El Teide, con sus 3.718 metros, es el techo de España y también una de las rutas míticas del senderismo en las Islas Canarias. Pese a la magnitud de la montaña, el camino que conduce al pico no requiere más técnica que saber caminar y tener una buena condición física. Viajar Ahora ascendió al punto más alto del territorio español y te cuenta todo lo que debes saber para preparar una excursión única que, entre otros atractivos, te permite disfrutar de uno de los cielos nocturnos más impresionantes del mundo y del epicentro del Parque Nacional de El Teide, uno de los más visitados del mundo y verdadera joya de la isla de Tenerife.
KM 0 Montaña Blanca. Despacio pero sin prisa. El camino de ascenso al pico parte de los pies de Montaña Blanca. Un monolito de cemento ‘adorna’ el acceso a la pista de tierra que, desde la TF-21, sube hacia el enorme montón de piedra pómez blanca que se apoya en la ladera este del volcán. Nosotros salimos a la ruta poco después de las 11.30 horas con la intención de llegar al Refugio de Altavista antes de comer. Los primeros kilómetros del camino transcurren de manera plácida por esta pista que sube hasta la cima de Montaña Blanca. A nuestra derecha, se abre el impresionante paisaje volcánico de Las Cañadas del Teide. Por ahora, el enorme pico queda oculto por las laderas redondeadas y blanquecinas. Las primeras vistas del camino de ascenso se advierten cuando casi estamos a los pies del coloso.
Poco después de dejar atrás el cruce del sendero que se interna en Las Cañadas camino de La Fortaleza, la pista gira abruptamente a la izquierda y empieza a describir pronunciadas curvas que ganan altura de manera vertiginosa. Acá y acullá aparecen enormes rocas redondeadas de color oscuro que contrastan con este paisaje dominado por los blancos y amarillos pálidos. Son los Huevos del Teide, enormes rocas volcánicas que rodaron ladera abajo durante las erupciones. Algunos de estos peñascos superan los tres metros de altura y se encuentran diseminados en montoncitos hasta el collado que marca la unión de las dos montañas. La violencia de los procesos que construyeron estos paisajes contrasta con su belleza. Una belleza original, una belleza propia de los lugares que no han sido alterados por los cambios.
KM 4,5 Camino de La Rambleta: El camino pica hacia arriba desde el primer metro. La carretera de tierra sigue hacia la cima de Montaña Blanca, y un pequeño sendero que sale a mano derecha empieza a escalar por la ladera del volcán trazando un zigzag permanente que van ganando altura con cada paso. El secreto para llegar bien al Refugio de Altavista es tomarse las cosas con calma. Iniciábamos la ruta apenas por encima de los 2.300 metros sobre el nivel del mar y cuando tomamos el Camino de La Rambleta rozamos los 2.700. Y aún nos faltan algo más de 500 metros de desnivel para llegar al fin de etapa.
Despacio pero sin pausa. Así llegamos hasta la Estancia de Los Ingleses, dos pequeñas terrazas planas superpuestas donde los viajeros de los siglos XVIII y XIX solían hacer noche antes de atacar la cumbre. Es un buen lugar para hacer una parada; un grupo de peñascos ofrece abundante sombra y lugares ideales para descansar. Rozamos los 3.000. Exactamente estamos a 2.981 metros de altitud. Y se nota. El sol pega con fuerza y se respira con cierta dificultad. Sitio histórico en el que, entre otros, pernoctaron personalidades de la talla de Alexander Von Humboldt o Richard Burton.
Echamos la vista hacia arriba y vemos como de entre las piedras de color rojizo puede verse el pararrayos del Refugio de Altavista. Casi al alcance de la mano. Apenas un par de centenares de metros en línea recta. Pero no. Es una ilusión. Aún falta al menos media hora de penosa ascensión en un ida y vuelta interminable en el que cuesta dar cada paso. Por eso hay que tomárselo con calma. Kilómetro y medio. Para descansar conviene tomar aliento cada poco. Nosotros seguimos la estrategia de los 100 pasos, diez segundos de parada. Tampoco es mala treta volver la vista atrás y sacar fotos.
KM 6,5. Refugio de AltavistaRefugio de Altavista: Llegamos los primeros. En el camino hemos ido adelantando a los que empezaron con mayores ímpetus. Con la parada de la Estancia de Los Ingleses, que aprovechamos para comer, hemos tardado apenas tres horas y cuarto. Y no es mala marca. Ya estamos por encima de los 3.200 metros. Pernoctaremos aquí. Vamos a aprovechar la tarde para visitar la cercana Cueva del Hielo y hacer algunas incursiones prudentes por los campos de lava hasta que caiga el sol. Dejamos las mochilas en el refugio y exploramos los alrededores sin caer en la tentación de seguir camino hasta el pico, que está ahí, al alcance de la mano. Dormir aquí y atacar la cima antes del amanecer es toda una tradición del senderismo local. Así que esperamos.
Mientras subimos hasta la Cueva del Hielo nos cruzamos con los que han optado por subir hasta aquí a través del Teleférico. No es mala opción para los que no se vean con las fuerzas de subir desde las faldas del volcán. Pero conviene hacerlo a media tarde para disfrutar del espectáculo que ofrece la sombra de la enorme montaña que avanza por las Cañadas del Teide hasta escaparse de la isla y proyectarse sobre el mar. A la sombra hace frío. Y cuando el sol termina por esconderse el mercurio del termómetro se desploma y el frío se adueña del escenario aún en pleno verano. Eso sí, el espectáculo que ofrecen los cielos despejados cuajados de estrellas y las luces de las islas vecinas merece la pena. Hay que irse a dormir pronto. A las 5.00 de la mañana la actividad dentro de las habitaciones se volverá febril.
Atacando la cima. 5.15 AM. Noche cerrada y fría. Conviene poner el despertador a las 4.40 para evitar la avalancha de caminantes. Este tramo de sendero, que conduce hasta La Rambleta, transcurre entre brazos de lava que, desde las inmediaciones del pico, se precipitan ladera abajo formando ríos rugosos donde abundan las formas caprichosas. Salirse del camino es extremadamente peligroso. El camino sube sin descanso hasta las inmediaciones del Mirador de La Fortaleza. Aquí, la ruta se pega a los pies del ‘Pan de Azúcar’ (Pico) y lo rodea hasta llegar a la parada superior del Teleférico. Lo normal es invertir algo más de hora y media para salvar este tramo de poco más de tres kilómetros. La altitud y lo escabroso del terreno se deja notar
Km 9,6. La Rambleta. De aquí parte el Sendero Telesforo Bravo que sube directamente hasta la cima. Si hemos sido rápidos, aún no habrá empezado a amanecer. Sólo restan 700 metros; pero son los más difíciles. El camino es extremadamente empinado y estar rondando los 3.700 metros de altitud es algo que se nota. Y mucho. Nos cuesta encadenar más de quince o veinte pasos. A la falta de oxígeno hay que añadir el intenso olor a azufre que desprenden las fumarolas de un volcán que no está muerto. Sólo duerme. Bajo nuestros pies. La visión del cráter es impresionante. Sólo resta cubrir la media circunferencia que median entre la llegada al cuenco sulfuroso y la cima. El sol se asoma sobre las montañas de Gran Canaria y a nuestras espaldas, a la vez que la sombra triangular de la montaña se proyecta en el horizonte, podemos ver La Palma, El Hierro y La Gomera. Estamos cansados; pero ha merecido la pena. Mucho.
Guía práctica y Consejos:
REFUGIO DEL TEIDE: Para encontrar plaza es necesario programar la subida con bastante antelación. En la página web de la instalación se puede reservar plaza y pueden verse las estrictas normas de uso de este alojamiento mítico para los senderistas y montañeros de las Islas Canarias.
PERMISOS: Los que pernocten en el Refugio de Altavista no necesitan el permiso de acceso al Pico del Teide aunque deben ascender antes de las 9.00 horas. Para los que quieran hacerlo en un mismo día han de solicitar un permiso en la central de reservas online del Parque Nacional. La demanda es muy alta.
COMIDA Y BEBIDA: Hay que llevar abundante agua potable y alimentos. En el Refugio de Altavista no hay agua corriente y las botellas son bastante caras. Eso sí, aquí tendremos la oportunidad de calentar la comida. Imprescindible la sopa o el caldo, aunque sea de sobre. Es habitual compartir lo que se lleva con los excursionistas que comparten excursión.
LLEVAR ROPA DE ABRIGO: Aunque sea verano, hay que llevar ropa de abrigo. Por las noches la temperatura baja muchísimo y puede acercarse a los cero grados incluso en época estival. En invierno el termómetro puede bajar de cero con facilidad.
UTILIZAR EL TELEFÉRICO: El Teleférico permite salvar sin esfuerzo el tramo que separa la base del volcán y La Rambleta. Hay precios de ida vuelta y también de un solo trayecto. Una buena elección, para evitar cargar las rodillas y los tobillos, es subir caminando y utilizar la telecabina para bajar. En la página web oficial se pueden comprar por adelantado los tickets. Los viajes se hacen entre las 9.00 y las 17.00 horas –última bajada-.
TRANSPORTE PÚBLICO: La empresa de ‘guaguas’ TITSA conecta el Parque Nacional del Teide con La Orotava (Línea 348) con paradas en el inicio del sendero de subida y la terminal del Teleférico (ver horarios y precios). También se puede acceder desde Costa Adeje y Los Cristianos (Línea 342 –ver horarios y precios-).