El primer encuentro oficial entre el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), y el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu (PNV), ha servido para estrechar las relaciones institucionales entre territorios limítrofes y plantear un frente común en Madrid en asuntos que afectan a ambas administraciones, como la conexión ferroviaria entre Santander y Bilbao o la construcción de un tercer carril en la Autovía del Cantábrico, que une la localidad cántabra de Castro Urdiales con la provincia de Vizcaya.
En un clima de “máxima cordialidad”, según han explicado los protagonistas tras la reunión mantenida en la sede del Gobierno de Cantabria, Revilla y Urkullu han descartado que se repitan los problemas de la pasada legislatura, cuando el Gobierno vasco acusó al Ejecutivo cántabro de practicar una política industrial que potenciaba la deslocalización de empresas, una 'guerra' que llegó incluso a los tribunales y fue denunciada ante las autoridades europeas.
Sobre este encuentro institucional planeaban a su vez las recientes declaraciones de Miguel Ángel Revilla, que había insinuado en varias comparecencias públicas la posibilidad de que una compañía vasca se instalara próximamente en territorio cántabro. “No hay caso, es un error. Jamás he hablado de una gran empresa vasca. Ojalá. Es un litigio anterior a mi llegada”, ha zanjado el presidente cántabro. De hecho, el lehendakari vasco ha confirmado que ese asunto “ni siquiera ha estado sobre la mesa”.
Lejos de las polémicas que podrían enturbiar la relación, en lo que sí han estado de acuerdo ha sido en la posibilidad de trasladar ante el Gobierno de España la reivindicación de una conexión ferroviaria de pasajeros y mercancías que una Santander y Bilbao en 40 minutos, que luego pueda prolongarse hasta Galicia y conectar toda la Cornisa Cantábrica con Europa y servir también de enlace con el corredor del Mediterráneo.
“No se trata de ir cogidos de la mano”, ha opinado Revilla, quien ha señalado que en el encuentro mantenido este miércoles en Santander han establecido que esa conexión es una “necesidad común” que los gobiernos del País Vasco y Cantabria reclamarán en sus respectivas reuniones con los representantes del Ejecutivo central y a la que, incluso, en un futuro podrían unirse los de Galicia y Asturias. A juicio de Revilla, “si la petición es doble, hay más posibilidades de que sea atendida”.
Urkullu ha confirmado durante una comparecencia conjunta ante los medios que el Ejecutivo cántabro tiene el “apoyo” de Euskadi para profundizar con el Gobierno español en la importancia de abordar un tren de altas prestaciones para la Cornisa Cantábrica, que acerque a Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y comunique estos territorios con Europa y sirva de enlace con el Corredor Mediterráneo.
Según el lehendakari, el Plan de Infraestructuras de Transportes Ferroviarias del Ministerio de Fomento está en una fase “muy incipiente”, por lo que hay que incidir en la importancia de que se tome en consideración esta infraestructura.
Una colaboración más amplia
En la reunión, Urkullu y Revilla han abordado también la ampliación a un tercer carril de la Autovía del Cantábrico, que conecta Vizcaya y Cantabria y que sufre de grandes retenciones durante las horas punta o los fines de semana, como consecuencia del abundante tráfico que colapsa la infraestructura prácticamente a diario.
A este respecto, el lehendakari vasco ha recordado que comparte la preocupación del Gobierno de Cantabria por la mejora de las comunicaciones por carretera, aunque ha matizado en su respuesta que su ampliación es una competencia, en este caso, de la Diputación Foral de Vizcaya y del Gobierno central.
Al margen de las infraestructuras, la sanidad ha sido otro de los asuntos que ha estado este miércoles en la agenda de ambos presidentes. Así, han acordado seguir profundizando en la colaboración existente para que pacientes vascos puedan someterse a trasplantes cardiológicos y pulmonares en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, especializados en ellos, y que los cántabros sean sometidos a trasplantes renales en el hospital bilbaíno de Cruces.
En cuanto al Valle de Villaverde, Revilla ha agradecido el soporte que el Gobierno vasco da para la escolarización de los niños y para la atención sanitaria a los habitantes de este municipio cántabro insertado en territorio del País Vasco y ha agradecido al lehendakari, en su nombre y en el del alcalde, Pedro María Llaguno, que Euskadi vaya a colaborar ahora en el suministro de agua, para poner fin a los problemas de abastecimiento que viene padeciendo este enclave.
Este encuentro es el primero que Miguel Ángel Revilla mantiene con la máxima autoridad en el País Vasco, una comunidad con la que, según ha puesto de manifiesto, “hay afinidad y una relación humana, pero no institucional”, y tendrá su continuación con otras reuniones y la constitución de grupos de trabajo entre ambas administraciones para abordar otras cuestiones de interés común. “Como en el final de Casablanca, espero que este sea el principio de una gran amistad”, ha bromeado el presidente cántabro.