La Laguna Negra y los Circos Glaciares de Urbión. Montaña y magia en la provincia de Soria

La Leyenda de Alvargonzález es uno de los mitos castellanos creados por la pluma del no menos alto Antonio Machado. El poeta vivió muchos años en Soria (ya dice la canción aquello de que no era un ganapán) y se empapó de su esencia hasta desgranarla casi por completo. De aquellos años de profesor de lengua francesa en el Instituto General y Técnico de la ciudad quedan dos huellas imborrables que lo acompañarán toda su vida: la cultura castellana y el breve e intenso amor por Leonor, la esposa y musa del poeta que muere apenas tres años de contraer matrimonio con el genio andaluz. Uno de los frutos de esa relación con Soria es ‘Campos de Castilla’, una de las obras cumbre de la poesía en español de todos los tiempos. Y ahí se incluye La Tierra Alvargonzález, una obra original del propio machado que, sin duda alguna se nutrió de viejas historias de aquella España negra. En este romance se cuenta la historia de dos hermanos que matan a su padre para heredar antes de tiempo. Pero la promesa de riquezas pronto se torna en un reguero de maldiciones que trae miserias y muerte. Uno de los escenarios clave de esa historia (que te recomen damos leer si no lo has hecho ya) es la Laguna Negra, lugar dónde los parricidas arrojan el cadáver con fiando en que nada más se sepa de él.

El camino que llega hasta este lugar ayuda a crear ese halo de lugar misterioso. El Valle de  Revinuesa asciende desde su desembocadura en el Río Duero en una especie de L de corto recorrido y perfiles suaves. Hoy este lugar está cubierto de una densa vegetación que comprende enormes extensiones de pinos albares, que se enseñorean de las zonas altas y de solana y grandes manchas de hayedos que se refugian en las umbrías y en las zonas más próximas al río. Es un lugar de frondas imponentes y caminos a los que rara vez llega la luz del sol que aquí está casi tapado por los árboles. Es este un reino de sombras, piedras y musgos. Un lugar que fue esculpido por enormes lenguas de hielo que bajaban desde las alturas del cercano Pico de Urbión en los tiempos glaciales. No es de extrañar que el lugar sea pródigo en brujas, monstruos y leyendas.

La Laguna Negra ocupa la parte superior de un antiguo circo glacial a casi 1.800 metros de altitud. Es un lugar imponente; rodeada en su mitad este por los densos bosques de pinos y en su lado oeste por las peñas que anuncian las paredes verticales que conducen hasta el Pico Urbión, una de las cimas más importantes del Sistema Ibérico y también límite entre las comunidades de Castilla y León y La Rioja. La laguna no es muy grande y apenas tiene unos 10 metros de profundidad máxima. Pero aún así, desde siempre se dijo que el espejuelo de agua no tiene fondo e, incluso, que se comunica directamente con los mares a través de gigantescas cavernas que atraviesan toda la Península. Ya ve usted. También se dice que en su fondo vive un monstruo que lo engulle todo y en el libro de grandezas y cosas memorables de España, escrito por Pedro de Medina allá por el siglo XVII, se asegura que “en ella han aparecido cosas monstruosas y horribles”. El halo místico del lugar situó aquí, hasta hace menos de 150 años, el mismísimo nacimiento del Duero. Es un lugar digno de verse; una de las cumbres naturales peninsulares.

Pero más allá de las leyendas y los mitos que se han narrado y escrito sobre el lugar durante más de diez siglos, este lugar de la provincia de Soria es uno de los paisajes más intensos del país. La ascensión por la carretera SO-830 desde Vinuesa es ya todo un espectáculo: El bosque se cierra poco después de dejar el pueblo y no da tregua hasta los breves pastos que rodean a la Ermita de Santa Inés, ya a dos pasos del desvío que conduce hasta las inmediaciones del pequeño lago de montaña. Y recorrer alguno de los muchos caminos que surcan este espacio natural una verdadera aventura. Desde la propia laguna, un sendero de dificultad media (el único problema son los casi 600 metros de desnivel máximo porque el sendero apenas es de 9 kilómetros ida y vuelta) te lleva hasta la cima del Urbión y, desde ahí, al antiguo circo glacial de la cara norte de la montaña. En una laguna mucho más modesta que su vecina nace el Río Urbión, aquí apenas un hilillo de agua que tras juntarse al Najerilla y al Ebro va a desaguar al Mediterráneo. Curiosamente, en el flanco sur del mismo Urbión, a dos pasos del camino, nace el Duero. A Apenas un kilómetro de la fuente del Urbión. Pero los caminos difieren tanto que tienen como meta mares distintos a 802 kilómetros de distancia.

Este punto del Sistema Ibérico es importante también por esas huellas del pasado glacial. Aquí vas a encontrar las cicatrices que dejó el hielo en el Circo del Urbión una auténtica clase de geología en la que podrás reconocer los límites del antiguo campo de hielo y los materiales que fue erosionando, transportando y acumulando en su camino hacia el norte.

Fotos bajo Licencia CC: Maria Pilar Etxebarria; Apetitu; Miguel Ángel García.; Gonzopowers