El descubrimiento de una cueva de los emboscados, que sigue intacta con sus objetos personales en pleno corazón del Desfiladero de La Hermida cerca de 80 años después del paso del último de sus moradores, permite acceder por primera vez en décadas al refugio que utilizaron en diferentes momentos personajes tan relevantes para la historia de Cantabria como Santiago Rey, Segundo Bores o Mauro Roiz, que habitaron este refugio cuando se echaron al monte durante la dictadura franquista, como se puede comprobar en las notas y escritos que aún se conservan en su particular biblioteca.
Pelayo, uno de los descubridores, en el interior de la cueva.
Pelayo, uno de los descubridores, en el interior de la cueva.
Objetos personales que aún se conservan en el interior de este refugio.
Objetos personales que aún se conservan en el interior de este refugio.
Detalle de una de las notas firmadas que pueden leerse en los libros que se conservan en la cueva.
Detalle de una de las notas firmadas que pueden leerse en los libros que se conservan en la cueva.
Restos de ropa y mantas para protegerse del frío en el único espacio para dormir.
Restos de ropa y mantas para protegerse del frío en el único espacio para dormir.
Delia, otra de las descubridoras de la cueva de Santiago Rey, Segundo Bores y Mauro Roiz.
Delia, otra de las descubridoras de la cueva de Santiago Rey, Segundo Bores y Mauro Roiz.
Restos de libros y un bastón-espada camuflado.
Restos de libros y un bastón-espada camuflado.
Imagen general de la cueva, en la que puede observar la profundidad y el tamaño.
Imagen general de la cueva, en la que puede observar la profundidad y el tamaño.
Balanza de precisión que ha aparecido en la cueva.
Balanza de precisión que ha aparecido en la cueva.
Artilugio para almacenar agua.
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