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ENTREVISTA Laura Aller de Pace, ginecóloga en Valdecilla

“El 75 por ciento de los diagnósticos de cáncer de ovario se realiza en estadios avanzados de la enfermedad”

La doctora Laura Aller de Pace estudió Medicina en la Universidad del País Vasco y se especializó en Ginecología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, donde trabaja en la actualidad en la Sección de Ginecología Oncológica del Servicio de Ginecología y Obstetricia. Además, es profesora asociada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria. Esta especialista recuerda, con ocasión del Día Mundial del Cáncer de Ovario que esta enfermedad es la principal causa de mortalidad por cáncer de origen ginecológico.

La semana que viene se celebra el Día Mundial contra el Cáncer Ovario ¿cuál es la prevalencia de este cáncer en Cantabria y su tendencia?

Las mujeres tenemos un riesgo de padecer cáncer de ovario de un 2% a lo largo de toda nuestra vida. Globalmente representa el 3% de los tumores en la mujer y es la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres tras el cáncer de pulmón, mama y colon. Además, en el 75% de los casos el diagnóstico se realiza en estadios avanzados de la enfermedad. Esto contribuye a que el cáncer de ovario sea la principal causa de mortalidad por cáncer de origen ginecológico.

La tendencia en la aparición de la gran mayoría de los tipos de cáncer es ascendente. Durante el año pasado un total de 3.590 mujeres fueron diagnosticadas de cáncer de ovario en España, siendo esta cifra de 3.231 en el 2012. En Cantabria se diagnosticaron 49 casos de cáncer de ovario durante el año 2022, mientras diez años antes la incidencia fue de 44. Esto demuestra que lamentablemente esta patología va a seguir muy presente en nuestro día a día.

En la actualidad, ¿se cura el cáncer de ovario?

El cáncer de ovario constituye la neoplasia de origen ginecológico más letal. Su curación depende en gran medida del estadio de la enfermedad al diagnóstico, de la posibilidad de conseguir una cirugía óptima, del tipo de tumor y de cómo responda éste a los tratamientos de los que disponemos. Cuando el cáncer se diagnostica en etapas precoces, la supervivencia a los 5 años puede alcanzar el 90%. Sin embargo, cuando nos encontramos en etapas avanzadas la supervivencia a los 5 años puede caer hasta un 20-30%. Además, hasta en un 75% de los casos se va a producir una recaída. Gracias a los avances médicos, estos porcentajes han cambiado en los últimos años con la aparición de nuevos tratamientos.

¿Y se puede prevenir?

Sabemos que la multiparidad, la lactancia materna, una dieta sana y equilibrada, así como el uso de anticonceptivos hormonales, son considerados factores protectores frente al cáncer de ovario. A pesar de ello, es imposible hoy día aseverar que el cáncer de ovario puede prevenirse. De hecho, el problema que tenemos es que muchas pacientes no presentan apenas sintomatología hasta que la enfermedad está avanzada, momento en el que consultan y se llega al diagnóstico.

Además, no existe evidencia científica para recomendar una prueba de cribado para la detección precoz del cáncer de ovario en la población general. Sin embargo, se estima que hasta un 20% de todos los cánceres de ovario son hereditarios. En pacientes en las que disponemos de un estudio genético con resultado de alguna mutación relacionada con un aumento de riesgo para desarrollar cáncer de ovario, sí que están indicadas una serie de revisiones periódicas con el objeto de detectar la enfermedad lo antes posible en caso de que ésta se desarrolle.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo y el perfil actual de las pacientes con esta patología?

El riesgo de sufrir un cáncer de ovario aumenta con la edad, y principalmente después de la menopausia. La edad media al diagnóstico es de unos 63 años. Sin duda, factores como el sedentarismo, la obesidad o el consumo de tóxicos influyen en la posibilidad de aparición no sólo de este tipo de cáncer, sino de multitud de patologías.

Además, sabemos que hay mujeres que tienen un riesgo genético aumentado de padecer cáncer de ovario por ser portadoras de mutaciones que predisponen al desarrollo de la enfermedad. Las mutaciones más frecuentes en este contexto son las BRCA 1 y BRCA 2, aunque hay otras mutaciones que también se relacionan con un aumento de riesgo.

Valdecilla es líder en el abordaje de muchos tipos de cáncer ¿también lo es con el de ovarios?

En el abordaje del cáncer de ovario, al igual que en muchas otras patologías, se ha demostrado que el trabajo desde un punto de vista multidisciplinar constituye una de las claves para ofrecer a las pacientes el mejor resultado terapéutico. Por ello, en Valdecilla abogamos por conseguir este enfoque conformando un grupo de trabajo en el que se incluyen especialistas de Oncología Médica, Oncología Radioterápica, Radiología, Anatomía Patológica, Enfermería, Cirugía General y Ginecología, además de otros especialistas en ocasiones más puntuales. Nuestro objetivo es que las pacientes se beneficien de todos los tratamientos disponibles de los que tengan indicación en cada caso según las guías clínicas.

Y en cuanto a los tratamientos ¿han evolucionado mucho en la última década?

El tratamiento del cáncer de ovario a día de hoy se basa en tres principios: conseguir una cirugía sin residuo tumoral visible, la quimioterapia adyuvante y el tratamiento con inhibidores de PARP. Los tres son factores fundamentales que van a influir en la supervivencia de las pacientes. El gran avance que se ha producido en el estudio del cáncer de ovario ha sido descubrir que, aproximadamente en el 50% de las mujeres que padecen esta enfermedad, existe alguna mutación que provoca dificultades en la reparación del DNA, lo que se denomina déficit de recombinación homóloga, que las hace más susceptibles para desarrollar este tumor.

Las mutaciones más frecuentes objetivadas en el cáncer de ovario son BRCA 1 y BRCA2. Esto ha permitido seleccionar a una serie de pacientes que, en primer lugar, van a ser estudiadas en una Unidad de Cáncer Heredofamiliar, y en segundo lugar, van a poder beneficiarse del tratamiento con fármacos desarrollados en los últimos años, que son los inhibidores de PARP. Gracias a ellos, se ha producido una revolución en el tratamiento del cáncer de ovario que está cambiando la historia natural de la enfermedad. De hecho, hay estudios que demuestran que las pacientes con indicación de este tratamiento pueden ver aumentada su supervivencia libre de enfermedad hasta llegar a los 42 meses y la supervivencia global hasta un 67%, lo cual era impensable hasta hace poco tiempo.