de La Peña.- Nunca vimos un lugar con tanta energía como éste. Para llegar hasta aquí desde Sos del Rey Católico (79,5 kilómetros) hay que llegarse hasta el valle del Río Aragón pasando por lugares muy interesantes como Urriés –no dejes de ver el fantástico retablo de San Esteban- o Puente La Reina de Jaca, que no es que sea cosa del otro mundo pero es uno de los pasos míticos del Camino de Santiago. La meta del paseo es el Monasterio Viejo de San Juan de La Peña (A-1603) un conjunto monumental que se remonta al siglo X en sus piedras más añejas. Lo que más sorprende de este lugar es el claustro protegido por un enorme saliente de piedra que convierte al monasterio en un monumento a medio camino de lo rupestre. Dicen que este lugar tiene conexiones mágicas con las religiones precristianas; y que aquí se custodió el mismísimo Santo Grial. El lugar es de una belleza increíble. Y también un compendio de arte que abarca casi mil años de historia. La importancia histórica del lugar queda de manifiesto con el panteón real de los primeros reyes de Aragón. En los restos del Monasterio Nuevo (a pocos kilómetros) se ha instalado un interesantísimo centro de interpretación.

Alucinando con los Mallos de Riglos.- Uno de los paisajes más intensos de esta zona de España. Aquí el Río Gallego ha excavado un socavón en la que sobrevivieron estas torres de piedra de perfiles redondeados que parecen verdaderos rascacielos de piedra viva sobre los que sobrevuelan buitres y águilas (algunas de las paredes verticales superan los 300 metros de altura). Los Mallos se pueden disfrutar de varias formas. Desde abajo, haciendo alguno de los senderos que van y vienen entre los gigantes, o haciendo uso de alguna de las más de dos centenares de rutas de escalada que han convertido a este lugar en una meca para los asaltadores de las alturas. La visita se completa en el pueblecito de Riglos donde se ha instalado un Centro de Interpretación sobre las aves carroñeras (Carretera, sn) con especial atención al buitre leonado.

De los mejores castillos de España en Loarre.- Culminamos este recorrido por el Prepirineo aragonés junto a los muros del Castillo de Loarre, una fortaleza imponente que muy pronto cumplirá mil años de historia. Esta fortaleza se construyó para servir de muro de defensa del Reino de Navarra ante los musulmanes que estaban ahí no más en Huesca (Wasca) a pocos kilómetros de la primitiva fortaleza. Lo que vemos hoy es el resultado de varios siglos de historia con sus añadidos, sus reformas y, también, sus largas centurias de abandono antes de su restauración. Es uno de los castillos más bonitos y mejor conservados de España y el gran ejemplo de fortaleza románica de la Península. La entrada (conviene reservarla previamente) da también acceso a la Iglesia de San Esteban del pueblo de Loarre y a la Basílica de Santa María de Bolea. Aprovecha que estás por aquí para darte un salto hasta la Ermita de Nuestra Señora de La Peña (Acceso desde Aniés) un templo rupestre que está situado en un entorno de gran belleza.

Fotos bajo Licencia CC: Javier Valero Iglesias; José Antonio Gil Martínez; Marco 44; Munea Viajes; www.twin-loc.fr; Sergio Mas

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