El sindicato UGT en Cantabria ha puesto en marcha la primera Escuela Sindical de Cambio Climático, un espacio abierto al público en el que se abordarán los problemas derivados del cambio climático que más impacto tienen en Cantabria, así como sus posibles soluciones, pues se trata de una problemática transversal que, más allá de sus efectos sobre el medio ambiente, provoca un deterioro en todos los sectores de la sociedad convirtiéndose en uno de los principales factores de evolución de la misma.
Así pues, el responsable de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT en Cantabria, Martín Calonge Viadero, ha abordado en conversación con elDiario.es la repercusión que el cambio climático tiene en el empleo, puesto que este factor provocará la desaparición o la transformación de algunos trabajos tradicionales, aunque también motivará la creación de otros nuevos empleos, especialmente aquellos relacionados con la energía verde o azul. “Los empleos relacionados con la descarbonización de la economía van a tener que transformarse”, ha asegurado Calonge.
¿En qué consiste la nueva Escuela Sindical de Cambio Climático de UGT?
Esperamos que sea una pieza más en este caminar de Cantabria hacia la adaptación al cambio climático y a ser una comunidad sostenible con un empleo digno y de calidad.
Este proyecto tiene su origen en un estudio que hicimos entre 2021 y 2022, a través de un convenio de colaboración con la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en el que analizamos la transición justa en Cantabria. Durante dos años, dividimos la región por comarcas y estuvimos en cada una de ellas analizando cómo estaban preparadas la población trabajadora, las empresas y los poderes públicos para afrontar las consecuencias del cambio climático y toda la legislación promulgada a fin de frenarlo. De las conclusiones que sacamos en este estudio, nos llamó bastante la atención la falta de formación que había tanto entre la población trabajadora como en la Administración pública y las empresas respecto a cuestiones ambientales. Para paliarlo, hemos puesto en marcha en colaboración con la Consejería esta escuela sindical de cambio climático, economía circular y bioeconomía.
Anteriormente, en marzo, creamos un área específica de medio ambiente dentro del sindicato, UGT En Verde. Llevamos trabajando cuestiones ambientales desde 2002, pero es ahora cuando hemos visto que realmente cada vez hay más necesidad y que las consecuencias del cambio climático y los aspectos ambientales cada vez están más relacionadas con el trabajo, por lo que necesitábamos un espacio de dedicación exclusiva y que fuera transversal en todos los sectores.
¿A quién está dirigida?
Al principio pensamos en las personas que habían decidido formar parte de UGT En Verde con el objetivo de que tuvieran formación y afrontar el trabajo diario en el sindicato, pero hemos visto que este tipo de problemas afectan a toda la sociedad, así que lo vamos a abrir para que quien desee formarse y participar en esta escuela, pueda hacerlo.
Hoy por hoy no hay ningún sector de actividad que no esté afectado por el cambio climático
¿Qué otros datos destacaría de los revelados en el estudio sobre las principales necesidades que existen en Cantabria a la hora de afrontar esa transición justa?
Se trata de un análisis DAFO, es decir, conocer las Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades. Como fortalezas, hemos visto que todas las comarcas de Cantabria tienen en común que la estructura y la dimensión del territorio, así como los recursos naturales, actúan a nuestro favor. Como oportunidades, que desde los municipios perciben todo lo relativo al cambio climático y las políticas para afrontarlo con la mejora de infraestructuras, comunicaciones y la movilidad.
Pero como debilidades nos encontramos que tanto las empresas como los municipios tienen pocos medios para adaptarse a las exigencias legales, sobre todo si hablamos de pymes y micropymes. Hay muy pocos departamentos de medio ambiente a pesar de que afecta directamente al trabajo y de que el año pasado hayamos tenido muchas empresas en ERTE por esta causa. También hay poca planificación de acciones ambientales y una nula participación de la población trabajadora en estas cuestiones, a pesar de que esté regulado en el Estatuto de los Trabajadores.
¿Alguna de las comarcas de Cantabria se encuentra especialmente afectada por las consecuencias del cambio climático?
De una manera u otra, todas lo están. Tenemos una estructura socioeconómica en forma de T invertida, con la actividad económica, industrial y social más fuerte en la costa. Eso también se ha reflejado en el estudio de Trajuca. En la zona costera, además de tener una actividad mayor y más diversa, ya que conviven zonas industriales con zonas del sector primario, es muy característico la situación de la población y la estacionalidad, que hace que los ayuntamientos se las vean y se las deseen para poder gestionar el boom que viene en los meses de verano, que cada vez son más meses al año, con los mismos recursos. En las zonas interiores, tanto hacia oriente como hacia occidente, lo que tienen como característica principal es una gran necesidad de conexión e interconexión entre municipios.
¿A qué sectores afecta de forma directa el cambio climático en Cantabria?
Te diría que prácticamente a todos porque el hecho de que Cantabria y Baleares hayan sido este verano las regiones con más población estacional que residente es una clara señal de que el cambio climático, aunque hemos visto que afectaba más directamente a la industria o al transporte, resulta que lo hace a todos los sectores de una manera u otra: al sector servicios porque las condiciones climáticas hacen que haya un aumento de la población en momentos puntuales a los que hay que dar servicio con los mismos recursos que tienes durante todo el año, al de la dependencia porque se tiene que atender a la gente en unas condiciones climáticas y de estrés térmico mucho más fuertes y con la misma carga de trabajo o más, al sector primario, al sector público, especialmente al que trabaja en la calle como pueden ser los bomberos forestales... Creo que hoy por hoy no hay ningún sector de actividad que no esté afectado por el cambio climático.
En Cantabria están en peligro todos los empleos relacionados con el sector del automóvil
¿Qué empleos se podrían perder?
Todos aquellos relacionados con la descarbonización de la economía son los primeros que van a desaparecer o transformarse. Es por lo que luchamos desde UGT, por hacer una transición justa desde esos empleos que pueden pasar por desaparecer o transformarse hacia los llamados “empleos verdes”. Y además hemos de garantizar que realmente son “empleos verdes” y no amarronados, porque en muchos de ellos las actuales condiciones de trabajo son muy precarias. Por ejemplo, los trabajadores de un centro de tratamiento de residuos, que cuentan con condiciones muy duras. Creo que laboralmente todavía nos queda mucho por reconocer no solo a nivel salarial, sino de seguridad, salud y otras muchas cuestiones de calidad de ese trabajo, de ese empleo verde.
Respecto a los trabajos que se pueden perder con más impacto en Cantabria están todos los relacionados con el sector del automóvil. Tenemos una industria muy grande de componentes de automoción, de empresas tanto directas como auxiliares. Las más relacionadas con los motores de combustión van a ver peligrar su empleo, ya que ahora mismo se apuesta por el automóvil eléctrico o en algunos casos por el de hidrógeno, por lo que, o hay una transformación hacia esos modelos, o va a haber pérdida de empleo.
Por contra, ¿cuáles pueden surgir?
Pueden nacer todos aquellos relacionados con la energía verde o azul. En Cantabria se está haciendo mucha investigación sobre la energía azul, todo lo que puede provenir de la energía eólica marina o de la fuerza de las olas, para lo que yo creo que necesitarán nuevos empleos no solo a nivel técnico o de ingeniería, sino también a nivel de operario para montar esos parques, de fabricación de componentes, de mantenimiento, etc. Esos serían los más significativos, pero habrá otros muchos.
Aquí se une todo lo que tiene que ver con la legislación sobre el cambio climático y la digitalización de la economía. Nos encontramos en un momento en los que va a haber empleos que desaparezcan porque ya está robotizados o digitalizados.
En el ámbito legislativo, ¿cómo se está abordando este reto por parte de la Administración?
Hay muchas leyes porque viene desde Europa y se pasó a la legislación estatal y luego a la autonómica. La más impactante en este sentido fue la Ley estatal 16/2002 de Prevención y Control Integrados de la Contaminación, que fue la que marcó un antes y un después en la industria. Fue la que empujó a renovar los sistemas productivos porque con esa ley se marcaban las autorizaciones ambientales para las industrias que recogieran en una misma autorización todo (cuánto puede emitir o verter una empresa, en qué condiciones...). Desde ahí hasta ahora hay un montón de legislación a la que acogerse, desde la que trata los residuos hasta la de ordenación del territorio.
Creo que ahí también deberíamos tener más participación porque por eso hicimos el informe Trajuca, para ver los fondos europeos que se están poniendo en marcha para afrontar esta transición. Deberíamos tener un mapa claro de cómo afecta a Cantabria para intentar atraer nuevas inversiones que vayan en línea con estos nuevos empleos y ver cómo en aquellos que tienen más peligro de desaparecer se pueden ir formando y transformando las capacidades de la gente para que pasen a estos otros empleos. Entendemos que es fundamental contar con un plan regional de ordenación del territorio que lleva años dando vueltas y del que se han hecho varios diseños y, al final, en cada legislatura ha terminado metido en un cajón. A ver si esta vez, que el Gobierno ya ha dicho que se va a poner en marcha con ello, sale a la luz un PROT consensuado donde todas las partes aporten y que sirva para dar una seguridad jurídica a las empresas que se van a instalar, a los trabajadores que vayan a participar en esas empresas y al resto de los sectores. Es decir, que sea un mapa de convivencia entre todos los sectores de actividad y entre los recursos naturales de esta región, pensado a largo plazo. Por eso, la primera jornada que hacemos en la escuela sindical va a ser la de ordenación del territorio y empleos verdes.
¿Y desde el sector empresarial?
Desde el sector industrial, que al principio fueron un poco reacios, ya está bastante asumido. Hace falta que desde las industrias del sector químico o siderometalúrgico se de el paso en la participación de los trabajadores en esta gestión, como ya se hace en muchísimos países de Europa, porque es una parte más de las condiciones de trabajo y de la garantía económica de la empresa. También que ellos hagan de motor para las pymes y micropymes, que son las que lo tienen más difícil y a las que hay que ayudar. Desde el Gobierno hay una buena herramienta como es el CIMA de Torrelavega (Centro de Investigación Medioambiental), que ahora podría actuar de referente para que las pymes y micropymes puedan adaptarse a estos cambios que trae la legislación contra el cambio climático.
¿Qué proponen desde el sindicato para paliar los efectos del cambio climático en Cantabria y en sus sectores de actividad?
Nuestra apuesta es clara: es necesario afrontar ya la transición hacia una economía descarbonizada y circular y es necesario que esta transición sea una transición justa, que no deje a nadie atrás, que garantice la igualdad de oportunidades a la población trabajadora de Cantabria en el marco del desarrollo sostenible.
Para ello, en el ámbito de la empresa es necesario el reconocimiento de la figura del delegado y delegada de Medio Ambiente, mientras que en el ámbito social es imprescindible abordar esta materia en el ámbito del diálogo social, teniendo en cuenta que, como ya reconociera la agenta 21, los sindicatos son esenciales para el cambio.
¿Qué medidas consideran que ya deberían estar implantadas para minimizar los efectos de esta problemática?
Además de la coparticipación, las empresas deberían tener más planes de acción ambiental implementados. Según sus propias características, tener una planificación ambiental que se vaya revisando y mejorando día a día para controlar todos estos aspectos medioambientales.
Medio Ambiente debería ser una única consejería y actuar de manera transversal porque las políticas frente al cambio climático afectan a cualquier otra actividad
¿Cree que el cambio de Consejería de la Dirección General de Medio Ambiente en Cantabria puede influir a la hora de abordar las cuestiones relacionadas con el cambio climático, así como al tipo de soluciones a implantar?
Espero que sea para mejor simplemente porque en la anterior consejería era tan grande que la Dirección General de Medio Ambiente se quedó un poco debilitada y arrinconada y se perdieron recursos. Espero que se vuelva a dar a esta Dirección General la importancia que tiene, que la tiene más que nunca. Insisto en que hoy por hoy todo lo que tiene que ver con todos los aspectos ambientales, el cambio climático y el medio ambiente es una realidad económica principal y social inigualable que solo se puede afrontar desde la transición justa. Personalmente, creo que debería ser una única consejería y actuar de manera transversal con el resto de las consejerías porque las políticas frente al cambio climático afectan a cualquier actividad.