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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Ismael Serrano, cantautor: “La cultura afina nuestro intelecto y eso es peligroso para la ultraderecha”

Ismael Serrano cumplió hace poco 20 años sobre los escenarios. Dos décadas en las que este cantautor ha recorrido escenarios de medio mundo para llevar sus canciones de vida a todos aquellos que quisieran escucharle. Este viernes estará en la sala Casyc Up de Santander ofreciendo un concierto de su disco 'Todavía' y, aunque ya haya colgado el cartel de 'sold out', el objetivo del artista será crear un ambiente lo más íntimo y personal posible.

Fiel escudero de la izquierda -admite abiertamente que vota a Unidas Podemos-, sus letras no suelen dejar indiferente por su alto contenido político. Sin embargo, él prefiere decir que el amor está demasiado manido en unos tiempos en los que, musicalmente, parece que no se habla de nada más. ¿Su excusa? Que él escribe de todo lo que le emociona: “Hay retos, preguntas y dudas que merecen ser convertidas en canción”, admite en esta entrevista para eldiario.es.

Después de la gira 'Hoy es siempre', llega 'Todavía'. ¿La elección de estos nombres ha sido al azar?

Es una forma de parafrasear a Antonio Machado con su “Hoy es siempre…Todavía”, que es una frase en la que se mezcla pasado y presente, y de alguna manera también el futuro. Se trataba de hacer repaso de lo vivido y de lo aprendido en todo este tiempo. Por un lado, en 'Hoy es siempre' utilizamos un formato algo más sofisticado con una gran producción y una gran puesta en escena, y por otro en 'Todavía' volvemos un poco a las esencias, a agarrar la guitarra y a hacer repaso a las canciones tal y como han sido creadas. En esta gira buscábamos volver a ese diálogo más íntimo con el público.

Esta frase es el equilibrio entre estas dos propuestas musicales que están siempre presentes en mis giras y en mi vida. Era una forma de medir lo que uno ha aprendido y de hacer balance… Y esa frase siempre me ha sugerido hacer balance.

En una época en la que parece que el éxito se mide por los llenazos en súper escenarios, usted prefiere apostar por la intimidad de teatro. ¿Esto solo responde a que pega más con su estilo?

El disco 'Todavía' –en términos generales– surge como una forma de reivindicar el canon del cantautor. Hoy en día parece que existe la necesidad de arreglar los discos y de que todo esté hiperprocesado, y yo sin embargo quería reivindicar un poco la esencia de lo que es guitarrear entre amigos. Solo guitarra y voz.

Aunque de alguna forma también es una forma de reivindicar el canon en los pequeños teatros porque la música en este país no solamente se hace en grandes escenarios. Así que esta gira también se ha convertido en una forma de reivindicar otros espacios que tienen que ver con abrir ejercicios de reflexión y de entender los conciertos como un espacio para la música y para la calma.

Hace nada celebró sus 20 años de carrera. 20 años en los que nunca ha dejado de apostar por una música con un mensaje claramente político. ¿A veces no piensa que hablar solamente de amor, como hacen la mayoría, sería más sencillo?

Seguramente sí, pero es que no sabría hacerlo. Incluso sería más sencillo si, como muchos grupos, hiciera la misma canción de amor 20 veces para hablar de la enésima ruptura sentimental. Pero yo le canto a lo que me emociona, y a mí, en mi día a día me emocionan muchas cosas. Hay retos, preguntas y dudas que merecen ser convertidas en canción.

Hace poco escuchaba el disco 'Mediterráneo', de Serrat, y en él habla del pueblo que se va deshabitando, del barquito de papel en referencia a la infancia, de ese mediterráneo en el que uno crece, hay historias de amor… Escucho ese disco y pienso que podría hacerse hoy, y veo que es difícil. Porque en el registro de los temas a tratar de un compositor de estos días parece que esas realidades no se tratan. Como si hubiera que practicar el escapismo permanentemente para no hablar de lo que somos. Y digo somos en primera persona del plural porque no se trata solo de hablar del 'yo' y de tus historias de amor y desamor, sino de cosas que nos atañen a todos. Lo echo de menos en la composición.

Lo cierto es que en la actualidad parece que solo los raperos y los cantautores son los que se meten con el poder. ¿Por qué esta corriente sigue sin extenderse entre el resto de estilos musicales? ¿Hay miedo pese a vivir en una sociedad libre?

Porque hemos sido educados en esa tradición cultural: en la del hiperindividualismo y en la de creernos más importantes que el resto, y eso tiene que ver con una hegemonía cultural. Se han impuesto otras tradiciones, otras estéticas que tienen que ver con esa ruptura postmodernista que dice que la música -o el arte en general- tiene que ir separado de la política.

Se ha impuesto esa forma de entender la música y es curioso porque hay gente a la que le resulta exasperante que una canción pueda tener contenido político porque les parece panfletaria enseguida, pero sin embargo no es tan sensible a la cursilería de la enésima canción de desamor repetida una y otra vez. Eso es algo que perdonan bastante más.

Cuenta con cerca de 180.000 seguidores en Twitter. ¿Se siente responsable cada vez que escribe un tuit?

Más que responsable lo que sientes es que estás nadando en un mar de pirañas en el que sabes que en cuanto dices alguna cosa, alguien le va a poner algún pero. Las redes sociales no promueven la reflexión en profundidad, sino lo contrario. Hay estudios que apuntan a que las dos pulsiones que llaman más a la actividad a los seres humanos son la pulsión sexual, que está muy utilizada en publicidad y que durante mucho tiempo ha mandado hegemónicamente en las búsquedas de Google, y la crispación. La indignación es lo que más mueve, más que la solidaridad y los buenos sentimientos.

Las redes sociales lo que quieren es que exista un flujo constante de datos y de información, quieren que estemos activos de forma permanente, actualizando nuestros perfiles, añadiendo comentarios… con lo cual fomenta la indignación y la crispación y es en lo que se sustentan las RRSS. A mí me encantan, y las uso mucho porque soy un tanto ingenuo y aún creo que se pueden aportar cosas, debatir y conocer a gente.

Yo me informo mucho de lo que ocurre a través de las redes, pero también con un filtro y un criterio que no sé si la gente tiene. Así que estoy en esa continua contradicción, por un lado me apasionan, pero por otro lado soy consciente de que no favorecen el matiz. Cuando se encapsula el mensaje, se encapsula también nuestra forma de pensar, se pierde matiz y se enfrentan unos a otros.

¿Ismael Serrano tiene algún fan que le conste que sea de derechas?

Sí, y eso está bien. A mí me gustan las novelas de Vargas Llosa u otros artistas con los que no comulgo políticamente y creo que deberíamos desprejuiciarnos en ese sentido. Vivimos en un país muy sectario en el cual somos capaces de señalar de manera crispada al que piensa de manera diferente a nosotros.

¿Cree que estamos viviendo una polarización en nuestro país? ¿Hemos vuelto al rojo y azul?

Sí, y creo que la polarización es síntoma de que estamos viviendo un tiempo difícil. Es síntoma del desamparo en el que se siente gran parte de la sociedad. El modelo de sociedad no ha dado respuestas a las expectativas de la gente y la gente quiere vivir en un futuro mejor. Yo cuando pienso en el futuro de mi hija, pienso que no sé si va a vivir en un país con peores salarios para ella, no sé si va a tener pensión, si va a haber una peor sanidad pública, educación pública…

En ese contexto la sociedad se degrada y surge la polarización, que es una consecuencia, no una causa. Es una consecuencia de un sistema que defrauda a un electorado que siente que con su voto no cambia las cosas, que lleva votando una y otra vez a los mismos actores políticos que les prometen que van a mejorar su vida y realmente no es así porque no han priorizado el interés general.

Desde el mundo de la cultura, ¿cómo se percibe la incursión de un partido de extrema derecha en el panorama nacional?

Pues el problema que veo ahora es que está todo contaminado y se han roto consensos que hasta ahora eran impensables. Consensos que tienen que ver con los derechos humanos y que se están debatiendo como el pin parental, las censuras, políticas migratorias, la tenencia de armas… Eran debates que planteabas hace 20 años y te decían que estabas loco.

Lo preocupante no es ya solo la aparición de la ultraderecha, sino que la derecha tradicional -que siempre se había dicho de centro reformista- ahora, aterrorizada por la pérdida de votos, haya asumido su agenda. Es curioso ver cómo se están normalizando conductas que eran claramente fascistas hasta hace dos días y que ahora aparecen en la agenda del debate político. Eso es lo peligroso y lo realmente preocupante.

¿Pero concretamente en la cultura?

A la cultura la define su capacidad crítica. La poesía, por ejemplo, me parece que puede remover conciencias, y no solo en lo que respecta a su mensaje cuando su mensaje político es implícito, sino porque la poesía reside en el matiz. Y matizar te ayuda a tener un análisis crítico más riguroso, pero la demagogia de la ultraderecha no resiste ese análisis, la cultura afina nuestro intelecto y eso es peligroso para ellos.

Luego, creo que ellos están en contra de la cultura, pero sobre todo de la cultura de izquierdas. No tienen ningún problema en que en los pueblos de España cante Bertín Osborne, lo que no quieren es que canten los Chikos del Maíz o Luis Pastor, e intentan prohibir de la manera que sea sus conciertos. Quizá la gente de la cultura deba entonar algún día el 'mea culpa', como en Estados Unidos ante Trump, donde gente del mainstream se se ha posicionado muy claramente.

Aquí sin embargo me acuerdo de cuando Andy y Lucas tuvieron una polémica por utilizar la imagen de Gabriel. Hicieron un vídeo explicando que no pretendían hablar de política porque vivían de los ayuntamientos, y yo creo que ellos expresaron un pensamiento que puede estar presente en la cabeza de muchos artistas. No tenemos el concepto de vivir de nuestro público, sino de que el programador de turno te incluya dentro de su programación, y eso no sé hasta qué punto está de manera consciente, o inconsciente, en la cabeza del artista en España.

Hace unos días ha habido una polémica en Twitter porque la cantante Estrella Morente hizo un alegato a favor de los toros en prime time. ¿Qué le parece?

Me entristece porque Estrella Morente me encanta y yo soy antitaurino. Pero aquí creo que hay un debate que se confunde, la libertad de expresión es que ella pueda cantar esa canción como lo hizo, pero la libertad de expresión también es que a otros nos pueda parecer horrible que se haga apología de la tauromaquia en un programa que está dirigido fundamentalmente a un público joven.

Admiro a Estrella Morente como admiraba a su padre, pero de todas las cosas que había que decir en la tele, ella eligió eso: los toros. Quiero decir que, a lo mejor, ya de estar en prime time, podíamos saltarnos el guion para hablar de la precariedad, de los chavales de Glovo que pedalean con una piedra en la espalda… Igual era más urgente decir esas cosas, pero esto lo digo yo ejerciendo mi libertad de expresión. ¿Tiene sentido reivindicar los toros en un programa como Operación Triunfo? Yo creo que no. Pero eso no quiere decir que ella no puede decir lo que quiera porque es legítimo.

Relacionado con estos límites de los que estamos hablando, últimamente ha habido debate sobre incluir la apología del franquismo en el Código Penal…

La libertad de expresión tiene unos límites que el Código Civil recoge. Tienes derecho al honor, a que no te calumnien… Eso ya existe. Otra cosa es en lo penal, si tiene que haber un límite penal con penas de cárcel y demás, que yo ahí tengo mis dudas al respecto incluso en lo que tiene que ver con el franquismo, porque puede ocurrir que cuando venga el cambio de Gobierno de turno, este considere que hacer apología de la República también es delito, y volvamos a empezar. Tengo mis dudas y no creo que sea la solución. Ya existen los delitos de odio, el racismo, la homofobia… Pero este tipo de cosas me resultan más delicadas. No tengo una postura clara sobre el tema, y soy antifranquista, pero tengo mis dudas al respecto.