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Qué ver en Galway: una guía de la pequeña gran ciudad del oeste de Irlanda

El Hooker es un barquito de vela con muchísima personalidad. Su casco, inevitablemente pintado de negro, es panzón y hasta desmesuradamente ancho (manga) en relación a su eslora. Pero engaña. Estos botecillos tradicionales son uno de los iconos culturales de la costa oeste de Irlanda. Son barcos duros y altamente especializados. Capaces de maniobrar en playas y calas de pequeño calado, soportar los embates de los furiosos mares de estas latitudes y con una gran capacidad de carga. Pero también son rápidos. Una buena manera de empezar una visita a la ciudad de Galway es llegarse hasta la punta del Nimmo’s Pier para ver si alguno de estos pequeños fórmula uno del mar está en el agua. Y si tienes suerte y llegas en día de regata, pues mejor que mejor.

Galway no se entiende sin el mar. El Spanish Arch (The Long Walk, 2) es una pequeña abertura en lo que queda de las murallas medievales. La puerta servía para comunicar la urbe con su puerto que, como el propio nombre indica, tenía una relación estrechísima con el norte de España. Ahí mismo está el Galway City Museum (Spanish Parade, sn; Tel: (+353) 91 532 460) dónde el hooker también tiene un espacio importante dentro de una exposición que pone de manifiesto la fecundidad de la Historia en esta parte del mundo.

Galway es una ciudad pequeña que se ha visto desbordada en los últimos tiempos gracias al crecimiento de un importante polo tecnológico. Para los viajeros es un lugar de suma importancia dentro de la geografía isleña como campo base de algunos de los lugares más impresionantes de Irlanda: los acantilados de Moher, el Burren, las fantásticas Islas de Arán o la Península de Connemara quedan a pocos kilómetros del centro urbano. Pero este lugar es mucho más que una parada o un lugar para dormir después de largas excursiones por los alrededores. Hay mucho que ver pese a que entre Spanish Arch y Eyre Square, la plaza que ejerce de centro urbano y de nexo entre la zona histórica y la moderna apenas hay 800 metros. La zona del puerto se encuentra con la ciudad junto al Wolfe Tone Bridge, el pequeño puente que sirve para cruzar las casi siempre furiosas aguas del Corrib (uno de los ríos más cortos del mundo). Aquí puedes ver la Fisheries Watchtower (Wolfe Tone Bridge, sn; Tel: (+353) 91 564 946), una atalaya que servía para vigilar el ascenso de los salmones durante las temporadas de pesca.

La ciudad en torno a una calle.- Quay; High; Shop y William. Tiene cuatro nombres, pero en la práctica estas cuatro calles son pequeños tramos de la vía principal que sube desde la zona portuaria hasta Eyre Suare. Calles que forman el corazón del Latin Quarter –Barrio Latino-, centro histórico de la ciudad y germen medieval de la misma. Las piedras más antiguas de Galway se encuentran en el Salón del Conde Rojo - The Hall of the Red Earl- (Druid Lane, sn) un yacimiento arqueológico que data de los primeros años del siglo XIII. Aquí puedes ver los restos recuperados de un antiguo gran salón medieval que sirvió de aduana, administración fiscal y juzgado. Este edificio es de gran importancia, ya que pone de manifiesto la consolidación del poderío normando apenas medio siglo después de la conquista del país y su incorporación al poder inglés (el colapso de los reinos celtas supuso el inicio de siete siglos de ‘ocupación’ que se rompieron con la independencia de la República a inicios del siglo XX).

Esta parte de la ciudad es muy bonita. Dominan las casitas de tres o cuatro plantas pintadas de colores al más típico estilo irlandés. Las cuatro calles sirven de eje principal de este Barrio Latino y acumulan tiendas, pubs, restaurantes… Pero también algunos edificios históricos de interés. Como la Colegiata de San Nicolás (Lombard Street), una preciosa iglesia del siglo XIII que presume de ser la ‘parroquia’ medieval más grande del país, y el Castillo de Lynch (Shop Street). Esta casa fortificada perteneció a una de las más importantes familias normandas de la ciudad. Las partes más antiguas de este castillo datan del siglo XIV aunque la mayor parte de la construcción actual (modificada de manera importante en la última centuria) es del XVI. El paseo hasta Eyre Square merece una parada junto al monumento que recuerda a los escritores Oscar Wilde y el estonio Eduard Vilde (regalo del país báltico) y también hay que ir hasta el Centro Comercial de Corbett Court (Williamsgate, 8). No te asustes. Te recomendamos entrar para que puedas ver algunos tramos notables de la muralla normanda. Dónde si tienes que entrar sí o sí es en la Charlie Byrne's Bookshop (Middle Street) una de las librerías más famosas y queridas de toda Irlanda.

La otra gran arteria que marca la geografía de Galway es el turbulento Río Corrib. Este torrente violento nace para morir. Bebe de las aguas del enorme Lago Corrib a apenas seis kilómetros de la desembocadura en el puerto de Galway. Un bonito paseo ribereño une los tres puentes que conectan Latin Quarter, al este, y Claddagh, al oeste. Un pequeño canal lleva aguas mansas río arriba una vieja trampa de salmones con algunos siglos encima. Desde aquí cruzamos el río para ver la Catedral de La Asunción y San Nicolás (Gaol Road). Este enorme templo no tiene solera; se construyó en el siglo XX y contó con la aportación económica del mismísimo presidente Kennedy. Pero es divino. Un enorme alarde neorenacentista que es lindo por fuera e imponente por dentro. Para andarines un buen paseo es el que culmina en Menlo Castle (5,1 kilómetros desde la catedral), una de esas bonitas ruinas irlandesas. Mucho más cerca, y por el mismo camino, está Terryland Castle.

La orilla oeste; Claddagh.- La margen oeste del Corrib recibe el nombre de Claddagh (playa pedregosa), una antigua zona de cabañas y casitas de pescadores que hoy se ha convertido en una de las zonas residenciales más importantes de la ciudad. De aquellos tiempos de agricultura y pesca quedan vestigios como la Katie’s Cottage (Fairhill Rd Upper; Tel: (+353) 87 828 0848), una antigua cabaña de pescadores que ha sido restaurada y convertida en un centro de arte. Otro lugar que merece una visita en esta zona es el moderno Atlantaquaria (Seapoint Promenade; Tel: (+353) 91 585 100) que ejerce como Acuario Nacional de Irlanda. En el camino puedes ver algunas de las playas que anteceden la espectacular Rusheen Bay y el Memorial del Barco del Hambre, que conmemora la emigración de millones de irlandesas e irlandeses durante la gran crisis de la patata de mediados del XIX.

Un paseo hasta Oranmore.- El pueblecito de Oranmore ocupa el fondo de la Bahía de Galway en una zona de gran belleza natural. Para llegar aquí puedes tomar un autobús desde el centro de la ciudad en menos de media hora (líneas 404 de Bus Eireann y 763 de Citylink) o el tren que apenas tarda diez minutos –aunque tienes que caminar después un trecho largo. Y el paseo merece la pena. Aquí se encuentra el Castillo de Oranmore que ofrece una de las fotografías más bonitas de la costa oeste irlandesa. Esta fortaleza ha sido testigo de los últimos 700 años de historia y fue una pieza clave para garantizar el control normando de la zona. Dicen que el lugar está encantado. El pueblo de Oranmore también merece la pena para ver.

Fotos bajo Licencia CC: Mohd Fazlin Mohd Effendy Ooi; Ivar Husevåg Døskeland; IMBiblio; Miguel Méndez; Ana Rey