“Nunca hemos pedido ninguna subvención”. Así de claros y tajantes se muestran tres de los miembros que componen la plataforma 'Cultura sin techo'. Prefieren mantenerse en el anonimato ya que se organizan de manera horizontal y no quieren erigirse como los líderes o representantes de nadie. “Decidimos organizarnos después del 15M. Consideramos necesario formar un movimiento de desobediencia cultural y por eso tocamos sin permiso durante las fiestas locales”. Antes de ello, intentaron hacerlo por las vías oficiales. “Intentamos negociar, pero nos acusaron de fomentar la contraprogramación”, explican.
'Cultura sin techo' exige un lugar dentro de la vida pública para los artistas de la localidad. No solo músicos, también pintores, fotógrafos o bailarines. Defienden que todo movimiento artístico debe contar con las oportunidades necesarias para poder manifestarse libremente. Su objetivo es crear un espacio “único y público” en el que todos estos artistas generen sinergias y puedan retroalimentarse.
“La cultura base no está dignificada”, opinan. Desde 'Cultura sin techo' alegan que existe un déficit de 30 años con los movimientos artísticos de la ciudad y por eso denuncian tres carencias básicas. La primera de ellas es la participación en las fiestas, porque “no es lógico que en La Patrona no haya espacio para grupos de la propia ciudad. No pedimos más que un lugar dónde expresarnos, no queremos dinero”. La segunda es un cambio de la normativa que regula el circuito de bares de la zona para que sea “más flexible” y, por último, y como gran caballo de batalla, la creación de un espacio multidisciplinar y autogestionado o cogestionado junto con el Ayuntamiento.
Las numerosas reuniones que han mantenido semanalmente con los dos equipos de Gobierno de la ciudad con los que han coexistido a lo largo de la legislatura han sido infructuosas. “Siempre escuchamos palabras bonitas, alentándonos a seguir trabajando y luchando por la cultura, pero a la hora de la verdad solo nos dan largas. Tenemos grandes ejemplos de centros culturales que funcionan muy bien, como los Casales de Barcelona o La Casa de la Música. Aquel proyecto no fue perfecto, pero se hicieron muchas cosas bien y de ahí han salido una generación de músicos que aún perdura”.
'Cultura sin techo' no se afilia a ningún movimiento político. Todas las decisiones se toman a través de asambleas organizadas con los miembros y abiertas a todo el mundo. Antes se reunían en el Consejo de la Juventud, pero ahora lo hacen en la calle, tras una 'oportuna' reforma en el local que se está alargando en el tiempo. “Muchas veces hemos sentido que realizan labores de prestidigitación política con nosotros”, lamentan. Acumulan ya más de 90 visitas al Ayuntamiento y cientos de horas de asamblea, pero aun así el cansancio no hace mella en sus objetivos.
Por eso luchan para sacar adelante la propuesta de uso para las antiguas escuelas de Solvay. “Sentimos que en la ciudad no hay contacto directo con la cultura base. Se organizan eventos culturales muy espectaculares y no estamos en contra, pero organizar un gran banquete no significa que la gente no vaya a pasar hambre el resto del año. Necesitamos propuestas que sean a más largo plazo”. Este proyecto, presentado oficialmente al Ayuntamiento, consiste en la creación de un espacio artístico y cultural que acoja y sustente una realidad y unas necesidades artísticas, creativas y sociales ya existentes, integrando a creadores y público en proyectos de valor social, “sin buscar el beneficio individual, solo la utilidad pública”.
Estas antiguas escuelas fueron cedidas por Solvay al Ayuntamiento por tres décadas y aún faltan 18 años para que el acuerdo caduque. En un principio el Consistorio se mostró proactivo pero la estimación del arquitecto municipal sitúa en 300.000 euros la inversión necesaria para garantizar la seguridad de los presentes, una cifra que convierte al proyecto en una idea inviable. “Desde la plataforma creemos que esta estimación es altísima y por eso vamos a visitar las instalaciones junto a arquitectos e ingenieros”.
Pese a la falta de espacios, Torrelavega sigue siendo un núcleo importante de actividad cultural. Se estima que al menos hay más de cuarenta bandas de música en funcionamiento, además de numerosos artistas y fotógrafos. Desde 'Cultura sin techo' solicitan un espacio para que la cultura de base no siga viviendo en la orfandad. Tratan de conseguir evitar el 'desahucio' de los artistas locales.