Pedro Cortés es el presidente de la Asociación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (ALEGA) en Cantabria. Esta organización lleva 22 años trabajando para mejorar las condiciones del colectivo LGTB y este sábado 25 de junio han organizado una serie de eventos para celebrar el Día del Orgullo en Santander.
Con motivo de estas celebraciones, eldiario.es de Cantabria ha entrevistado a Pedro Cortés, que considera que las soluciones para el colectivo pasan por la educación: “La información en institutos y en colegios es fundamental, desde muy pequeños hay que decirles quiénes somos, decirles que ellos también pueden serlo, que se acepten, que salgan del armario, que no hay ningún problema, que la sociedad es más acogedora de lo que parece”, explica.
¿Cómo está la situación del colectivo LGTB en Cantabria?
La asociación lleva en pie 22 años, lleva mucho tiempo luchando para visibilizar al colectivo. Actualmente el colectivo está bastante aceptado entre la población, pero todavía existen pequeños lugares donde no es así. No hablo solo de gente conservadora que no acepta a alguien que sea gay o lesbiana o por su orientación sexual o por su condición de género. También hablo de diferentes ámbitos del Gobierno, como Sanidad o Educación, que no tienen protocolos de actuación tanto para transexuales en los hospitales, como para homosexuales y transexuales en los institutos y colegios. No hay un protocolo directo de actuación. Hay muchos profesores que no saben cómo actuar. Creemos que falta educación, falta muchísima información sobre todo. Falta que en los institutos vuelva a haber una asignatura en la que se hable del tema con normalidad y de esa manera los alumnos y las alumnas sean capaces de entender que nadie es diferente por ser homosexual, lesbiana, bisexual, intersexual o transexual.
En Sanidad con el cambio de Gobierno estamos esperando a ver qué sucede, pero en principio sí iba a haber un protocolo de actuación, iban a empezar a haber operaciones en Cantabria, pero estamos todavía a la espera. De momento todo han sido palabras, no actos. La situación está un poco parada. Las promesas están en la mesa pero estamos esperando a que se cumplan.
¿Cuáles son sus principales reivindicaciones?
Reivindicamos la aceptación de cada una de las letras del colectivo, sean lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Reivindicamos que no haya estigma social por tu orientación sexual y tampoco para las personas que tienen VIH o cualquier otra ETS. Reivindicamos la Ley Integral de Transexualidad y que también abarque un protocolo de actuación en los hospitales y que despatologice la transexualidad. Que se deje de llamar enfermedad a la transexualidad.
Queremos que las administraciones públicas se mojen y empiecen a hacer operaciones de cambio de sexo de manera gratuita pagada por la Seguridad Social. La transexualidad no es una enfermedad mental, pero todavía se trata como tal. Lo primero que tiene que hacer un transexual es ir al psicólogo, después ir al psiquiatra, y a continuación a un endocrino. Es todo un lío y las cosas podrían ser mucho más fáciles. Entiendo que no todo el mundo debe de poder decir que se cambia de sexo, son casos muy estudiados donde los padres de los niños desde pequeños saben perfectamente lo que ocurre en su casa y es un drama.
Es un drama que no haya nadie, ni siquiera un hospital, que te ayude a aceptarte a ti mismo y después a tener tu sexo, que es el que tú tienes realmente, no con el que has nacido. También queremos que haya un modelo educativo en el que se incluya la aceptación del colectivo LGTB, que haya una asignatura, por ejemplo. Es trabajo de los profesores también aceptar esto y tratarlo con normalidad.
¿Qué temas tocan las conferencias que han programado con motivo del Orgullo?
Vendrá Ramón Martínez de Arcopoli a dar una charla en la que hará una recopilación histórica de todo lo que ha luchado el movimiento LGTB en la historia en España desde sus inicios. Sobre cómo en España poco a poco fueron apareciendo movimientos que fueron luchando para salir adelante. Después vendrá ACSAS, la Asociación Antisida de Cantabria, a hablar sobre la historia del estigma del VIH. La historia de cómo han luchado por desestigmatizar la enfermedad.
Además de las conferencias, la asociación da el Premio Aleguita, un premio que damos cada año a la persona o grupos de personas que consideramos que han colaborado más con el colectivo LGTB en Cantabria. Este año se lo damos a Hugo, un chico transexual que va en representación de las Familias Transexuales de Cantabria, un grupo de familias, padres y madres, que se han unido porque sus hijos o hijas son transexuales y juntos pretenden luchar para que la ley de transexualidad salga adelante. El premio se lo daremos este sábado después de leer el Manifiesto. Es un honor para nosotros, esto nos gusta mucho. El pregón también tiene su parte activista. También nos interesa mucho que el martes a las 8 de la mañana colocamos la bandera en el Ayuntamiento de Santander con el alcalde y esperamos que la gran mayoría de Municipios de Cantabria también cuelguen las suyas en los balcones. Ese es el gran momento del día.
¿Se toman las medidas oportunas para evitar las agresiones al colectivo?
En el momento en el que ha habido agresiones en Cantabria, lo primero que hemos hecho ha sido corroborar la agresión yendo al fiscal, intentar localizar a las personas agredidas y hablar con ellas para saber de qué modo les interesa sacarlo a la luz. Hay gente que no quiere hacerlo público porque todavía tiene miedo a que le vuelvan a agredir. También hay personas que todavía no están fuera del armario y tienen miedo a que alguien sepa que son homosexuales.
Todavía hay estos miedos en la sociedad, que es lo que queremos cambiar. Lo que pretendemos es que siempre que haya una agresión, esta salga en los medios de comunicación: es la única manera de hacer visible que el agresor es el culpable. Eso tiene que quedar muy claro.
En el último caso en Torrelavega, cuando fueron a hablar con el juez, después de leer toda la denuncia, las dos versiones, agresores y agredidos, el juez dijo que eso no era un delito de odio, que era una falta. Le dijeron que no, que era un delito de odio puesto que les habían pegado e insultado llamándoles “maricones de mierda”. Ahí sí hay delito de odio. El juez lo consideró falta porque dijo que no había jurisprudencia sobre este asunto, es decir, como no hay jurisprudencia sobre esto él no se quiso mojar, se lavó las manos.
Lo llevaron directamente a la Audiencia Provincial, que dijo que sí es delito, así que otra vez vuelta al Tribunal del juicio y estamos a la espera de fecha para ver cuándo se celebra como delito de odio. En agosto va a hacer un año que ocurrió esto. Entiendo que las cosas van lentas en los juzgados, pero van más lentas si además hay gente que lo paraliza porque lo intenta entender de manera diferente.
Entonces, ¿la justicia no está actuando a la altura en los casos de violencia que aparecen?
Existe el delito de odio como tal desde hace poco tiempo en el caso de las agresiones homófobas o lgtbófobas y desde que existe como tal nosotros instamos a que la gente denuncie. Antes no se denunciaba nunca, ahora hay muchas denuncias. Es un problema muy grave que las haya, pero por otro lado para nosotros también es una alerta y una mejora del sistema porque antes no se denunciaba y ahora sí. En ese sentido hay un cambio a mejor.
¿Cree que hay una tendencia al aumento de los delitos de odio en Cantabria? ¿Qué soluciones propone?
No creo que haya un aumento de delitos de odio, pero ¿existen todavía? Sí, claro que existen. Menos mal que se pueden denunciar como tal actualmente. Antes no. Además, desde la sede central de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales de Madrid se lucha mucho para esto.
La solución para ALEGA pasa por la educación. La información en institutos y en colegios, desde muy pequeños. Hay que llevarles información, decirles quienes somos, decirles que ellos también pueden serlo, que se acepten, que salgan del armario, que no hay ningún problema, que la sociedad es más acogedora de lo que parece. Las familias también necesitan esa educación y también los profesores, las profesoras y los directores y directoras del centro de estudios. Pero yo creo que si se empieza por abajo es más fácil cambiar la sociedad que si se empieza por arriba. Por arriba todos somos más maduros, más capaces de entender.
¿Considera la visibilidad como una de las soluciones para la situación del colectivo?
Para mí es primordial y para ALEGA es esencial la visibilidad en todos los ámbitos, tanto en los privados como en los públicos. También de cara a mostrar a los demás que somos igual que ellos, que no hay ninguna diferencia. De cara a quitar tópicos también. La gente tiene muchos tópicos en su cabeza sobre el colectivo, tópicos que normalmente tienen mucho que ver con la televisión y el cine. Entiendo que está bien que por un lado la televisión y el cine hayan dado ese paso, que ha sido abrirse y visibilizar algo, pero lo malo que han hecho es que han insistido mucho en los estereotipos.
Para que se normalice la situación primero tenemos que ir con el letrero escrito de nuestra condición sexual. Por ello existe el Día del Orgullo Gay y por eso se celebra en Madrid contra todo lo que el mundo diga de que si es un snobismo. Vamos a decir a qué estamos y básicamente es una manifestación. Cada uno la toma de una manera pero es una manifestación. Lo que hacemos en el Orgullo es visibilizar el colectivo. Llegará un momento, ojalá, en el que no haya que hacer Orgullo, pero no es este.
¿Encuentra problemas su asociación para llevar a cabo las reivindicaciones y eventos?
En Cantabria, no. No hemos tenido ninguna traba para hacer nada, por lo menos en los últimos dos años en los que soy yo el presidente. Y antes que era secretario, tampoco. Antes sí. Por ejemplo, hubo muchos problemas para que pusieran la bandera del arco iris el Día del Orgullo en el balcón, que se puso por primera vez el año pasado. Ahora ya no hay marcha atrás. Se tiene que poner todos los años, o eso esperamos.
Al final el colectivo es muy amplio, no solo somos los activistas. También hay mucha gente que forma parte de las letras LGTB y que de alguna manera están ahí. Son administradores, son concejales, hay gente del colectivo por todas partes. Entonces estamos en el mismo bando independientemente de nuestra ideología política.