Fernando Valladares, profesor de investigación del CSIC, experto en clima y miembro del grupo Rebelión Científica, ha alertado en Santander contra los discursos que “frivolizan” el impacto del cambio climático en el medio ambiente y ha pedido “tolerancia cero” ante la frivolidad de ciertas declaraciones como las del consejero del área en Castilla y León, Juan Carlos Suárez Quiñones, quien ha responsabilizado a los ecologistas de los incedios devastadores que asolan su Comunidad.
“Cuando se hacen declaraciones para provocar, incendiar o enfrentar la realidad se está cometiendo una seria irresponsabilidad ante la cual tanto los medios de comunicación, como la sociedad, como los científicos, debemos tener tolerancia cero -ha dicho Valladares este martes en el Palacio de la Magdalena, en donde participa en los cursos de verano de la UIMP-. No hay que permitir un solo titular por divertido, llamativo o provocador que sea que no se apuntale en el conocimiento científico porque estamos hablando de vidas humanas que se juegan con los incendios, estamos hablando del futuro de los jóvenes y estamos hablando de una crisis energética de dimensiones muy grandes como para estar jugando a si los ecologistas son responsables, que si la carne no mata, que si el cambio climático… Todas esas frivolidades tenemos que aparcarlas en aras de la responsabilidad que tienen que ejercer nuestros responsables políticos”.
Para este miembro del grupo Rebelión Científica, que en abril protagonizó un acto de protesta frente al Congreso de los Diputados, “no cabe la visión política cortoplacista o ideológica que no tenga el aval científico”, cuando lo que está en juego es la supervivencia de la especie humana.
Para este científico y activista, los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de “contrarrestar el efecto potencialmente bueno o no tan bueno de las redes sociales y cómo los científicos podemos ayudar a calibrar el drama y podemos canalizar la preocupación social por el cambio climático hacia las mejores y más eficientes actuaciones, cómo podemos dar la base para que las medidas sociales y políticas tengan sentido, arropadas por la ciencia”.
Calentamiento del Mediterráneo
Valladares ha anunciado que en las próximas semanas comenzarán a sentirse las consecuencias del calentamiento anómalo que se está produciendo en la superficie del agua del Mediterráneo Occidental, un hecho que pasará factura en términos medioambientales y productivos.
“Como nadie vive en el mar no percibimos lo que está ocurriendo -ha explicado-. En concreto, las temperaturas anómalas y sostenidas del orden de tres y cuatro grados por encima de lo habitual en el Mediterráneo Occidental, acoplado a algo que ocurre todos los años, lo que se conoce como termoclina [área de transición entre las capas profundas y frías del agua con las superficiales, más calientes] que en verano hace que el calor se mantenga”.
La concfluencia de la elevación de la temperatura y su efecto en la termoclina puede provocar “una crisis que empieza siendo bioquímica y que, en cascada, arruina el ecosistema, que entra en crisis con la extinción de especies. Se han sobrepasado valores históricos de temperatura del agua y sobre todo se han mantenido durante tanto tiempo que podemos hablar de colapsos parciales del ecosistema marino. En las próximas semanas iremos viendo una crisis de productividad y una crisis de diversidad en el ecosistema marino”, ha augurado.
Se han sobrepasado valores históricos de temperatura del agua y sobre todo se han mantenido durante tanto tiempo que podemos hablar de colapsos parciales del ecosistema marino
Activismo mediambiental
El investigador del CSIC justificó acciones como la protagonizada en abril en las puertas del Congreso. Dijo que fue una manera de sustentar, con “otras narrativas”, como la desobediencia civil, la necesidad de aplicar medidas contra el cambio climático.
“Cuando los científicos nos salimos del entorno de confort del laboratorio y nos adentramos en otra narrativa, como es la desobediencia civil, arriesgamos y entramos en terrenos poco conocidos. Con la ‘Ley Mordaza’ todas estas cosas encima tienen unas limitaciones extraordinarias y hemos sufrido unas denuncias desproporcionadas”, ha valorado.
Se refirió con ello a la supuesta pintura en las paredes del Congreso y la interferencia en el desarrollo del pleno que tenía lugar en su interior. Lo primero lo negó diciendo que se trataba de agua tintada con remolacha, que fue retirada con posterioridad; y lo segundo también lo negó aduciendo el testimonio de media docena de parlamentarios presentes en esos momentos en el hemiciclo.
“Se denunciaron daños al patrimonio cuando echamos [en las paredes del Congreso] agua tintada con remolacha que no tintó nada y que nosotros mismos recogimos al acabar; y por la intervención del pleno, cuando en realidad el informe del secretario del Congreso no es cierto como pueden atestiguar cinco o seis diputados que estaban dentro y han declarado que nadie en el interior se enteró de lo que ocurría fuera”, ha explicado.