La Selva Negra es la contraparte alemana de la región de la Alsacia, esa maravilla de pueblos encantadores y viejas ciudades medievales que se extiende junto a la orilla del Río Rin. Pues este espejo alemán es otra de esas regiones de cuento que concentran la esencia de la Europa más idílica y romántica. Pueblos con casitas de colores pastel y vigas de madera; viejos castillos; viñedos preciosos en los que maduran las uvas del famoso vino del Rin; bosques impenetrables con maravillas naturales de la magnitud de las famosas Cataratas Triberg… Un lugar increíble ideal para pasar un puente o, si eres de los que te gusta rastrear y conocer a fondo los lugares, pasar unas buenas vacaciones. Nadie podría decir que hasta apenas 70 años estos parajes fueron el escenario recurrente de guerras, matanzas y atrocidades de todo tipo. La frontera entre Alemania y Francia siempre fue uno de los lugares más calientes de Europa. Ahora basta cruzar un puente para asar de un lado a otro de la frontera.
Friburgo de Brisgovia es un buen lugar para establecer el campo base para explorar la región: se encuentra a 173 kilómetros de Stuttgart; a 89 kilómetros de Estrasburgo (capital de la Alsacia francesa) y a 151 kilómetros de Zurich. Una ciudad pequeña (apenas supera los 200.000 habitantes) pero que ofrece mucho que ver. Es una de las ciudades más antiguas del sur de Alemania; fue ciudad libre hasta que pasó a formar parte de los burgos imperiales bajo el gobierno de la casa de los Habsburgo (la familia de Felipe el Hermoso y Carlos V). Entonces se convirtió en la capital de la llamada Austria Menor, territorios que ocupaban el extremo oeste de los dominios del imperio. Entre los siglos XII y XV se fraguó la trama urbana de una de las ciudades más bonitas de Alemania.
Desde la Torre de Schlossberg, una moderna atalaya situada en lo que fue el antiguo castillo de la ciudad, uno puede hacerse una idea de lo que ofrece la ciudad. Un pequeño centro histórico cuajado de torres y campanarios (incluido el que dicen es el más bonito de toda la cristiandad); una ciudad moderna de pequeño tamaño, muy bien planificada y perfiles amables y un entorno de colinas verdes cubiertas con manchas de bosque e infinidad de viñedos (en el propio Schlossberg hay una buena parte dedicada al cultivo de la uva. Friburgo es una ciudad fácil de conocer. Es pequeña y el casco histórico apenas ocupa un par de hectáreas que demandan un paseo de un par de horas. Para una visita más pormenorizada (incluyendo entrar a los museos más importantes y ver los imponentes edificios del centro por dentro) demanda, al menos, dos o tres días. Como siempre decimos, conviene pasar, al menos, una noche en la ciudad. Es la mejor manera de conocerla en toda su dimensión y, al mismo tiempo,
Una pequeña guía de Friburgo de Brisgova
La mejor manera de entrar en el Casco histórico de la ciudad es a través de la Calle Kaisser Joseph. Tras cruzar el río Dreisam, la calle se convierte en una animada avenida que sólo se estrecha cuando roza los muros del antiguo burgo medieval. Si lo que has visto hasta ahora te ha gustado, lo que viene te va a dar vuelta la cabeza. Estás a punto de entrar en una verdadera ciudad de cuento. La Martinstor (Torre de Martín) es una de las antiguas entradas de la ciudad y formaba parte del sistema de murallas que, desde el siglo XIII, protegía el burgo. Dentro de los muros, la ciudad se convierte (como sucede en todos los cascos históricos medievales europeos) en un laberinto de callejuelas cuajado de casonas varias veces centenarias. Un laberinto cuajado de pequeños canales, los Bäche, que recorren todos los puntos del burgo para llevar el agua limpia del río a todos los rincones. La ciudad vieja se organiza en torno a la calle del Kaisser Joseph que la atraviesa de norte a sur. Desde esta arteria salen, a un lado y a otro, las calles subsidiarias que se internan en la trama urbana del Alstad (así se llama el barrio viejo). La gran mayoría de los grandes edificios se encuentran al este de la calle; casi siempre concentrados en algunas de las pequeñas plazas que se abren de tanto en tanto.
La Plaza del Ayuntamiento .- Es el corazón civil de la ciudad. El edificio más importante del lugar es el Ayuntamiento Viejo, casona del siglo XVI unido al Ayuntamiento Nuevo por un paso elevado. En la plaza también nos encontramos con la Iglesia de San Martín (Rathausgasse, 3), una precisoa construcción del siglo XII que pese a ser reconstruida tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial –la operación Tigerfish prácticamente destruyó la ciudad hasta los cimientos- es un muy buen ejemplo de arquitectura religiosa medieval. Sobre Friburgo cayeron 3.002 bombas explosivas y más de 11.500 artefactos incendiarios que prácticamente destruyeron la ciudad. Pero todo ha sido meticulosamente reconstruido. Uno de los edificios que, de manera milagrosa, se salvaron de la destrucción fue la conocida como Casa de la Ballena (Franziskanerstraße, 5), uno de los mejores ejemplos de gótico civil de la región (siglos XIV y XV). Dicen que el humanista Erasmo de Rotterdam residió en la casa.
El Münster.- La impresionante Catedral de Friburgo es el otro centro monumental de la ciudad (situada a apenas unos minutos a pie desde la Plaza del Ayuntamiento). Dicen que la aguja de esta verdadera joya del gótico europeo es la torre más bonita de la cristiandad. La entrada al edificio (de su interior sobresalen las vidrieras, su Cristo románico y el que dicen es el órgano más grande de Alemania; de su fachada hay que destacar el magnífico conjunto escultórico de la portada principal) incluye la posibilidad de subir a lo alto de este imponente campanario de 116 metros de altura y ver toda la ciudad a vista de pájaro. Ya con los pies a ras de tierra, la plaza de la Catedral atesora un buen número de edificios notables. El más imponente es El Kaufhaus (Münsterplatz, 24) antigua sede del mercado de la ciudad (siglo XVI) decorado con dos torres adosadas y estatuas que representan a miembros de la casa de los Hasburgo –entre ellos Felipe el hermoso y Carlos V- que hoy alberga un centro cultural. Otra edificación notable es La Kornhaus (Münsterplatz, 11), antiguo almacén de granos y matadero de cinco pisos de altura que se construyó en el siglo XV (el edificio se reconstruyó tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial) y que hoy es sede del Centro Cultural Francés.
La Plaza de la Catedral es el corazón de la vieja Friburgo y sede del tradicional mercado. La Fuente de los Peces (Fischbrunnen) y el Haus zum Ritter (Münsterplatz, 6), un precioso palacio barroco de mediados del XVIII que nació como sede de un club privado de caballeros de la ciudad –lo llamaban ‘Adeligen Trinkgesellen’ (nobles compañeros para beber)- que a mediados del XIX pasó a ser sede del arzobispado. A dos pasos de la Plaza de la Catedral (todo recto en dirección sur por Herrenstrasse) está la Puerta de los Suabos, otra de las torres monumentales de las antiguas murallas de la ciudad.
Los mejores museos de Friburgo de Brisgovia
Museo Arqueológico Colombischlössle (Rotteckring, 5; Tel: (+49) 7612 012 574; Horario MD 10.00 – 17.00).- Con interesantes colecciones que van desde el Paleolítico a la Edad Media.
Museo del Carnaval (Turmstraße, 14; Horario: S 10.00 – 14.00).- Está situado en una antigua casa burguesa del siglo XVI sede de la antigua cofradía del Carnaval de la ciudad, una de las fiestas más importantes del año.
Museo de los Agustinos (Augustinerplatz, sn; Tel: (+49) 7612 012 531; Horario: MD 10.00 – 17.00).- Más allá de las colecciones artísticas y las exposiciones temporales, lo más destacado de este museo es el continente. Este antiguo monasterio data del siglo XIII y es uno de los edificios mejor conservados de todo el país. La colección de arte medieval es impresionante.
Wentzingerhaus (Münsterplatz, 30; Tel: (+49) 7612 012 515; Horario: MD 10.00 – 17.00).- El museo histórico municipal ocupa un precioso palacete barroco del siglo XVIII situado justo en frente de la Catedral. Aunque el discurso del museo gira en torno a la vida del artista local Johann Christian Wentzinger (uno de los máximos exponentes del barroco centroeuropeo) –esta fue su casa- también hay una colección de objetos y documentos que explican la historia de la ciudad desde su fundación en el siglo XII.
Museo de Ciencias Naturales y del hombre (Gerberau, 32; Tel: (+49) 7612 012 566; Horario: MD 10.00 -17.00).- Ideal para hacer un ‘descanso’ con niños. Museo interactivo centrado en la naturaleza de la región con bastantes módulos dónde está prohibido no tocar.
Fotos bajo licencia CC: Francisco Antunes ; David Wilson ; Thomas Bächinger ; Ken Hawkins ; Markus Trienke