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Guía de la Atlanterhavsveien: Camino a Veiholmen por el Archipiélago de Smola

Paisajes de Smola. Un archipiélago formado por un par de islas y un sin fin de pequeños peñascos en la costa de Noruega.

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El ferry que une Smola con el continente se encuentra a 89 kilómetros de Molde y a 32 de Kristiansund. Llegar hasta aquí es ya una aventura alucinante. La ruta va atravesando profundos valles, bosques de coníferas y fiordos adornados con un rosario de pueblecitos que te van a invitar a parar más de una vez. Esta parte de Noruega es particularmente hermosa. Los paisajes son brutales con esa combinación única de roca, verde y agua propia de esta región de Los Fiordos. Estamos lejos de los grandes canales de mar que penetran hasta cien kilómetros tierra adentro, pero aún así la esencia de esa Noruega de costa salvaje se mantiene intacta: pueblos pegados al mar; iglesias de madera; puertos imposibles; granjas solitarias, y algunos restos de la cultura nórdica más auténtica. Como sucede en la isla de Tustna, a apenas un par de minutos de Kristiansund. Otro aliciente es intercalar tramos de carretera con pequeños saltos en ferry o transbordador. Como el que hay que hacer nada más salir de Kristiansund desde el embarcadero de Seivika hasta el de Tømmervåg, que sirve de entrada a Tustna (esta línea de transbordadores está operada por las compañías Fjord1Framm).

La llegada a Tømmervåg es una pasada. Nos dan la bienvenida pequeñas calas de arena, arrecifes de piedra gris y fiordos en miniatura en los que se asientan una veintena de casas de madera pintadas de colores chillones. Aquí la parada obligada es el Kråksundet Sjøbruksmuseum (Golma, sn). Aquí puedes ver varios cobertizos para botes de pesca que se han convertido en un museo en los que se rastrean los inicios de la pesca industrial del bacalao que se inició justamente aquí en el siglo XVII. Muy cerca hay otro museo (Mineralmuseum Tustna) dedicado a la riqueza mineral de la isla. En el extremo noroeste de la isla se encuentra el puertecillo que da acceso a Smola. Pero antes hay que visitar el pueblo de Tustna. Aquí vas a encontrar una bonita iglesia de madera (rodeada de un cementerio interesante de ver). El transbordador se toma en Sandvika. La travesía hasta Edøy apenas demora 20 minutos (operados por Fjord1Framm) y cuesta entre 2 y 7 euros (8 euros por coche).

La llegada a Edøy supone poner el pie sobre el inicio de una carretera alucinante que culmina en Veiholmen (tan bonita y espectacular como la propia Atlanterhavsveien). Por medio hay 40 kilómetros de una carretera surrealista que va saltando de isla en isla y de peñasco en peñasco a través de pequeños y grandes puentes. Una maravilla que recuerda a lo que uno se encuentra en otro paraíso insular noruego: las Islas Lofoten. Se puede hacer el recorrido de ida y vuelta hasta Kristiansund en una de esas interminables jornadas de verano nórdicas, pero lo ideal es pasar alguna noche en las islas. La mayor parte de la oferta alojativa se concentra en Veiholmen.

Smola ejerce de eje central de un archipiélago formado por algunas islas de pequeño tamaño (como Edoya, Kuli o Rossvolla) y cientos o quizás miles de peñascos e islotes que van desde lo que miden dos o tres campos de fútbol a poco más de la superficie de una palangana. Es un lugar con muchísima historia y con una cultura íntimamente vinculada al pasado vikingo de Escandinavia. Muy cerca del puerto de Edøy puedes visitar la pequeña Iglesia de piedra y madera (la Edøy gamle kirke, de finales del siglo XII) que se encuentra justo encima de un pequeño montículo. Pues aquí se descubrieron los restos de un enorme barco vikingo de 18 metros de largo que aún está bajo la tierra esperando a ser estudiado. A pocos kilómetros de aquí, en la isla de Kuli, puedes visitar la Kulisteinen –Piedra de Kuli- (la original está en Trondheim –en el Museo de Historia Natural y Arqueología- aunque hay una réplica muy lograda), una de las lápidas rúnicas más importantes del país. Aquí puede leerse: “Tore y Hallvard erigieron esta piedra en memoria de Ulfljótr doce inviernos que el cristianismo había estado en Noruega”. Es la prueba escrita más antigua de la práctica del cristianismo en toda Noruega. Una prueba del desplazamiento de los viejos dioses por estos parajes del norte de Europa.

Una isla de turba. Smola fue uno de los mayores extractores de Turba durante la práctica totalidad de la historia de Noruega. Justo en el centro de la isla se encuentra el Norsk Myrmuseum (Smøla kommune), un centro que explora buena parte de la biografía del país a través de la turba… Y es mucho más interesante de lo que podría parecer. Aquí, por ejemplo, puedes ver restos de la Cultura Fosna, uno de los grandes complejos tecnológicos del Paleolítico escandinavo, o ver como la pobreza del país durante la primera mitad del siglo XX provocó un éxodo masivo de noruegos y noruegas hacia los Estados Unidos. En la actualidad, los aerogeneradores se han convertido en el nuevo maná de Smola.

Fin de trayecto en Veiholmen. Los últimos kilómetros de la carretera 669 son una especie de Atlanterhavsveien en miniatura que en nada desmerece el tramo que ya hemos recorrido tras salir de Molde. Se repite el esquema. La cinta de asfalto serpentea de peñasco en peñasco a través de diques y puentes hasta llegar al extremo norte del archipiélago. Veiholmen es una importante localidad pesquera que, con el auge del turismo, también se ha diversificado hacia las excursiones náuticas (estamos en un lugar donde es fácil ver fauna marina y multitud de águilas pescadoras). Más allá de su apabullante naturaleza, este sitio también tiene una impronta cultural muy potente. Estamos ante una de las comunidades costeras más auténticas del país. Y eso se nota.

La pesca del bacalao fue desde siempre la actividad económica más importante de este lugar y aún hoy ver la llegada de los barcos pesqueros bajo una nube de gaviotas y águilas pescadoras es uno de los mejores espectáculos que ofrece. Otro lugar interesante que ver es el Sanden museum Smøla (Jettevilla, 6) antigua escuela del pueblo que ha sido reconvertida en museo. El pueblo se arremolina en los trozos de roca que permiten alejarse del agua creando un paisaje urbano cuajado de pequeñas bahías y recovecos donde puedes ver viejos cobertizos para guardar barcas, puertos diminutos y viejos almacenes. La industria del bacalao en Veiholmen.- Si te interesa el tema, aquí se puede visitar una de las factorías bacaladeras más importantes del país: La Veidholmen fish AS (Skjærgårdsveien, 789). OlsenNaustet (Valen 11).- Una buena oportunidad para probar los fantásticos pescados y mariscos locales. El bacalao y el salmón mandan en un menú que tiene otras especialidades locales como la carne de reno.

Fotos bajo Licencia CC: Magnus Buseth; JUMBOROIS; Marco Bianchi; Domenico Convertini; Statkraft; Magnus Halsnes

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