El fallido proyecto para el teleférico del Pas se desestimó en 2015 por el riesgo económico para las arcas públicas
El proyecto turístico del Mirador del Pas, que tiene como principal atracción un teleférico en el entorno del túnel de La Engaña, en pleno corazón de los Valles Pasiegos, ha vuelto a la vida en Cantabria después de que hace casi una década el Gobierno bipartito integrado por PRC-PSOE lo desechara por el “potencial quebranto económico” que le podía suponer la idea a la empresa pública CANTUR, que debía hacer frente a unas condiciones para la concesión muy peligrosas. A grandes rasgos, la sociedad pública debía asegurar al concesionario privado que se hiciera cargo de la infraestructura una facturación equivalente a 120.000 usuarios anuales, cosa que ni de lejos se esperaba alcanzar ni en las previsiones más optimistas.
Tras el parón que supuso para el proyecto la llegada al poder de regionalistas y socialistas durante las dos últimas legislaturas, el Gobierno de María José Sáenz de Buruaga (PP) ha retomado esta semana los trabajos con un estudio de impacto ambiental sobre alternativas de trazado similares a las de hace una década, también con el PP en el poder, y con la incógnita de las condiciones que se pondrán a las empresas interesadas en la explotación futura de las instalaciones.
El Ejecutivo autonómico quiere tener a finales de este año el estudio aprobado, como se aprobó el anterior bajo el mandato del expresidente popular Ignacio Diego y con la propia Buruaga como vicepresidenta de aquel Gobierno con mayoría absoluta entre 2011 y 2015, y licitar la concesión y las obras en la próxima primavera para que las mismas comiencen en 2026 y concluyan con la legislatura aún en marcha.
Proyecto de 2012
A tal efecto, en el año 2012 se redactó el estudio de viabilidad del Proyecto de Teleférico en Vega de Pas, denominado Mirador del Pas, en el cual se valoró la viabilidad técnica y económica de la ejecución de la iniciativa.
En 2015 el Gobierno PSOE-PRC decidió suspender el proyecto ante el riesgo económico que implicaba a Cantur, la empresa pública regional que gestiona instalaciones turísticas. El contrato fue redactado por el equipo de Ignacio Diego (PP), que no llegó a adjudicarlo. Toda la tramitación se basaba en un estudio de impacto ambiental que quedó anulado al caducar. Actualmente, el Ejecutivo tramita un estudio de impacto ambiental nuevo, basado en cuatro alternativas y una financiación que supone una inversión total de 30 millones de euros, incluidas intervenciones complementarias en el entorno de Yera.
El exconsejero de Turismo, Francisco Martín (PRC), paralizó el proyecto del Pas, ante las “sorpresas” que se había llevado al llegar al cargo: de continuar con los proyectos tal y como fueron aprobados por el PP, dijo en su momento, era probable que la empresa pública encargada de la promoción turística de la Comunidad Autónoma “entrara en disolución”.
El proyecto del Gobierno de Ignacio Diego garantizaba a la empresa que resultase ganadora del concurso público una facturación mínima de 1,9 millones de euros, el equivalente a 120.000 viajeros al año (a razón de 15,60 euros por viajero). En caso de no llegar a esta cifra, el Gobierno tendría que abonar la diferencia.
El Ejecutivo bipartito de Miguel Ángel Revilla arrinconó el proyecto por dicha condición, máxime cuando era muy difícil que se alcanzaran los viajeros previstos: Picos de Europa, con un millón de visitas al año, solo podía garantizar 200.000 usuarios al teleférico de Fuente Dé, mientras que el Valle del Pas en su conjunto recibe 35.000 visitas anuales, según los datos que facilitó en su momento la propia Consejería de Turismo.
Pandillo vs Yera
De las siete alternativas examinadas en 2016, las de Pandillo “poseen mayor cantidad de impactos y de mayor magnitud que las alternativas”, por lo que en aquel entonces, como en la propuesta actual, quedaban arrinconadas a favor de las alternativas que se centraban en Yera. De todas ellas, la alternativa 6 fue la mejor valorada, ya que “consigue un trayecto atractivo, viable económica y técnicamente, con una incidencia ambiental menor que el resto de propuestas y con cierto consenso entre los técnicos, las administraciones y organizaciones participantes en el periodo de consultas”. La Alternativa 6 proponía un único trazado de teleférico con tres vanos y dos estaciones: una de partida en la zona del túnel de La Engaña y otra de llegada en Peñallana. El alto de Las Breñas se sorteaba con la colocación de dos postes en la zona alta.
En cuanto a los accesos, la alternativa se basaba en su mayor parte en caminos existentes. El acceso a la estación de base se realizaría por el antiguo trazado del ferrocarril Santander-Mediterráneo, cuya caja cuenta con las dimensiones suficientes para posibilitar el paso de la maquinaria de obra, así como el paso de los usuarios una vez finalizado el proyecto. Para acceder al alto de Las Breñas, se propuso la construcción de un vial de servicio apoyado en varios caminos existentes y algún tramo de nueva creación. El acceso a la estación superior de Peñallana se realizaría habilitando un camino existente, actualmente transitable en todoterreno.
En cuanto a aparcamientos, se proponían dos, uno primero, con 150 plazas, frente a la Estación de Yera, en el inicio de la vía verde, con la intención de proponer un acceso a pie a la estación inferior; y, un segundo aparcamiento, de 150 plazas en el entorno de la estación inferior. A la estación superior solo se le dotaba de un área de aparcamiento capaz de acoger los vehículos de mantenimiento y suministro.
Todos los impactos analizados contemplaban una incidencia “moderada” sobre todo en la fase de construcción. Para la de explotación apenas habría cambios, excepto una zona de pastos junto a la estación superior, según el estudio que se realizó entonces.
El estudio de impacto ambiental que se tramita ahora baraja cuatro trazados alternativos: el primero partiría del suroeste de Pandillo, con estación inferior en los edificios de Yera y una altitud de 940 metros; el segundo, con 439 metros de desnivel, incluiría un aparcamiento 200 plazas; el tercero, desde los barracones, tiene un trazado de 2.317 metros y 430 desnivel hasta una estación en Peñallana, con dos aparcamientos de 200 plazas cada uno; y un cuarto, de 2.290 metros de trazado y 430 de desnivel, que partiría de una estación intermedia en Peñallana.
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