El Museo Vaticano en tres o cuatro horas: guía para sacar el máximo provecho a la visita

Visitar los Museos vaticanos es una de las ‘obligaciones’ inherentes a cualquier visita a la ciudad de Roma. Este pequeño estado incrustado en la orilla occidental del río Tíber es, en sí mismo, una obra de arte. San Pedro da ya para una jornada de paseo tranquilo y los tesoros que se guardan tras las murallas del Vaticano para cuatro, cinco o seis. Según dicen, en los museos custodiados por la ‘cada de Pedro’ en Roma hay más de 80.000 obras de arte. Cabe todo: restos arqueológicos de las más grandes civilizaciones de la antigüedad; esculturas griegas y romanas; obras de arte firmadas por los más grandes genios de la humanidad; viejas carrozas; frescos firmados por Miguel Ángel o Rafael; artefactos etnográficos enviados por misioneros desde todos los rincones del mundo… Verlo todo como se merece es una tarea que demanda días, semanas…

En un viaje de tres o cuatro días a la ‘Ciudad Eterna’, pasar una jornada entera en los museos vaticanos resta mucho tiempo para ver otras cosas. La primera vez en Roma es muy complicado hacer los planes de manera de que regreses con la impresión de no haberte dejado nada atrás. Nosotros hemos estados ya cinco veces en la capital italiana y aún nos quedan cosas por ver. Pero a los Museos Vaticanos hay que ir. Nunca se sabe si se volverá a Roma otra vez. Por eso hay que tener claras dos cosas: la primera es que verlo todo es imposible y, segundo, que hay cosas que no hay que dejar que ver. La idea de esta pequeña guía es ayudarte a hacer esa selección.

UNA SELECCIÓN DE LA PINACOTECA.- La colección de pintura de los Museos vaticanos es modesta en comparación con otros centros del mundo de la talla del Prado, en España o el Louvre parisino. Aún así, los fondos eclesiásticos cuentan con algunas obras maestras universales que merecen la pena. Sin duda alguna, la pieza más sobresaliente de la colección es el Descendimiento de la Cruz de Caravaggio una de las obras más importantes del barroco europeo y, también, obra maestra de la pintura universal. La pinacoteca vaticana comprende un total de 460 cuadros que están ordenados de manera cronológica en 18 salas que recogen la evolución de la pintura europea desde finales de la Edad Media hasta el siglo XIX. Aquí te puedes pegar un par de horas buenas; por eso hay que ser selectivos e ir al grano.

Sala I: ‘El Juicio final’ de Nicolo y Giovanni (Siglo XII) Temple sobre tabla. Una de las obras maestras de la pintura románica que ya va adelantando los cánones estéticos del gótico.

Sala II: ‘Tríptico Stefaneschi’ de Giotto (Siglo XIV) Temple sobre tabla. Gótico tardío.

Sala III: Tablas del ‘Tríptico de la Coronación Marsuppini’ atribuidas al gran precursor renacentista Fra Angélico.

Salas VIII y IX: Están dedicadas a las figuras de Rafael (VIII) y Leonardo Da Vinci y otros genios del Renacimiento pleno (IX) y merecen una visita tranquila

Sala X: Aquí comparten espacio artistas de la talla de Giulio Romano y Giovan Francesco Penni, ‘Coronación de la Virgen’; Tiziano Vecellio (‘La Virgen con el Niño y Santos’) y Veronese (‘Visión de Santa Elena’).

Sala XII: Entre otros genios del barroco, destaca el ‘Descendimiento de la Cruz’ de Caravaggio.

MUSEO PÍO CLEMENTINO .- Es la colección de escultura griega y romana más importante del mundo y, sin duda alguna, uno de los momentos cumbre de la visita a los museos eclesiásticos. El espacio, que es un homenaje a la arquitectura clásica, es ya una auténtica pasada y las grandes obras maestras de la antigüedad que guarda ya es cosa de otro planeta. El punto central de la colección se encuentra en el llamado Patio Octogonal, germen del museo en el siglo XV y la Sala Redonda. Aquí se encuentran las piezas más importantes:El Laoconte; El Apolo de Berlvedere;Perseo y la Medusa, el Divino Arno o el retrato de Pericles. La sala de los animales y la de las estatuas también tiene su aquel.

LA CAPILLA DE NICOLÁS V .- La Capilla Nicolina es una de las joyas escondidas del fastuoso patrimonio vaticano. La mandó a construir el Papa Nicolás V a mediados del siglo XV como oratorio privado. Apenas ha sufrido cambios desde su apertura en 1449 ya que un siglo después de su construcción quedó ‘olvidada’ tras un muro hasta principios del XVIII. Este espacio es de suma importancia artística ya que es uno de los pocos espacios del complejo vaticano en los que domina el primer renacimiento florentino. Las pinturas al fresco son una de las obras maestras de Fra Angelico (Giovanni da Fiesole), uno de los pioneros del Renacimiento italiano. Los frescos aluden de forma mayoritaria a las vidas de San Lorenzo y San Esteban y, a través de ellos, a la propia figura de Nicolás V.

MUSEO GREGORIANO EGIPCIO .- Para amantes de la arqueología. Consta de nueve salas: las primeras siete están dedicadas al arte egipcio y las últimas dos a las culturas mesopotámicas. Las obras maestras son elSarcófago de Djedmut (Sala II); losretratos de El Fayum (sala II); las estatuas deOsiris-Apis y Osiris-Antinoo (Sala III);Estatua del dios Anubis (sala IV); las obras del estatuario (sala V) y los relieves e inscripciones de los palacios asiros (sala IX).

GALERÍA DE LOS MAPAS .- 120 metros de largo cubiertos, en ambos lados, con 40 antiguos mapas pintados en las paredes que representan a Italia y las posesiones vaticanas. Los frescos fueron pintados por Ignacio Danti en el siglo XVI. Dicen que sólo tardo tres años.

LAS ESTANCIAS DE RAFAEL .- Como casi todas las grandes obras del Vaticano, este conjunto de cuatro habitaciones decoradas fueron el resultado del capricho de uno de los papas romanos, en este caso Julio II . Él quería que sus estancias fueran las más fastuosas del palacio y ordenó raspar los frescos y encargar a Rafael la nueva decoración. Ninguno de los dos vio el trabajo terminado. Los trabajos empezaron en 1508 y culminaron en 1523. El fresco más importante de todos es el conocido como ‘ La Academia de Atenas’, que adorna la antigua biblioteca de Julio II. En esta obra, Rafael quiso representar a la filosofía a través de un debate protagonizado por los grandes pensadores del mundo clásico personalizados en los grandes nombres del Renacimiento: Platón es Leonardo; Euclides es Bramante y Heráclito es Miguel Ángel. Hasta el propio Rafael nos mira desde una esquina del impresionante mural. Otra de las cumbres de esta zona es la ‘ Batalla del Puente Milvio Batalla del Puente Milvio ’, obra de Giulio Romano aunque bajo la batuta del inmortal Rafael.

LA CAPILLA SIXTINA .- Lo mejor para el final. Aquí conviene detenerse un buen rato y dejarse llevar por los sentidos. Estamos ante una de las grandes obras maestras del genio humano más allá de los siglos, las ideas o las culturas. Miguel Ángel creó una auténtica maravilla que conviene ser disfrutada con tranquilidad pese a las aglomeraciones y los gritos de los guardias que impiden que la gente haga fotos.

¿Cómo evito las colas? Lo primero no hacer caso a los que dicen que la única manera de hacerlo es a través de guías o páginas web que organizan tours. No es verdad. También puedes sacar la entrada por anticipado en la propia web del Vaticano que es más barato que en otros servicios. Si no has comprado entrada anticipadamente, las mejores horas para evitar las aglomeraciones es a primera hora de la mañana (8.30), a la hora del almuerzo (14.00) o a última hora de la tarde (las últimas entradas se compran a las 16.00). El museo abre de lunes a sábado (9.00 – 18.00) y los últimos domingos de cada mes (9.00 – 14.00) con entrada gratuita.

¿Audioguía sí, o audioguía no? Rotundamente sí. No sólo merece la pena, sino que es imprescindible en lugares como la Capilla Sixtina dónde las explicaciones son, sencillamente, magistrales. Con las audioguías no hace falta hacer la visita guiada. Y puedes ir un poco a tu bola.

¿Existe el famoso pasaje secreto hacia San Pedro? Sí, existe. Y te ahorra tener que dar toda la vuelta y pasar por los controles de seguridad para acceder a la Basílica de San Pedro. Al salir de la Capilla Sixtina hay que tomar el pasillo que hay a mano derecha y aprovechar que algún grupo de turistas esté haciendo el tour completo. Ojo, al revés no sirve la cosa…

Fotos bajo Licencia CC: Graham Stanley