El último gran paraíso europeo: un viaje al Delta del Danubio

El Danubio es mucho más que un río famoso. Esta enorme serpiente de agua que nace entre los bosques de la Selva Negra alemana recorre el corazón de Centroeuropa bañando riveras en Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Bulgaria, Rumanía, Moldavia y Ucrania antes de desaguar en el lejano y casi ya oriental Mar Negro. Pero más allá de sus datos geográficos (es el segundo río más largo del viejo continente tras el ruso Volga con 2.888 kilómetros) el Danubio es, también, un hito cultural y sentimental. Fue el límite norte del Imperio Romano; es el río romántico por naturaleza que baña Viena o Budapest; es ese Danubio Azul de Johann Strauss… Pero pocos saben que los últimos estertores de este río mágico forman uno de los rincones naturales más bellos e intensos de Europa. Pocos viajeros conocen el Delta del Danubio y son aún menos los que lo incluyen en el carnet de ruta en sus viajes por Rumanía.

Pocos kilómetros después de la ciudad de Galati, El Danubio empieza a partirse en varios brazos (los más interesantes para la visita son los que se encuentran más cerca del mar Chilia, Sulina y Sfantu Gheorghe) que se abren cubriendo una enorme extensión de campos y marismas pantanosas; el agua dulce se mezcla poco a poco con la salada en un laberinto de pequeños canales, pantanos y correntías que, poco apoco, van ganándole espacio al Mar Negro. Según los científicos, la costa le gana al mar unos 40 metros cuadrados al año; lodos que llegan desde media Europa se depositan aquí creando uno de los ecosistemas más complejos y bellos de todo el mundo. Un paraíso para los que gustan de ver espacios naturales en estado puro, ya que buena parte del delta está protegido y forma la Reserva de la Biosfera Transfronteriza del Delta del Danubio de la UNESCO (también está dentro del listado del Patrimonio Mundial de la misma organización). Un lugar que se puede visitar y disfrutar.

COMO LLEGAR; ¿TULCEA, SFANTU GHEORGHE O SULINA?.- Es la primera de las cuestiones que hay que resolver. La principal puerta de entrada a la Reserva de la Biosfera es la ciudad de Tulcea, a 295 kilómetros de Bucarest (Autopista A2 Soarelui hasta Cernavoda; DN22A hasta Cataloi y un pequeño tramo de la E87 hasta Tulcea –unas tres horas y media desde la capital-). También se puede llegar hasta aquí en autobús público y tren. Ferrocarriles de Rumanía Ferrocarriles de Rumanía llega hasta Tulcea desde Bucarest Nord en unas seis horas con un costo que va desde los 7 a los 20 euros. La otra opción es el autobús de la empresa Augustina autobús de la empresa Augustina - Calea Plevnei, 242 Bucarest - (el viaje dura unas cuatro horas y el precio ronda los 10-12 euros). Tulcea es una ciudad de tamaño mediano y es el mejor lugar para visitar el Delta en una jornada. Desde aquí parten numerosas excursiones fluviales que recorren los principales brazos del delta en viajes que van desde las cuatro horas a la jornada completa (entre 100 y 250 euros). Los cruceros de dos o tres días por el delta cuestan unos 600 euros. En la ciudad también hay cosas para ver. Los restos históricos más importantes son su mezquita otomana los restos de la Fortaleza de Cetatea Aegyssus, un antiguo asentamiento romano que alberga un un pequeño museo arqueológico . Más relacionado con el objeto del viaje es el Acuario y Centro de Interpretación del Delta del Danubio (Strada 14 Noiembrie, 1; Tel: (+40) 340 105 652) con una exposición centrada en los ecosistemas acuáticos de la zona. Si eres amante de las piedras con pedigrí acércate hasta NiculiÈ›el (a 29,7 kilómetros) y visita su Basílica Paleocristiana, una antigua iglesia bizantina del siglo IV en torno a la que se ha construido un interesante parque arqueológico –merece la pena verla-.

Para los más aventureros, otra opción para hacer base en las pequeñas poblaciones que se encuentran en pleno parque. A los pueblos de Crisan, Sulina y Sfantu Gheorghe se pede llegar por carretera, aunque hay que dar un enorme rodeo que nos hace llegar a las inmediaciones de la frontera con Ucrania. Lo más sencillo, si no se cuenta con coche de alquiler, es ir en taxi acuático. Las empresas Navrom Delta,Delta Victoria y Sulina Trans comunican las ciudades de Tulcea, Crisan y Sulina. La travesía hasta el final de trayecto dura unos 90 minutos –una travesía alucinante- y el precio ronda los 12 euros por persona. El lugar preferido por los viajeros es Sfantu Gheorghe, una pequeña localidad que aúna estar en pleno delta y la proximidad de la playa. La empresa Navrom Delta conecta Tulcea con Sfantu Gheorghe (con escalas en Baltenii de sus y Mahmudia) por 10 euros. La empresa Transfer Delta hace el mismo recorrido en lancha rápida por 16,50 euros. En estas localidades hay multitud de alojamientos para todos los gustos y bolsillos que también ofrecen entre sus servicios, conexiones en taxi acuático con Tulcea.

QUE VER EN EL DELTA DEL DANUBIO .- La zona que rodea a Sfantu Gheorghe –San Jorge-es la más fácil que ver por tu cuenta si te alojas en este lugar. El brazo de San Jorge marca el extremo sur del Delta y su situación cercana a la costa la hace ideal para ir y venir por una amplia área sin necesidad de echar mano de los taxis acuáticos o las excursiones. El propio pueblo es una gozada; de la antigua aldea de pescadores queda su iglesia (desmesurada) y las casas de muros de adobe y techos de paja (un estilo que han copiado, afortunadamente, una gran parte de los alojamientos y desde aquí, se pueden hacer caminatas por la playa o paseos en kayak por los canales que rodean al pueblo. La travesía más espectacular es la que recorre el canal Olinca hasta la Laguna Sacalin, un lugar genial para ver aves acuáticas.

Como decíamos antes Sulina es el otro gran centro turístico de la zona. El Canal de Sulina guarda tesoros como la aldea de pescadores de Mila 23, con sus palafitos de madera –este pueblo se encuentra en los meandros de lo que un día fue el cauce del viejo Danubio-, o el Lago Ligheanca, otro de los lugares que hay que ver sí o sí. Entre Sulina y el cauce principal del Danubio se extiende una amplia zona de campos elevados en los que hay extensos campos de dunas, pantanos, cañaverales y hasta pequeños bosques. Letea es una pequeña comunidad agrícola y pesquera asentada en una de estas ‘islas altas’ que hay entre los canales. Aquí te vas a encontrar el lugar más auténtico del delta; algo así como una fotografía fija de lo que este lugar fue hasta hace apenas un par de décadas. Casas de madera con techos de paja, sembradíos, huertos, un viejo monasterio ortodoxo (La Anunciación) y hasta un bosque dónde puedes ver caballos salvajes. Un bosque extraño formado por especies del norte y el sur del mundo; plantas y árboles que llegaron aquí en los estómagos de las aves viajeras para crear un lugar único donde, sobre las arenas blancas, crecen el roble norteño abrazado por lianas africanas. Desde aquí podemos acceder a la orilla sur del Danubio, que marca la frontera con Ucrania. Desde aquí se accede a algunas de las lagunas más grandes de la reserva.

En esta zona (y la pequeña superficie del delta que queda en territorio ucraniano) es donde se concentra la mayor parte de la enorme biodiversidad que se atesora en esta parte del mundo. Este es el tercer delta fluvial más grande del planeta y un verdadero paraíso donde hay unas 1.200 especies vegetales, 300 de aves (entre ellas el 60% de los pelícanos que viven en Europa) y peces para parar un tren (incluidos los míticos lucios y siluros entre más de 3.000 especies). Dicen que sólo en las Islas Galápagos y en el Gran Arrecife de Coral de Australia hay más diversidad de vida que en este lugar que suma a vecinos que llegan desde África, Europa Occidental y Asia en sus viajes migratorios. La mejor manera de disfrutar de este paraíso es quedarse al menos tres días para recorrer los brazos principales e internarse en algunas de las grandes lagunas.

Fotos bajo Licencia CC: fusion-of-horizons; David Stanley; t_y_l; benkamorvan; Malcolm Bott; Mihai Dragan