Si dividimos La Coruña en dos podríamos decir que la Plaza María Pita ejerce de frontera entre la ciudad vieja y la ciudad moderna: de un lado está esa Coruña de calles estrechas e irregulares que creció atenazada por las murallas y la que se expandió gracias al crecimiento urbano de la capital coruñesa desde finales del siglo XVIII. Conocer una ciudad ignorando su historia es desconocer el porqué de sus plazas, calles, jardines y paseos. Y si hablamos de La Coruña hay que hablar de una fecha clave: 1778. El rey Carlos III (el famoso ‘alcalde de Madrid’) concedió en este año permiso a trece ciudades para comerciar sin trabas con los puertos de La Habana, Montevideo y Buenos Aires. Fue una verdadera revolución para una ciudad que apenas era un pueblo grande con menos de 10.000 habitantes. La riqueza del comercio con América hizo crecer la ciudad que, a diferencia de otras urbes gallegas, nunca tuvo el ‘freno’ de una iglesia poderosa o un número importante de familias nobles. La Coruña se convirtió en una ciudad de comerciantes y para comerciantes con un contacto muy intenso con el resto de Europa. Una ciudad en la que la Ilustración entró con mucha más fuerza que otros lugares del país.
Tal como hicimos el primer día, empezamos el paseo en el entorno de la Plaza de María Pita, pero en vez de internarnos en la antigua ciudad a intramuros nos vamos a quedar junto a la costa recorriendo la espectacular Avenida Marina desde el puerto para descubrir los iconos que conforman la ciudad burguesa y comercial que resume los últimos dos siglos de vida en la ciudad (iconos de color violeta en el mapa). Si empezamos el día como el anterior hay que desayunar. Y una buena opción es La Mansión 1783 (Avenida Marina, 14), un lugar con solera situado en un edificio histórico que simboliza esa nueva era… Un café que se encuentra entre dos de los ‘templos burgueses’ más importantes de la ciudad: el Teatro Rosalía de Castro (Rúa Riego de Agua, 37) y el Teatro Colón (Avenida Marina, 7). La fachada marina de esta parte de La Coruña, con esa imagen potentísima de las balconadas acristaladas, e completa con los Jardines de Méndez Núñez, un parque del siglo XIX precioso junto al puerto, y El Obelisco (Rúa Nova, 2), un bonito reloj aupado sobre una columna que es otro de los símbolos más queridos por los locales. Este es el lugar donde todo el mundo queda.
La ciudad modernista.- Una de las marcas características de las ciudades comerciales españolas es la plasmación del poder de sus élites a través de las diferentes corrientes arquitectónicas de moda. Y otra vez La Coruña y el mar. Algunas de las grandes familias de finales del XIX y principios del XX vincularon sus negocios con sectores como el transporte marítimo, la industria conservera o la explotación de propiedades en América. Fruto de ese flujo de capitales, la nueva ciudad se llenó de grandes casonas. Y de entre todo ese patrimonio destaca, por cantidad y calidad, el modernista. Podemos ver algunos edificios en la zona más próxima al casco histórico (como la Casa Molina -Dársena, 1- o la Casa Ozores -Rúa do Parrote, 14-), pero la mayor parte de las construcciones modernistas de La Coruña se encuentran a la ‘izquierda’ de la Plaza de María Pita: si exceptuamos estas dos y la Casa Rey (María Pita, ), que se encuentra en la misma plaza.
Como decíamos, mucho y bueno. La isla es mucho más amplia pero los más destacados para ver son El Diente de Oro (Montoto, 5); la Casa de los Elefantes (Rúa Orzán, 8); la Casa Fuente de San Andrés y la Casa Cabanelas (ambas en la Praza de San Andrés), el Kiosko Alfonso (Av. Jardines de Méndez Núñez, 3) y los dos inmuebles que ocupan el número 10 de la Calle Galera y el 11 de la Calle San Nicolás. Ir saltando de casa en casa permite ir conociendo lugares como la Calle Real, principal arteria comercial de la ciudad o el entorno de la Playa del Orzán, donde puedes ver algunos palacetes de indianos y de los reyes de las conservas de pescado de principios del siglo XX.
De museos en pleno centro de La Coruña.- El Museo de Bellas Artes de La Coruña (Rúa Zalaeta, 2) es el otro gran templo burgués de la ciudad con una colección que incluye nombres ilustres como Francisco de Goya, Rubens, Van Dyck, Sorolla o Juan Pantoja. Otro gran nombre de la pintura universal tiene un hueco destacado en el centro de la ciudad: hablamos de la Casa Museo Picasso (Rúa Payo Gómez, 14), inmueble en el que vivió el artista desde los 9 a los 13 años y como alumno de la Escuela de Bellas Artes de la ciudad. Así que aquí se guardan algunas de las primeras obras del genio malagueño junto a los muebles y pertenencias de la familia. Tres museos dedicados a las ciencias.- Tres en uno, aunque situados en diferentes puntos de la ciudad coruñesa: la Casa de las Ciencias (arque de Santa Margarita, sn) ejerce de casa matriz con una exposición centrada en la Astronomía con un muy buen planetario como principal atractivo; el segundo de los centros es el Aquarium Finisterrae (Paseo Marítimo Alcalde Francisco Vázquez, 34) y el tercero, y una auténtica maravilla es el Domus (Rua Ángel Rebollo, 91), una maravilla arquitectónica obra del arquitecto japonés Arata Isozaki que está centrado en el ser humano y la evolución.
Subir hasta el Monte San Pedro.- Desde aquí vas a tener una de las mejores vistas de toda la ciudad (imprescindible tomar el alucinante ascensor panorámico desde la Avenida Fernando Suárez García). Desde lo alto del monte puedes ver toda la ciudad a tus pies y varias atracciones: la más notable es la Cúpula Atlántica, el único mirador 360 grados de toda España, y a dos pasos puedes ver el Centro de Interpretación de las Baterías de San Pedro, dos potentes cañones y un sistema de búnkeres que formaban parte del sistema defensivo de la ciudad durante buena parte del siglo XX.
El paraíso cervecero de Estrella Galicia (Rúa José María Rivera Corral, 6).- El Mega Mundo de Estrella Galicia es otro de los atractivos ‘culturales’ de la ciudad. Más allá de lo que supone la fábrica (una de las marcas más importantes y consumidas de España) el museo muestra un recorrido por la historia de la propia cervecería y de su producto estrella. Si en Dublín presumen de su Museo Guiness acá se presume del Museo de Estrella. Para cerveceros inquietos y curiosos.
Comer en el ensanche coruñés.- La Bombilla (Rúa Torreiro, 6) es el bar de tapas paradigmático de La Coruña. Un local histórico que se aproxima al centenario y que ofrece una oferta de tapas caseras donde brillan las croquetas, los pinchos de tortilla y los calamares fritos. El que quiera una de esas tabernas tradicionales donde el pulpo es el rey tiene una buena oportunidad con el Mesón Os Trasnos (Travesía San Mateo, 10), un lugar sencillo pero cn una excelente relación calidad precio. Reina el pulpo, pero el local es también famoso por sus chipirones y los caracoles. Otro lugar muy cerca de la Casa de Las Ciencias es Los Farolitos (Ronda de Outeiro, 249), un mexicano muy recomendable.
Dos lugares a dos pasos de La Coruña
Visitar la Villa Romana de Cambre (Rúa Wenceslao Fernández Flórez, 20 –Cambre-).- Una huella brutal de la presencia de Roma en estas costas. Aquí te vas a encontrar con los restos de una villa rural palaciega con lujos como unas pequeñas termas y restos de pinturas murales de gran calidad.
Castelo de Santa Cruz (Porto de Santa Cruz, sn).- Uno de los rincones más bonitos de la costa gallega. Este castillo del siglo XVI se construyó en una pequeña isla situada a pocos metros de la costa y para acceder hasta la fortaleza hay que cruzar un curioso puente de madera.
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