El desplome de la cubierta de Gráficas Martínez en Santander inquieta al vecindario por la fragmentación de uralita cancerígena
El pasado mes de junio se derrumbó parte de la techumbre de la nave en ruinas de Gráficas Martínez, en Santander, incluida una parte importante que contenía uralita, fibrocemento que al fragmentarse desprende partículas con potenciales efectos cancerígenos. Tres meses después, se ha levantado el acordonamiento que impedía acercarse a la nave, pero los restos de la uralita siguen en el interior de la misma y el resto de la techumbre, muy deteriorado, no ha sido apuntalado o asegurado.
La nave en desuso de Gráficas Martínez pertenece al Gobierno de Cantabria y va a ser cedida en cuestión de días al Ayuntamiento de Santander para que sirva de espacio para ampliar el Museo de Arte Contemporáneo de Santander (MAS). En el mismo patio de vecindad en el que se erige, en la parte norte de la fachada trasera del MAS, la nave es colindante con la Biblioteca Municipal de Santander y tiene cerca una bolera, así como el acceso a garajes y portales comunitarios.
Según han declarado vecinos a elDiario.es, en ningún momento ninguna institución ha informado de lo ocurrido ni tampoco a través de los medios de comunicación.
El acceso al patio interior tiene su entrada principal por el número 13 de la calle Cisneros y a partir de ahí la nave de Gráficas Martínez se extiende hacia el sur en sentido longitudinal a través de un patio comunitario que acoge una bolera, portales de viviendas y el acceso a un garaje subterráneo.
“Después de muchos años de abandono absoluto, a comienzos del mes de junio de este año, un enorme estruendo junto a una nube de polvo nos sobrecogió a muchas personas que ese día estábamos en nuestras casas. Se había hundido por completo la cubierta de la nave situada más al sur. Llegaron los bomberos y se acordonó la zona colindante de la bolera durante algún tiempo. El peligro parece grave e inminente dada la proximidad a viviendas y al material de las cubiertas, ya que se trata de uralita”, relata un vecino del entorno a este periódico.
La presencia de amianto es motivo de noticias recurrentes en la prensa. Recientemente, los sindicatos ferroviarios pidieron que se apliquen los protocolos de atención a toda la plantilla que trabaja en cocheras de FEVE-Renfe en Santander por su presencia en algunos elementos de las viejas unidades aún en servicio. Mientras, en el ámbito laboral sigue pendiente la elaboración de un registro autonómico de presencia de amianto. Cantabria, asimismo, tiene pendiente la elaboración de un censo de instalaciones y emplazamientos públicos con amianto y de un calendario que planifique su retirada conforme a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados dada su peligrosidad.
Pese a que se va retirando paulatinamente, el amianto sigue presente en los edificios de Cantabria. Recientemente se ha barajado la posibilidad de reutilizar el antiguo edificio de la Residencia Cantabria, proyecto ya desechado. La reutilización implicaba medidas correctoras de aislamiento por la presencia de amianto en la estructura del edificio.
La peligrosidad del amianto deriva de la degradación del elemento en el que se integra y, sobre todo, por la fragmentación, como ha ocurrido con el desplome de la techumbre de Gráficas Martínez, ya que son las fibras desprendidas las que se transmiten por el aire y pueden ser inhaladas. “El riesgo para los edificios colindantes y para las personas que transitan por el entorno no parece preocupar a las autoridades municipales a pesar de su responsabilidad en esta materia”, ha valorado un vecino de la zona.
Un proyecto de los años 90
La cesión a Santander de la vieja nave fabril para ampliar el museo es un proyecto que se remonta a los años 90 del pasado siglo. Parte de la justificación de los retrasos cabe buscarlos en la disparidad política de las instituciones implicadas. Actualmente, el Partido Popular, que gobierna tanto en Peña Herbosa como en la Plaza del Ayuntamiento, ha agilizado los trámites.
El inmueble fue adquirido por el Gobierno autonómico PSOE-PRC en la legislatura 2007-2011 y el Consorcio de Museos, ya bajo gestión de Ignacio Diego (PP), constató en 2011 que no se había hecho nada. Tampoco después, más allá de declaraciones reiterativas.
Tras un encuentro esta semana entre la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, se ha hecho pública la transferencia del inmueble al municipio “en cuestión de días”, una cesión que lleva lustros anunciándose y que se pretende que sea “clave en el relanzamiento cultural del barrio de La Florida”, aunque no se han precisado detalles del proyecto ni el coste estimado de la reparación de un edificio en claro estado de abandono desde hace años.
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