Originario de Hospitalet de Llobregat, José Corbacho lleva desde el '88 dentro de la industria del entretenimiento, en la que no se ha conformado con trabajar en un campo, sino que ha dado rienda suelta a múltiples facetas. Se le puede ver en un escenario aplicando dosis de humor a su público con sus monólogos, cubriendo todos los campos artísticos en el mundo cinematográfico o presentando programas en la televisión.
Actualmente se encuentra inmerso en su gira con el espectáculo 'Corbacho 5.0', con el que pasará por el Festival de Verano de Camargo este sábado 6 de agosto, a las 22 horas, en los Jardines del Ayuntamiento, para relatar en clave de humor sus experiencias con las nuevas tecnologías y las redes sociales. “Yo en el espectáculo utilizo la tecnología como una excusa para echarse unas risas”, apostilla el monologuista.
Han pasado ya unos años desde que comenzó en 'La Cubana', ¿ha conseguido llegar donde quería estar?
Siempre quise dedicarme a esto así que poder seguir subiendo a escenarios o haciendo programas de televisión o películas, que es con lo que soñaba de pequeño y lo que me gustaba, creo que es un pequeño éxito que puedes conseguir.
La tecnología avanza tan rápido que tuvo que cambiar el nombre de su espectáculo. ¿Ha tenido que hacer muchos cambios para mantenerlo vivo?
Soy bastante enfermo de hacer cambios y de intentar que el espectáculo que dé mañana en Muriedas sea diferente al que hago hoy en Tarragona o el que hago pasado mañana en Vitoria. Me gusta actualizarlo y hacer referencias locales. Cuando empecé con el espectáculo se llamaba Corbacho 3g, luego vi que España era ya 4g, entonces dije, no voy a quedar como alguien vintage cuando mi intención era hacer algo moderno tecnológicamente. Pasé a llamarlo 5g y ahora se llama 5.0. Es un espectáculo que llevo haciendo dos años, lleva más de 200 funciones y nunca ha habido dos funciones iguales ya que también me gusta meter cosas de actualidad.
¿Qué opina sobre el efecto de las nuevas tecnologías en la juventud?
Con la tecnología siempre ha pasado lo mismo, cuando alguien descubrió el fuego otra persona debió pensar, “está muy bien para calentarnos” y otro debió pensar, “está muy bien para quemar a la tribu de al lado”. La tecnología siempre depende del uso que se le da. En los últimos diez años es cierto que ha habido un crecimiento tecnológico mucho más alto que en el último siglo y la llegada de Internet y de todo el mundo de la red y todo el concepto de telefonía móvil y la cantidad de cosas que podemos llevar en un pequeño aparato de bolsillo te abre a todo tipo de cosas. Depende de cómo tú lo filtres.
Cuando estaba preparando este espectáculo lo comenté con Punset y él me decía que un niño actualmente recibe tanta información en una sola semana como podrían recibir mis padres y mis abuelos durante toda su vida. Eso está muy bien por un lado, pero por otro pasan cosas como los Pokemon Go o el Whatsapp o la manía que tenemos de sacarle fotos a todas las cosas que nos vamos a meter en la boca. La tecnología siempre que esté al servicio de la persona y no al revés, es buena.
¿Considera que estamos sobreexpuestos debido a las redes sociales?
Sí, pero considero que el ser humano tiene una tendencia a sobreexponerse. La persona a la que le gusta exponerse en las redes sociales encuentra otro canal y hay gente que no lo hace, por lo tanto es una elección personal. Es un canal muy potente y a veces no somos muy conscientes del grado al que estamos expuestos y colgamos algo que a lo mejor nos parece una tontería pero que al estar sobreexpuesto deja de serlo.
El ámbito de lo privado y de lo público ha explotado con el mundo digital, pero yo en el espectáculo no hago un análisis tan sesudo, sino que utilizo la tecnología como una excusa para echarse unas risas y para ver estas cosas desde un punto de vista mucho más mundano.
¿Qué disfruta más como monologuista?
Al final como monologuista y como cómico lo que más se agradece es poder salir a un escenario, ver que la gente pasa un buen rato, se ríe y disfruta. Una de las cosas bonitas que tiene este oficio es que te cruces con alguien por la calle, te mire y esboce una sonrisa o que alguien se te acerque y te diga que ha pasado muy buenos ratos contigo. En nuestro caso la risa es no dejar al público indiferente, que al final es el gran temor que tienes.
¿Y como director de cine?
Siempre he tenido el cine entre mis ofertas de ocio preferidas, entonces que la vida me haya dado la oportunidad de ponerme detrás de las cámaras, de escribir una historia y de dirigirla para que luego sean otros los que vayan al cine y la disfruten me resulta algo muy reconfortante. Además es una sensación que tiende a perdurar en el tiempo y que es menos efímera que con la televisión que es de un consumo mucho más rápido.
Hablando un poco de su faceta dentro del mundo cinematográfico, ¿cómo ve la situación en España?
Como estuve muchos años haciendo teatro antes de dedicarme al cine y la televisión, siempre escuché que el teatro estaba en crisis, pero seguía habiendo obras de teatro, seguía habiendo compañías y gente que se subía a los escenarios. En el cine he tenido la suerte de hacer tres películas y de producir algunas más y desde hace muchos años también oigo lo de la crisis del cine, pero también sigue habiendo gente con ganas de contar historias, mucho talento en gente muy joven y por suerte también mucha gente con necesidad de ver esas historias. Hemos pasado esa etapa en la que se veía el cine español como una lacra, y en el cine español pasa lo mismo que en cualquier otra cinematografía, hay películas buenas, regulares y malas.
Lo que pasa es que al final, ya lo dijo Berlanga alguna vez, al cine le iría mucho mejor si dependiese del Ministerio de Industria y no del de Cultura que es algo más ambiguo. El cine es una industria en la que trabaja mucha gente, además de los actores, directores y guionistas también hay carpinteros, fontaneros, conductores y eso es una industria. A nivel de industria podría gozar de más ayudas.
¿Ve la piratería como el gran problema?
La piratería es un gran problema no sólo para el cine, sino en muchos otros ámbitos. En este mundo es muy complicado hacerle entender a alguien que las cosas cuestan un dinero. Con los contenidos culturales siempre entramos en un bucle en el que creo que al final se impondrá la lógica y la gente entenderá que tiene que pagar algo por ver una película. La industria se tiene que renovar todo lo que sea mejorar la oferta para que la gente pueda elegir dónde ver las películas me parece fantástico y necesario. Si ir al cine con todo lo que conlleva te cuesta ocho 'pavos', al menos poder ver la película en tu casa y que te cueste uno. A los que nos dedicamos a este trabajo lo que nos cuesta entender es que la gente pida verlo gratis.
¿Cómo ve el panorama político en Barcelona desde que llegó Ada Colau?
Me parece muy correcto lo que está haciendo. Considero que necesita tiempo, y el tiempo pone cada gestión política en su contexto. Mucha gente se sorprendió de que Ada Colau ganara en Barcelona después de tantos años de ayuntamientos o del Partido Socialista o de Convergència. Parece que a la gente se le ha quedado pequeño el tablero que existía a nivel de partidos y se necesitan más opciones. Ahora lo que falta es ver si esas opciones consiguen ponerse de acuerdo y podemos ir avanzando, porque seguimos sin gobierno. Creo que se va a acabar antes Juego de Tronos de que se forme gobierno en este país.
En este país somos muy de blancos o negros y de extremos, entonces ponemos líneas rojas y de esto no se puede hablar, cuando la política consiste en hacerlo y pactar en lo que haya que pactar. Pero si estos partidos no pactan, seguimos en el día de la marmota. En el mundo del humor esto puede resultar agradecido, pero por otro lado resulta preocupante que tengamos unos políticos con tan poca cintura y flexibilidad y que aunque todos digan lo mismo, que hay que anteponer el bien público al interés privado, los hechos demuestran todo lo contrario. Al final cada uno intenta mantener su rinconcito. Yo espero que esto en algún momento cambie y me gustaría no tener que llegar a las terceras elecciones porque al final vamos a entrar en un bucle del que nadie sabe cuando podremos salir.
Háblenos un poco sobre sus proyectos para el futuro.
Aparte de la gira en la que seguimos con el espectáculo ‘Corbacho 5.0’, tengo tres proyectos del mundo del cine en diferentes ámbitos. Estreno película como actor el 16 de septiembre, que se titula 'El futuro ya no es lo que era', con Dani Rovira y Carmen Maura; el 30 estreno otra en la que doblo a uno de los personajes porque es de dibujos animados, se titula 'Cigüeñas', la primera producción de Warner Bros a nivel de animación y el 22 de agosto como productor empiezo en Madrid el rodaje de una película que se llama 'La llamada', una adaptación del musical de Javier Calvo y Javier Ambrosi que lleva tres años en el Teatro Lara de Madrid.