Sevilla es una de esas ciudades inabarcables. No es por su tamaño; se puede recorrer a pie de una punta a otra en poco menos de una jornada. Pero aún así es imposible conocerla en profundidad si no se la vive por un periodo prolongado de tiempo. La capital andaluza, como la mayoría de las ciudades y pueblos de esta región mágica del sur de España, es un joyero repleto de piedras preciosas apelotonadas en un reducido espacio. Una caja llena de tesoros. Basta un paseo de diez minutos para darse cuenta de ello. Cien o dos cientos metros de andar pausado te muestra una docena larga de detalles que, en cualquier ciudad del mundo, serían protagonista de todas las postales y guías de turismo.
Como sucede con otros destinos monumentales (como Roma, Estambul o París, por citar sólo algunos ejemplos), la impresión de que no se ha visto lo suficiente suele ser moneda corriente. Conocer a fondo Sevilla en dos días es imposible; pero llevarse una impresión general y volver a casa satisfechos si lo es. Eso sí, hay que priorizar y olvidarse de entrar en muchos lugares como grandes museos para poder dedicarle un par de horas buenas a imprescindibles como los Reales Alcázares o la Catedral. Te presentamos dos rutas a pie para que puedas explorar lo más destacado de Sevilla en un fin de semana.
DÍA 1: La Sevilla Monumental
La gran parte de los grandes monumentos de la capital hispalense se concentran en la orilla Este del Río Guadalquivir. El centro histórico atesora los grandes monumentos y, también algunos de los barrios más auténticos que se aglutinan en torno al gran conjunto monumental que forman la Catedral y el Alcázar. Los barrios de Arenal, San Vicente, Santa Cruz y Macarena forman el precioso casco histórico a intramuros (dentro de los límites de la antigua muralla). La ciudad que un día fue romana, después musulmana y, después, cristiana muestra aquí su enorme riqueza histórica con rastros de todas las civilizaciones que la habitaron. Antiguos templos romanos, baños árabes, casas moriscas, iglesias… Todo en un auténtico laberinto de callejuelas encantadoras que rezuman arte por todos lados.
VISITAR EL ALCÁZAR (Patio de Banderas, sn; Tel: (+34) 954 502 324; Ver Horario).- Es el lugar que hay que ver por dentro en la ciudad sí o sí. Las puertas abren a las 9.30 horas y para evitar colas conviene sacar la entrada con antelación a través de la web oficial . Sacar la entrada con audioguía es más que recomendable. El Alcázar de Sevilla es un impresionante conjunto de palacios jardines que resume a la perfección la historia de la ciudad. Hay piedras que se remontan a la ciudad romana, rastros de una antigua iglesia visigótica bastantes huellas del palacio almohade y uno de los conjuntos artísticos mudéjares más espectaculares de España y perfectamente comparable a la Alhambra de Granada. La visita a los palacios y los jardines demanda unas tres horas de paseo tranquilo aunque si vas con prisas te recomendamos centrar tu atención en La Sala de la Justicia y el Patio del Yeso (dónde se concentran los restos del antiguo palacio almohade del siglo XII), el Palacio de Pedro I (construcción mudéjar del siglo XIV) y un paseo por los jardines. Para amantes de la historia quedan las dependencias de la antigua Casa de la Contratación, desde dónde se regían los destinos del inmenso imperio español.
LA CATEDRAL Y SUS ALREDEDORES.- El conjunto monumental sevillano se concentra en torno a la Plaza del Triunfo. Desde aquí se accede al Alcázar y también a la Catedral dejando por medio el espectacular edificio que alberga el Archivo General de Indias (Avda de la Constitución, sn; Tel: (+34) 954 500 528; E-mail:agi2@mecd.es), una maravilla del Renacimiento español proyectado por Juan Herrera como lonja. La Catedral de Sevilla (Avda de la Constitución, sn; Tel: (+34) 902 099 692; Ver Horarios; gratuito los lunes a partir de las 16.30) es otro de los que creemos que no pueden faltar en una visita a la ciudad. Imprescindible sacar las entradas con anticipación para evitar perder una hora o más haciendo cola. La catedral sevillana ocupa el espacio de la antigua mezquita mayor de la que sólo queda el Patio de los Naranjos y los muros que dan a las calles Alemanes y Antigüedades. El interior del templo gótico es una verdadera maravilla que impresiona por su arquitectura (es la tercera iglesia más grande del mundo), la impresionante calidad de sus obras de arte (como el Altar Mayor) y sus tesoros históricos (como la tumba de Cristóbal Colón). El otro hito de la visita es subir a La Giralda, antiguo alminar de la mezquita almohade considerado como una de las obras cumbre del arte islámico de todos los tempos.
La mejor vista de La Giralda se obtiene desde la Plaza de la Virgen de Los Reyes junto a la famosa Fuente de la Farola. Desde aquí podremos ver perfectamente la decoración geométrica de la torre y la diferencia notable entre el cuerpo almohade y los añadidos cristianos. Antes de abandonar la zona e internarnos en la maraña de calles del Barrio de Santa Cruz conviene acercarse a la Avenida de la Constitución para visitar la Plaza del Cabildo, un espacio nuevo (fue construida a mediados del XX) pero que respeta el espíritu del barrio.
SIERPES BARRIO DE SANTA CRUZ.- El paseo desde la Plaza del Cabildo puede seguir por la Avenida de la Constitución hasta el arranque de la Calle Sierpes pasando junto al impresionante Ayuntamiento y la Fuente de Mercurio. Sierpes es una de las calles más atractivas de la ciudad: cuajada de comercios tradicionales, bares y, también, sorpresas que aparecen a un lado y a otro como la Capilla de San José (Jovellanos, sn; Tel: (+34) 954 223 242), una auténtica joya del Barroco sevillano. Llegamos a la Calle Laraña y giramos a la derecha para ver Las Setas de Sevilla (Plaza de la Encarnación) un curioso mirador que se levanta sobre los tejados gracias a la mayor estructura de madera del mundo. Bajo los cimientos de esta curiosa construcción se descubrieron restos romanos y árabes que se han integrado en el espacio a través de un pequeño museo de sitio, el Antiquarium.
El barrio de Santa Cruz es un verdadero laberinto de callejuelas heredero del urbanismo medieval. Explorarlo a fondo demandaría un día entero por lo que hay que ser selectivos. Para nosotros, el imprescindible a visitar es la Casa Pilatos (Plaza de Pilatos, 1; Tel: (+34) 954 225 298) un precioso caserón que aúna los estilos renacentista y el mudéjar y está considerado como el más bonito de los palacios andaluces. Callejear por santa Cruz es una delicia y no es mala idea ir girando en las esquinas al azar aunque buscando las proximidades de la Plaza de los Refinadores. En la calle Mármoles e encuentran los restos de un antiguo templo romano y en las inmediaciones de Santa María la Blanca, antigua sinagoga reconvertida en iglesia, se encontraba la Judería sevillana.
ATARDECER EN LA PLAZA DE ESPAÑA.- Abandonamos Santa Cruz a través de los Jardines de Murillo, que recorren el perímetro exterior de las murallas del Alcázar, hasta la Avenida del Cid. Pasamos junto al impresionante edificio de la Universidad de Sevilla y nos internamos por la calle Isabel la Católica hasta la impresionante Plaza de España , un imponente conjunto monumental construido en 1929 con motivo de la celebración de la Exposición Universal. La plaza es un homenaje a la cultura española y, a la vez, un gesto de amistad a los pueblos de Latinoamérica un siglo después de las independencias. Una verdadera obra maestra arquitectónica donde el ladrillo, la madera y el azulejo se usaron de manera magistral. Imprescindible recorrer todos los paneles dedicados a las provincias españolas con alegorías históricas. Si aún tienes tiempo, date un paseo por el Parque María Luisa hasta el Guadalquivir. NO es mala idea terminar el día junto a la Torre del Oro.
DÍA 2. La Torre del Oro, Triana y el barrio de La Macarena
CRUZAR EL RÍO POR SAN TELMO.- Nos acercamos hasta el cauce del Guadalquivir a la altura de la calle Almirante Lobo. Muy cerca se encuentra la antigua Ceca de Sevilla (fábrica de moneda) en la preciosa calle de La Habana, un lugar escondido que casi nadie conoce pese a estar a dos pasos del Alcázar sevillano. Salimos al río junto a la Torre del Oro (Cristóbal Colón, sn; Tel: (+34) 954 222 419), antigua torre albarrana almohade del siglo XII (independiente aunque conectada a la muralla) que servía para defender el acceso a la ciudad desde el río. Alberga un pequeño museo naval. Si te gustan mucho los barcos puedes visitarla, si no sigue de largo y cruza el río por el Puente de San Telmo, desde donde podrás ver impresionantes vistas de la orilla del Arenal con la Torre del Oro en primer plano y La Giralda emergiendo tras los tejados. Una maravilla. Una vez en la otra orilla del río, giramos a la derecha y nos internamos por la famosa Calle Betis. Antes de internarnos en el Barrio de Triana podemos hacer un par de fotos desde el Muelle de los Camaroneros.
UN PASEO POR TRIANA.- Betis; Pureza; San Jacinto; Alfarería y Castilla. Triana es un barrio con muchísima personalidad. Un barrio que tiene un ‘duende’ especial asentado tras siglos de historia de autoafirmación ante la Sevilla fastuosa de la otra orilla. Barrio de alfareros y marineros. Germen del Imperio y hogar de ilustres aventureros: reales como Rodrigo de Triana, el primero que vio tierras americanas en el primer viaje de Colón o imaginarios, como el Monipodio de ‘Rinconete y Cortadillo’, cuya casa situó el inmortal Cervantes en el barrio trianero. El barrio no es grande, pero merece un par de idas y venidas por los mismos lugares para encontrarse con viejos patios de vecinos, como la propia Corrala del Monopodio (Betis, 60), o edificios de alcurnia como la magnífica Iglesia de Santa Ana (Vázquez de Leca, 1; Tel: (+34) 954 270 885) una maravilla que combina el gótico y el mudéjar que fue la primera iglesia construida en la ciudad tras la conquista cristiana de 1248.
La calle Pureza corre en paralelo al río aunque por el corazón del barrio. Antes de llegar a la Plaza del Altozano, arranque de San Jacinto, nos podemos detener en la Capilla de Los Marineros, sede de la Hermandad de La Esperanza de Triana, una de las más destacada de la Semana Santa sevillana. Más allá de San Jacinto se extiende la Triana de los alfareros. En la calle callao se encuentra el Centro Cerámica Triana (Calle Callao, 16; Tel: (+34) 954 341 582) y también numerosas tiendas y talleres donde es posible adquirir verdadera cerámica tradicional sevillana. Nada de Made in China. Ideal para comprar un suvenir o regalo de los de verdad. Antes de abandonar el barrio por el Puente de Triana merece la pena darse un paseo por el Mercado de Triana y, de paso, ver los restos del Castillo de San Jorge, que se encuentran integrados en este mercado tradicional que, como otros espacios similares de toda España, combina puestos tradicionales y pequeños negocios gastronómicos.
LA MACARENA Y LAS MURALLAS ALMOHADES .- Terminamos nuestro viaje en el barrio de La Macarena, otro barrio con personalidad que ocupa el extremo norte del centro histórico. Al igual que sucede con Santa Cruz, el listado de iglesias, palacios y casonas es interminable y demandaría una o dos jornadas de paseos. Por eso, y como ya nos queda un rato en la ciudad nos detendremos en cuatro lugares. El primero es el Palacio de Dueñas (Dueñas, 5; Tel: (+34) 954 214 828; E-mail: info@lasduenas.es), un imponente edificio del siglo XV recientemente abierto a la visita que suma el interés arquitectónico de uno de los edificios más antiguos y notables de la ciudad con una imponente colección artística. Otro lugar por el que hay que pasar es la Alameda de Hércules, uno de los parques públicos más antiguos de España (siglo XVI) adornado con dos viejas columnas romanas y repleto de bares. Justo en el límite norte del barrio se encuentran las antiguas murallas almohades de la ciudad (siglo XII) y ahí mismo la Basílica de La Macarena (Calle Bécquer, 1; Tel: (+34) 954 901 800), otro de los epicentros de las múltiples devociones religiosas de la ciudad.
Fotos bajo Licencia CC: Viajar Ahora; Roger W